sábado, 2 de julio de 2011

LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XII: Midas. El rey de origen escita y los adoradores del oro que comerciaron con Tartessos.)

Algunos de quienes nos leen (que no son muchos, pero "haberlos hailos" -tal como se dice de las meigas-), nos comentan que son a veces me "meto en jardines que -quizás- no vienen al caso"... . Posiblemente tengan razón, pero creemos que la arqueología y la Historia no puede ser tratada como una ciencia, sinó como un "humanismo". Consecuentemente, han de generar opiniones (muchas veces personales) y "directrices" para poder "asesorarse" a uno mismo; o bien generar datos que nos sirvan para comprender el mundo que nos rodea. De tal manera, creemos que la arqueología puede tener mucho que hablar, para responder a aquellas mil preguntas que este crisol cultural que se llama España significa.

Lo que narramos viene al caso, porque en nuestra anterior entrada hablábamos del significado de Nudo Gordiano y de los Reyes Católicos. Enlace de cuerdas que el padre de Midas hizo atando un arado con un yugo. Herramientas con las que había trabajado las tierras antes de llegar a rey y que una vez elevado al trono, dejó depositadas en el templo de la homónima capital que fundó (Gordión, a unos setenta kilómetros de la actual Ankara) . Dejando en el templo el arado y ese yugo con la más fuerte ataduras, al crear el padre de Midas su nueva disnastía. Tras lo que pronunció  que afirmó que todo aquel que los desanudase, conseguiría de nuevo unir a Asia con Europa (refiriéndose a Mesopotamia con el mundo semita; frente al entonces "Nuevo Continente" que iba naciendo, poblado por indoeuropeos).

Contábamos también como llegó hasta este templo de Gordión Alejandro Magno cuando quiso avanzar sobre Persia, para conquistar Asia. Intentando desatar aquellas ligaduras, pero no pudiendo hacerlo sacó su espada y cortando la cuerda dijo su famoso: -"Tanto Monta"-. Señalando Alegrando el Grande que lo mismo era "cortar" que "abrir" el nudo. Frase que guarda un pleno sentido relacionado con un sistema de anexionarse Asia por medio de la espada y el ejército (tal como consiguió), olvidándose de conseguirlo por pactos  -a lo que al parecer aludía la leyenda del yugo junto al arado y el deber de desanudarlos para conseguir poseer Oriente-.

En el Renacimiento, cuando se traducen y divulgan los textos griegos, nacieron grandes estudiosos de la mitología, a quienes los monarcas y los nobles les encargaron relacionar sus familias, sus estandartes, pendones, escudos y símbolos, con la religión grecorromana. Esta ciencia de las banderas y los escudos -llamada Vexilología-, en los siglos XV y XVI tuvo verdaderos genios y "ratones de biblioteca". Estudiosos quienes emparentaron las Casas Reales con las de los Dioses  -llegando a conseguir entroncar a los Habsburgo con el mismo Hércules-. Creando un lenguage épico de objetos relacionados con mitos y leyendas, que figuraban en los escudos y estandartes, con una gran profundidad simbólica. Este  -por ejemplo- fue el caso del Yugo y las Flechas, que se toma como las simples iniciales del Ysabel y Fernando, pero cuyo signigficado es profundísimo.
JUNTO A ESTAS LINEAS: Haz de flechas atado por el "nudo gordiano" contemporáneo a los Reyes Católicos; representado en una viga del castillo de Malpica (Toledo). Actualmente se encuentra esta tablilla del siglo XV (procedente del castillo junto al Tajo), en la colección Sanchez-Barbudo, a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen.

 
En nuestra anterior entrada, al parecer nos "metíamos en jardines difíciles", cuando tras explicar cuanto arriba hemos expuesto, afirmábamos que el hecho de haber tomado los Reyes Católicos estos símbolos de Gordion -el yugo, el nudo y las flechas-, no solo se correspondía con sus iniciales y su matrimonio (Ysabel-enlace-Fernando). Sinó que al añadirles la frase alejandrina repetida: "Tanto Monta, Mota Tanto"; expresaba plenamente el mismo deseo del heleno, por unir el Occidente de Hispania con su Oriente (Castilla con Aragón). Pero de unificarlos con la espada y como fuere; sin  atender mucho a pactos, leyes, "ni otras sutilezas". Pues en verdad aquellos Reyes Católicos usaron la fuerza absoluta para reunificar España -sin preocuparse de fueros, del Derecho Canónico o de la legalidad sobre su súbditos-.

