jueves, 5 de mayo de 2011

LO INVISIBLE EN LA ICONOGRAFÍA: La Lujuria, en la Catedral de Huesca (I)


(Este trabajo está dedicado a D. Jesús Fermín, historiador y pedagogo del I.E.S. en Huesca. Con el agradecimiento por su labor de enseñanza y deseando que pueda inculcar un poquito de interés hacia la belleza del románico y del gótico, a mis sobrinos)

BAJO ESTAS LINEAS: Tímpano de entrada a la Catedral de Huesca, presidido en su centro, por una Virgen María con Niño, sostenida sobre una zapata con una figura que se denomina -o entiende- como representación de "La lujuria". La escena se interpreta como el "castigo a la lujuria", al considerarse que María pisa aquella alegoría de lo obsceno. Podemos observar en las fotos, bajo La Virgen y en la ménsula debajo de sus pies, la mencionada escultura con una mujer desnuda, cuyos pechos están mordidos por dos animales (que comunmente se identifican con culebras, a las que sujeta y amamanta a modo de nodriza). Dicha representación se suele considerar en iconografía románica y gótica de  "la adúltera" o  "la lujuriosa".

Pese a ello, creemos que su origen y simbolismo es más profundo; ya que tal como los expertos opinan, las figuraciones e iconografías del Románico -que hereda el Gótico-, nacen de religiones ancestrales y antiquísimas. Ello, porque durante esta etapa del final de la Alta Edad Media, la Iglesia hubo de catequizar a un pueblo absolutamente paganizado, arraigado a costumbres y usos populares, anteriores al Cristianismo. Debido a que el Románico se desarrolla en plena época de Reconquista o de dominio árabe, por lo que su arquitectura y lugares sacros se elevaron en su mayor parte en zonas muy alejadas del las urbes (en pleno campo). Siendo la aldeas del norte de España y fundamentalmente sus montañas, donde se extiende y difunde este estilo. De ello, que sus iglesias se vieran en la necesidad de aceptar y asimilar  las costumbres de gentes paganas (del pago = campo) y representar en sus fachadas y en sus interiores, no solo las figuras bíblicas o religiosas, sinó también esculturas relativas a supersticiones, costumbres y creencias populares. Después, el Gótico, recogería esta imaginería "ancestral" o pagana, entre las que muchas de sus figuras son representaciones de seres mitológicos y de alegorías fantásticas,solo nacidas del pueblo.





BAJO ESTE PÁRRAFO: Detalle de la mujer amamantando bestias, que se identifican comunmente con serpientes, teniéndose así por la figura de La Lujuria. Pese a ello, si aumentamos las fotos veremos que dichos animales que cuelgan de los pechos de esta rara "matrona" parecen mas bien perrillos. Pues tienen dientes y patas. Desde este punto comenzamos nuestros análisis, iniciándolo centrado en la iconografia y las posibles repersentaciones de esta escultura, que se considera una mujer mordida por culebras en sus senos.


Muy importante, al comenzar nuestro estudio sería ver representaciones con significados iconográficos similares a la que nos interesa. Por ello, empezaremos por exponer brevemente lo que nos dice sobre figuras cercanas a ello Cesare Ripa, en su "Iconología" (Ed. Akal Madrid 2002). En este tratado, La Lujuria se describe como una mujer con pelos largos y rizados, casi desnuda y muy hermosa, que lleva en su mano una perdiz y se sienta sobre un cocodrilo; habida cuenta de que como describe Ripa, el cocodrilo es animal de un apetito carnal y sexual terrible (Tomo II, p.33). Una página después, en el mismo libro, veremos que en todo caso se puede representar La Lujuria de manera similar y sobre un carnero, pero que realmente en nada se parece a la imagen que arriba se contiene (la dama mordida por culebras).