Triste es decirlo, pero es así; tanto como el hecho de que muchos de los "barros" que luego tuvimos, procedieron de estos "lodos"; que comenzaron por saltarse toda legislación, ley o fuero, con la disculpa de unir el territorio (que siempre había sido Hispania). Así, bajo el pretesto de la unificación y de la creación del Estado Moderno, se cometieron grandes abusos de poder (desde la Inquisición, hasta la supresión de centenares de fueros)... . Y es que al parecer siempre puede pasarnos lo mismo: Que bajo una gran idea, terminemos ocultando las mayores miserias. Algo que llevó a pronunciar la famosa frase: "Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre". De tal manera, la reunificación nacional de los Reyes Católicos, tal como la plantearon solo gobernada por ellos, quedó muy desarticulada y necesitada de un medio para mantener el orden. Para lo que eligieron un medio tan terrible y atrasado como El Santo Oficio (capaz de torturar y procesar a los Santos, por no adscribirse o sucumbir a los deseos del Poder).

Cuanto expresamos, los vemos en la intención de Isabel y Fernando por recoger como Lema las palabras pronunciadas por Alejandro al cortar el Nudo Gordiano y encaminarse hacia la guerra, para aplastar Persia y avanzar con su máquina bélica hacia la India. Pues en verdad, en la unión entre el Oriente y el Occidente Hispano (Castilla y Aragón) el gran perdedor de derechos y privilegios fué el reino aragonés, al que su rey Fernando sacrificó para conseguir por cualquier medio el mayor poder y territorio que nadie había tenido entonces (desde comienzos de la Edad Media). Con ello, creemos que podemos explicar un poco a quienes nos preguntan por qué nos "metemos en jardines ajenos"; explicándoles que el Jardín de la Historia, quizás pudiera hacernos comprender nuestra idiosincrasia. Puesto que -probablemente- si la reunificación de la Antigua Hispania (realizada en 1492), se hubiera hecho más lentamente y con más "medios" políticos y menos fuerzas militares. Es casi seguro que después no hubiera habido tantos problemas de separatismo, revoluciones y sublevaciones como han existido.

"Alzamientos contra el poder central" que comenzaron en 1521 con los Comuneros y que -por lo visto- aún no quieren terminar. Algo que parece ciertamente increible en un territorio siempre concebido como una unidad cultural. Ya que cuando llegaron los griegos  -en el siglo VII a.C.-  denominaron a toda nuestra Península: "Iberia". Concibiéndola como una "isla" separada por los Pirineos y con una misma población común (los íberos). Lo mismo sucedió con los romanos, que la concibieron unida y la llamaron Hispania; palabra que creemos es sinónimo de Iberia y de igual procedencia (del griego HESPERIA ). Al igual que siglos después de la caida del Imperio y tras llegar los godos, fue reunificada como reino con capital en Toledo.

Pese a ello, la última reunificación hecha por Isabel y Fernando parece que fue tan dura y rígida, que provocó continuas convulsiones intentando separarse unos y otros  desde casi sus primeros años (algo que parece todavía estar "renqueando"). Tanto que a dia de hoy, los mas antiguos de los íberos y que se llaman vascos; aquellos que guardan la lengua que todos hablábamos antes de la llegada de los romanos, no quieren ni siquiera ser españoles. Y ello es tan triste para una civilización como la nuestra (que tiene sus orígenes en el mudo ibérico -que es el mismo que el hispánico-); como si el abuelo, o el más viejo de una familia, afirmara que no es pariente de nadie -siendo este precisamente nuestro patriarca o nuestro ancestro más antiguo-.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Casa de la Hermandad de Toledo, en cuya fachada podemos ver claramente el escudo y emblema de los Reyes Católicos, con el yugo, las flechas y los nudos.

 
Pero olvidémos las tristezas y pasemos al rey Midas, del que ya vimos que comerció con Tatessos y con sus metales (principalmente el estaño). En la entrada anterior también hablábamos sobre la posibilidad de que este monarca hijo de Gordios, fuera de origen escita. Ello por su amor y veneración al oro, tanto como por el hecho de que en la época coetanea a estos reyes de Frigia (siglos VIII y VII a.C.), se extienden en toda la zona cercana a su nueva capital (Gordion), enterramientos en túmulos. Sepulcros de cámara con ajuares funerarios y cadáveres recostados sobre litera, muy similares a los llamados Kurgan, de tipo caucásico (o escita). Algo que se relaciona plenamente con la llamada "cultura Srubnaya" (de las tumbas con armazón), que se admite por la arqueología soviética como un periodo proto-escita de los siglos X al IX a.C.; del que luego surgirá la cultura de los túmulos (los citados kurgan).