Por su parte, El Adulterio, se simboliza como un goven regordete, ricamente vestido que con la mano derecha sujeta una serpiente y una murena, ambas entrelazadas; en su mano izquierda tendrá una alianza de oro partida (Tomo I, p.69). Por lo anterior, en lo único que se puede asemejar la iconografía clásica del adulterio a esta que hemos visto arriba, es en las dos culebras. Ello siempre que supusiéramos que en la imagen que hay bajo La Virgen en la fachada de la catedral de Huesca, amamanta a dos serpientes (pues tienen dientes y patas... ¿?). Todo ello, nos lleva a intentar buscar nuevas interpretaciones a la ménsula que estudiamos, para lo que sería de gran importancia tener en cuenta varios aspectos que Cesare Ripa en su obra ya citada, menciona.

En primer lugar, veremos otras figuras que también se sirven de serpientes o culebras, como símbolo de inteligencia (o hasta, de bondad), y que coinciden más con la iconografía definida en la mencionada estatua de la fachada. Entre las que se puede destacar la representación de La Concordia Militar; que es una mujer armada, quien sujeta entre sus manos varias serpientes. Siendo los reptiles la imagen de la sabiduría unida a la inteligencia y la fuerza de la milicia, que la dama controla (Tomo I, p.210). Por su parte, La Eternidad, también se representa como una mujer con ropa de matrona, quien con su mano derecha sujeta una gran culebra que se enrosca en sí misma, llegando a introducirse la cola, en la propia boca del reptil. Esta sierpe que se muerde "el rabo", es el símbolo de lo eterno, por cuanto significa el principio y el fin unidos (Tomo I, p.329).

Para observar la complejidad que puede suponer el análisis de lo que estudiamos, si consideramos que son culebras aquello que muerde los senos de la horrible dama en la fachada, seguiremos exponiendo que de ser La Herejía, se representaría como una vieja desnuda con los pechos caidos y con culebras en las manos; portando un libro en una de ellas, de donde han de nacer las sierpes (Tomo I, p. 464). Viendo facilmente que esta última imagen descrita, se acerca posiblemente mucho más a lo que parece representado en la Catedral de Huesca. Aunque incluso pudiera ser La Ingratitud, que se simboliza como una mujer vestida en tonos de herrumbre y que lleva una sierpe sobre su seno, a la que acaricia; tanto como una segunda representación de la misma, es la de una fémina revestida de plantas que sujeta dos culebras con sus manos; una de ella macho que mete su cabeza en la otra, que simboliza la hembra (Tomo I, p.525).

No deseándonos extender demasiado en iconografías similares a la que tratamos, simplemente diremos que la "Lamentación de los Bienes Ajenos", es una mujer vestida de negro, cuyo pecho izquierdo es mordido por una serpiente (II, 12). La Medicina, es una anciana con un bastón (caduceo) del que sale una culebra y lleva un gallo en otra mano (II, 48). La Prudencia, es una mujer que sujeta con una mano la cabeza de un muerto y con otra la de una serpiente (II, 237). La Salud, una fémina con una culebra en una mano y con un gallo en la otra (II, 291); y por último, La Sustancia, una matrona con los pechos llenos de leche, con los que alimenta y lleva espigas o uvas a sus lados (II, 351).

Visto lo anterior, comprenderemos que la identificación del icono que tratamos es algo difícil, máxime cuando hablamos de una representación gótica; época en la que es normal  salir  del contexto y figuración clásicas. Creando nuevas simbologías, complejas, nacidas de imágenes tomadas del románico (que representaba escenas paganas o imaginería popular y campestre, ajenas a la religión). Pero, antes de intentar buscar su significado, profundizaremos más en la imagen, basándonos en lo que los expertos aseguran que es, afirmando que se trata de "la dama lujuriosa" mordida en los pechos por dos sierpes. De tal manera, intentaremos encontrar serpientes y figuras parecidas a la que estudiamos en Huesca.