De su amor al oro y de la aparición en masa de estas tumbas en las cercanías de la actual Ankara entre los siglos VIII y VII a.C.  -en los que reinaron Midas y su padre-. Hemos deducido que seguramente estos monarcas fueran de escitas y no neohititas, debido a que el mundo que les rodeaba no se relacionaba mucho con Hatti. Monarcas posiblemente elevados al trono por una aristocracia del mismo origen, que quizás se apoderó del poder tras luchar durante años para los frigios como mercenarios (acabando por ocupar los puestos más importantes del Estado). Así se entendería "el amor" y adoración al oro de Midas, un hecho que despertaba la envidia de cuantos les rodeaban. Del mismo modo, su origen escita se demuestra en que uno sus símbolos más importantes fuera el arado y el yugo; narrándose que el padre del propio Midas fué campesino antes que gobernante.

Este hecho, que pudo hacernos pensar que nos habla simplemente sobre una procedencia "campesina" del linaje de este rey, (como era el mundo escita); guarda en sí misma también una gran relación con los símbolos más sagrados de esta cultura de los Urales y de los Balcanes. De tal manera, Heródoto en su Libro Cuarto de los Nueve de la História, describe el origen de esta pueblo llamado escita, relacionando su mitología con la del oro y los aperos de labranza del siguiente modo:


"Hubo en aquella tierra, antes del todo desierta y despoblada, un hombre que se llamaba Targitao, nacido de los padres: Júpiter y una hija del río Borístenes. Tengo yo por fábula lo que voy a narrar, pero ellos dicen que fue cierto tuvieron tres hijos: Lipoxais, Arpoxais y Colaxais (el menor de todos). En la época que reinaban estos príncipes, cayeron del cielo en su región ciertas piezas de oro, que eran: Un arado áureo, un yugo, una copa y un hacha. Habiéndolas visto el mayor de los tres, se fue hacia ellas con ánimo de tomarlas para sí, pero al estar cerca, el oro se puso incandescente, apartándose el primero al quemarse. Tras ello, acercóse allá el segundo, y sucedióle lo mismo, rechazando a entrambos el oro rojo y encendido. Pero al fin hasta ellos se fue el tercero (el menor de todos), tras lo que apagáronse las llamas que salian del los objetos, y así el pequeño se fue con el oro a su casa. A lo cual atendiendo los dos hermanos mayores que era designio divino, determinaron ceder al menor todo el reino y el gobierno (de los escitas)" (1).


De tal manera narraban el principio de sus reyes los escitas, estando relacionada la entronización de su primer monarca con un arado, un yugo, una copa y un hacha; todos de oro y caidos del cielo. Algo que había conseguido su primer rey quien era el más jóven de los hermanos; lo que creemos nos habla de que seguramente entre los tres pueblos o ramas que formaban esta "familia" caucásica, la más moderna (o menos antigua) fué la que prosperó y gobernó sobre las otras. Recordemos que estos indoeuropeos llamados escitas y que hacen su aparición en el siglo IX a.C. en Anatolia, parece que tienen sus raices en el II y III milenio a.C., entre gentes proto-indoeuropeas. Llegadas hace mas de cuatro mil años desde el Valle del Indo y mezcladas con las euroasiáticas; se asentaron en las Estepas del Sur Rusia o al norte del Cáucaso, formando diferentes "familias". Hacia el siglo XI a.C. aparecen dominando con gran fuerza parte del reino de Urartu (al nortedeste de la actual Turquía, en las imediaciones del Mar Negro), e interviniendo en la política de los reinos cercanos (como Asiria).