EN LA IMAGEN SOBRE  ESTAS LINEAS: Perros-culebras de la basilica de San Vicente de Ávila (Imagen tomada del libro "Bestiario románico en Castilla-León y Cantabria", de Jesús Herrero Marcos; Palencia 2006). El significado de este capitel es de difícil comprensión, aunque pudiera estar relacionado con el entorno, dado que en el cenotafio vemos el martirio de San Vicente y de sus hermanas, quienes tras haber sido muertos por un infiel (al huir de Evora, que se supone, Talavera); aquel que les había matado luego fue atacado por una gran culebra. La unión del perrillo con la sierpe en la imaginería románica se da, generando un animal fantástico muy relacionado con el "Ouroboros", la sierpe gigante que se muerde la cola y que en la mitología nórdica es el dragón que habita bajo la tierra. Pudiera darse el caso de que aquello que amamanta la dama de la Catedral de Huesca fuera un perro-culebra... Aunque no expresamos esta idea con pleno convencimiento

Por su parte, si la dama que estudiamos realmente estuviera mordida por dos culebras (o las amamantase); como ya hemos dicho, ello nos llevaría a incluirla entre la serie de figuras llamadas "La Adúltera" (en imagería románica). Pese a que, como vimos, no se corresponda con la iconografía clásica de La Lujuria, ni menos con la del Adulterio. Pero se tiene como cierto que estas mujeres representadas en las iglesias  -con sierpes que muerden sus senos-, son la lascivia o el pecado carnal. Pese a ello, querríamos presentar otras figuras en las que la víbora come la cara de la mujer, por mostrar que quizás no sea tan fácil argumentar que aquellas féminas que amamantan reptiles, representen tan solo a la lujuria.

SOBRE  ESTAS LINEAS: Imagen tomada del libro de Jesús Herrero Marcos (antes citado). Capitel de la iglesia de San Andrés de la ciudad de Ávila, en el que vemos claramente como unas grandes serpientes comen la cara de una persona, que está junto a otra -se observa un segundo rostro que parece de mujer, tras la sierpe de nuestra izquierda-. Al lado derecho, parece que se sitúa un león o un caballo, en la otra cara del capitel. A nuestro juicio, ello puede referirse a la escena de Laoconte, sacerdote de Troya; quien habiendo profanado el santuario teniendo relaciones sexuales con su mujer en el interior de este, fué castigado por los dioses, que les enviaron dos grandes ofidios, que devoraron a sus hijos (de lo que intentó inutilmente salvarles). Ello sucedió durante el asedio y la entrega del famoso Caballo de Troya, mientras le fué encargado a este sacerdote que inmolase un gran toro a los dioses (algo a lo que puede referirse el animal que hay junto a las personas devoradas por las culebras, que parece el Caballo de Troya o un Toro-León). Lo más importante de todo ello, es que aquí podríamos encontrar la relación mitológica e iconográfica, entre la lujuria y las serpientes comedoras de humanos. Habiendo sido Laoconte y sus hijos, atacados por las grandes sierpes debido a su lascivia,  tras unirse este con su mujer, en el interior del templo.
EN LA IMAGEN JUNTO A ESTAS LINEAS: Capitel de la Catedral de Santiago de Compostela con una mujer a la que dos ranas le chupan los pezones, mientras sujeta dos culebras. En la capital gallega llaman a aquellas representaciones "La adúltera", pese a lo que nosotros creemos que su simbollogía es más profunda y procede de ritos y mitos mas antiguos.

Visto un nexo que puede explicar la unión plena entre la mujer mordida por la sierpe y la imagen de "la lujuria", pasaremos a exponer que son muchas las estatuas conteniendo matronas amamantando sapos, reptiles y culebras,  a lo largo de todo el Camino de Santiago. En opinión del anteriormente mencionado, Jesus Herrero Marcos (estudioso del Románico, tanto como de su imaginería y simbología) esta mujer con culebras en sus pechos no es otra mas que "la imagen del pecado de la lujuria". Otros, quizás atendiendo más a cuanto de popular contiene el Románico, consideran que procede la escena de una leyenda que se repite entre los pastores del Norte de España. De tal manera, en internet podemos encontrar múltiples textos que hablan de esta narración que menciona el caso culebras que maman. Siendo interesante un blog llamado "elblogdeayoo.blogspot.com", que en su entrada intitulada "Culebras bebedoras de leche", nos comenta esta historia mantenida de padres a hijos, en la que se dice que las serpientes se introducen en los establos para chupar la leche a cabras, ovejas y a las vacas.

Él lo explica comentando que muy probablemente el cuento o la superstición nace de que al meterse las culebras a cazar ratones, entre las pajas de las que han de ser ordeñadas. Este ganado -ovino o bovino-, al ver la presencia de un reptil, queda con la leche cortada del susto y que quizás por ello se diga que la víbora le ha mamado, dejando vacía la ubre. Por su parte, un segundo tema más peculiar es aquella historia popular que narra como a los ofidios les gusta tanto la leche, que cuando una mujer está en lactancia, se acercan hasta ella mientras duerme para chuparle. Y que hasta incluso, mientras las madres dan de mamar al niño, viene la culebra y confunde a la matrona, poniendo la boca en lugar de la del bebé, al que para que no llore, mete la cola en su boquita (a modo de chupete). Historia que por muy real que nos digan que es, se debe a otros motivos, más bien relacionados con la simbología. Porque quizás nace igualmente del temor de las embarazadas y las  lactantes, hacia las culebras; sufriendo estas el mal llamado ofidiofobia, que consiste en que cualquier animal (e incluso objeto) que les recuerde a una sierpe, les produce vómitos, nauseas (tanto que solo pensar en serpientes, les corta la leche a las madres). Por lo demás, lo que sí es absolutamente cierto es que a las culebrillas les encanta la leche, y que por ello el medio más fácil de cazarlas en casa era el de poner cebos de esta envenenada, en cuencos escondidos.  

Siguiendo con portales de internet que nos hablan de esas conocidas leyendas sobre serpientes que maman, en el de "Celtiberia", existe un artículo intitulado "Leche y culebras", firmado por Llengreo;  que también expone interesantes leyendas. Entre ellas, la creencia asturiana de que si bebes demasiada leche, cuando te echas a dormir puede entrarte en el estómago y a través de la boca, una sierpe. Igualmente, narra como las culebrillas, antes de ir a chupar los pezonas hipnotizan al animal, a la madre, o al niño, para que duerman y poder succionar la leche. Narrando historias sobre El Cuélebre, de la mitología asturiana, serpiente alada que se cazaba con una gran olla de leche, que al ser calentada atraía a la culebra voladora, que allí caía. Este último relato, tan relacionado con aquellos otros que narraban como El Cuélebre se metía en los niños, tras lo que había que sacarlo con leche; cremos que quizás puede tener su fundamento en las Tenias Solitarias.

Pues de niño siempre oí contar como aún se "sacaban" las tenias, del interior del intestino, colocando un gran cazo de leche caliente junto al ano del que la sufría y esperando que "la culebra" saliera del cuerpo, que había invadido (a beber la leche). Narraban que el proceso era largo y sufrido, pues había que esperar a que el parásito saliera por completo y se intrudujera en el cazo de leche tibio colocado en el recto (ya que de tirar de ella, se rompía y quedaba dentro la cabeza, que seguiría viviendo y creciendo en el intestino afectado). Estas historias y el "amor" de las sierpes por la leche y los huevos, han podido generar estas leyendas, de las que quizás nacen las imágenes que recogemos.