En nuestra opinión, algunos de sus gerreros más fuertes creemos que se asientan como aristocracia entre los frigios, llegando a reinarles en el VII a.C. (en las figuras de Gordios y Midas). Consiguiendo unificar estos una gran liga de Ciudades-Estados neohititas, con un gobierno de gran prosperidad en la edad de Midas. Algo que debió levantar las envidias de los asirios, que les terminan subyugando en el 718 a.C.. Tanto como de las tribus bárbaras de los Balcanes, que posteriormente acaban destruyendo totalmente Frigia (en sucesivos ataques de los Cimmerios, hermanos de raza y de orígenes de los escitas). Pese a ello, narraban los escitas que su historia comenzaba hacia el 1500 a.C., cuando les gobernó este Targitao, tal como recoge Heródoto:

"Tal es el origen y descendencia que se dan a sí mismos; respecto de la cronología que dan a su pueblo los escitas, dicen que desde sus principios y su primer rey Targitao hasta la venida de Darío a su país, pasaron nada más que mil años. Los reyes guardan aquel oro sagrado que del cielo les vino con todo el cuidado posible, y todos los años en un día de fiesta celebrado con grandes sacrificios van a sacarlo y pasearlo por la comarca" (2).

Como podemos ver en la historia que nos narra Heródoto, tanto como en su cronología; todo ello se acerca y aproxima bastante a la realidad historica de este pueblo. Del que sabemos que hace unos tres mil años comenzó a nacer y a organizarse en las inmediaciones del Mar Negro, tanto como que eran adoradores del oro, del arado, del yugo, la copa y el hacha (o armas) sagradas. Símbolos que son los mismos a los que guardan en el templo que levanta el padre de Midas, al comenzar a gobernar y fundar su nueva capital del reino frigio en Gordion. De tal manera, aquel hecho de anudar los aperos de labranza para que les dieran allí culto (que nos parecía de difícil comprensión), tiene su razón en que el yugo y el arado son símbolos sagrados del pueblo escita. Por cuanto podemos concluir y afirmar que realmente Gordios era un rey que impuso un nuevo linaje de ese origen entre los frigios; del mismo modo, Midas era un escita (probablemente, en segunda o tercera generación, pero con sus costumbres y religión).

Pese a ello, aquellos atributos que a primera vista pueden parecer  "sencillos", por tratarse de un arado o un yugo, tanto como una copa y el hacha, tienen una simbología religiosa complejísima. Sobre el hacha ya hemos hablado sobradamente y fácil es entender que significan la adoración a un dios llamado por los arqueólogos "simiting" (de Schmied = herrero); deidad de la guerra y de los metales, creador de las armas (un Vulcanos-Marte). La copa, evidentemente se relaciona con las libaciones y el culto, siendo un atributo en cierto modo próximo al cuerno de la abundancia o a los múltiples cálices y calderos mágicos curativos. Por último, los dos objetos propiamente escitas y extraños a todo culto cercano, son este del arado y el yugo. De los que creemos que además de simbolizar el trabajo de la tierra y seguramente también el matrimonio y la fecundación;  significan a su vez el arco y la flecha de estos pueblos. Ello, porque los arcos escitas son muy especiales, teniendo verdadera forma de yugo; lo que podría hacer entender que el guerrero lanzando sus flechas contra el enemigo era un acto similar al del campesino arando la tierra, e incluso al del macho fecundando a las hembras.

JUNTO A ESTAS LINEAS: Diferentes tipos de arcos que recoge Roman Ghisrman en su libro PERSIA (3): (a) Asirio; (b) De Yrzi; (c) Escita; (d) Sasánida. Observemos que el de tipo escita (y su "descendiente" el sasánida) es igual que un yugo de aspecto. Ello, junto al hecho de que el arco precisa la cuerda, al igual que la punta de flecha se parece al arado. Nos lleva a pensar que el extraño culto del templo de Gordion del Yugo y el Arado atado por una cuerda, es un tipo de iniciación relacionada con el arco escita. 


Como hemos visto en la imagen superior, el yugo es casi igual de forma al arco escita. Este arma, era en los siglos VIII y VIIa.C. de gran perfección y dificultad en su manejo y fabricación; tanto que necesitaba de una anilla para su tensado y uso. Pese a lo que parece ser que era de mucha mayor preción y longitud que los anteriores. Por su apariencia pudiéra decirse que se trata de un diseño asiático (chino), algo que no debe extrañarnos puesto que los pueblos proto-escitas, estuvieron en las estepas durante siglos relacionándose con los Tártaros. Por su parecido con el yugo, creemos que la historia del templo de Gordion tiene un significado relacionado con este arco en diseño de doble curvatura, que quizás trajeron los escitas desde la propia China (y que en su recuerdo venerasen como la unión de Occidente y Oriente). Por su parte la cuerda que unía con el llamado "Nudo Gordiano" aquellos objetos tan extraños de culto, consideramos que se refiere a la cuerda del arco escita.