Siguiendo con esta imagen de la sierpe, nunca debemos olvidar evidentemente que aquella es entre los judecristianos el totem del diablo. Por lo que ofidio y demonio son dos símbolos que van tan unidos como puedan serlo la cruz y el cristianismo. Ello, porque nuestra cultura nace principalmente de pueblos pastores, que odian a la víbora que puede matarles al ganado y a ellos (cortando la leche de las ovejas y vacas, simplemente con su presencia). Este odio se debe además al hecho de que cuando se conforma nuestra civilización, el gato ya estaba domesticado y la sierpe no se necesitaba para ahuyentar a ratas ni a roedores de los silos, o los pastos.  Puesto que ancestralmente la sierpe fuá adorada como animal de utilidad, ya que previamente a la "creación" del felino doméstico (por los egipcios), parece que el único animal que podía proteger los almacenes de grano y los sembrados, eran culebras. De lo que se usaban, semiamaestradas, para evitar así que los ratones -o los conejos- acabaran con las cosechas. Aunque el problema de aquellas culebras -por muy poco ofensivas que fueran- era que siempre atacaban y mordían, no pudiendo ser verdaderamente bien domesticadas (por lo que se debió recurrir al gato). Y aunque algunas contienen un poder venenoso terrible (principalmente las serpientes del desierto); otras, como las de zonas húmedas,  apenas tienen agresividad ni fuerza en sus colmillos que solo sirven para matar ratas y (a lo más) algún conejo. Siendo estas las que se usaban en los silos y que fueron adoradas como imágenes de diosas.

Por cuanto decimos, ya en la Edad de Hierro, cuando nace nuestra civilización, el gato doméstico se había dispersado por todo el área mediterranea, y la culebra era tenido port animal repulsivo, inútil y malvado. De ello que se identifique siempre con el demonio en nuestras culturas y que así, con este significadp, aparezca en cuantas imágenes de ofidios suele haber en las iglesias. Referente a ello, no hace mucho, Angel del Pozo, publicó en El Norte de Castilla una lista de templos que aún tenían pieles de grandes culebras disecadas. Comentando que algunas, habían sido traidas por los misioneros en los siglos XVII y XVIII, aunque en otros casos, las apariciones de reptiles extraños y enormes en los templos, estaban unidos a leyendas, que emparentaban estos monstruos con el dragón de San Jorge o con narraciones sobre la Biblia Adán y Eva, por ejemplo). Así comenta el autor, que en Santa María la Real de Nieva (Segovia) existe una tremenda boa disecada y llena de serrín colgada en sus paredes, con la que los sacerdotes ilustraban historias como las del Paraiso. Aunque otros contaban que aquella gran culebra había crecido en el monte y tal era su tamaño solo por haber sido alimentada con leche, por un pastor, al que luego atacó y que por ello la mataron y allí colocaron (para que nadie alimentara culebras con leche).

La misma historia, casi exacta, existe en la ermita de la Virgen del Cañizo, en Zamora; en cuyas paredes conservan también un ofidio relleno de paja, de dimensiones similares. Tanto como en Medina de Rioseco, donde se habla siempre del cocodrilo que asoló aquellas tierras y que ahora cuelga en la iglesia de Santa Maria. Algo muy similar a lo que pude ver hace años en la parroquia de San Gines en Madrid, que también guardaba caimanes disecados, de los que se decía habían sido mostrados en el siglo XVII para enseñar y probar ante los fieles la veracidad de la historia de San Jorge y el Dragón.

(continuará)


FOTO JUNTO A ESTE PÁRRAFO: Otro capitel del camino de Santiago. Esta vez de la iglesia de Teza, en Burgos, donde podemos ver dos grandes ofidios que rodean la figura de una mujer, a la que chupan los pechos. Su relación con el mito -o leyenda popular-  de las culebras bebedoras de leche, parece fundada. Aunque no hay que olvidar que realmente existe el tema de las tenias solitarias, tanto como el hecho de que a las serpientes verdaderamente les encanta la leche. Por lo que esta terrible imagen de la culebra mamando de la mujer, puede contener en el fondo una simbología antiquísima, relacionada tanto con la realidad zoológica del ofidio, asi como con la imagen del sexo. Ya que como bien es sabido, la culebra significa el pene para el inconsciente humano, lo que la identifica con el diablo, la tentación y la lujuria. Por su parte. obsevemos que sobre las serpientes hay un ave a la izquierda y un caballo alado (caballo con cuerpo de pajaro). En el siguiente capitulo del presente estudio, intentaremos descifrar estos simbolos tan complejos como interesantes.



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