No es solo Heródoto quien nos transmite que este pueblo  tenía su origen en un rey que se hizo con estos cuatro objetos de oro caidos del cielo (el yugo, el arado, la copa y el hacha). De la misma manera, Quinto Curcio, narra una historia casi igual comentando que cuando aquellos intentaron que Alejandro Magno no les atacara le advirtieron con las siguientes palabras :


"Debes saber que hemos recibido dones llegados del cielo: Un yugo para los bueyes, un arado, una lanza, una flecha y una copa. De ellos nos servimos con nuestros amigos y contra nuestros enemigos (...) a nuestros amigos les damos el fruto que la tierra nos procura con el trabajo de los bueyes; también con ellos, nos valemos de la copa para ofrecer libaciones de vino a los dioses; en cuanto a nuestros enemigos, les atacamos de lejos con la flecha y con la lanza cuando están cerca"

Con la documentación que aportamos, creemos que está claro como aquellos objetos de culto que Gordios guardó en su templo al proclamarse rey de los frigios, eran los más importantes para los escitas.  Así, y visto ya que Midas era con toda seguridad de aquel linaje, pasaremos a narrar otro extraño hecho que recoge también Heródoto. Narrando que Heracles, cuando volvía de la Península Ibérica (tras robar los bueyes a Gerión), hizo su última parada en las tierras de los escitas. La explicación de su viaje, que parte desde tierras del Sur de Ibería y llega al Mar Negro, nace de pensar en la antigüedad que el Mundo era mucho más pequeño. Por lo que Hércules tras embarcarse en Gadir habría seguido la ruta hacia el Oeste (por el Atlántico). Llegando posteriormente a Asia y desde allí al Mar Negro, donde dice la leyenda que antes de entrar en tierras griegas, decidió dormír. Pero durante el sueño, una diosa tártara le robaría las yeguas del carro del Sol al tebano; exigiéndole al despertar, que yaciera con él para devolvérselas. Tras hacerlo, aquella que era mitad mujer y mitad sierpe quedaría encinta de tres hijos, que fueron los famosos reyes primeros de los escitas; de los que Heródoto nos habla del siguiente modo:


"Cuentan que Hércules al volver con los bueyes de Gerion llegó al país que habitan al presente los escitas, entonces despoblado. Los textos añaden además que Gerion moraba fuera del Ponto o Mediterráneo en una isla vecina a Gades, más allá de las columnas de Hércules, llamada por los griegos Erithrea, y situada en el Océano (este Océano empezando al Levante gira alrededor del continente; un hecho que narran sobre su imensidad, sin confirmarlo realmente con prueba alguna). Desde allá vino, pues, Hércules a la región llamada ahora Escitia, en donde como le cogiese un recio y frío temporal, cubrióse con su piel de león y se echó a dormir" (5). Al despertar vió como una mujer medio sierpe le había robado las yeguas, quien le exige que la deje encinta para devolvéselas. Así lo hizo y al marchar le dejó encargado que cuando sus hijos fueran hombres, hicera lo siguiente: "Cuando los veas ya de mayor edad, si quieres acertar, haz entonces lo que te voy a decir: ¿Ves ese arco y esa banda que ahí tengo? Aquel de los tres a quien entonces vieres apretar el arco así como yo hago ahora, y ceñirse la banda como ves que me la ciño, a este harás que se quede por morador del país; pero al que no fuere capaz de hacerlo, envíale fuera de él" (6).  De los tres, fué el más pequeño el que consiguió ceñirse la banda y tensar el arco, así los dos mayores fueron expulsados de las tierras de los escitas (7).



En esta segunda versión del mito o la leyenda del origen de los escitas tenemos todos los elementos a los que aludimos: Heracles como deidad Smiting (Schmied, herrero), un dios de las armas que realiza la prueba del arco. Al igual que os bueyes de Gerión, relacionados de nuevo con el robo o adquisición de metales. Pues aunque la historia narra que Hércules viene desde tierras cercanas a Gadir y dando la vuelta al Mundo, llega hasta el Mar Negro, donde engendra a los tres escitas. Lo que realmente quiere enseñarnos el mito es que desde esta zona del Cáucaso también los griegos traían "bueyes" (pecunia = metales en lingote de forma piel de toro). Tanto como que el origen de estos pueblos allí asentados y que se llamaron escitas, está en estas gentes metalurgias asentadas en El Cáucaso. Tanto como la ruta de Hércules representa los viajes de los micenios (mediterraneos o pre-griegos) al Mar Negro a por los bueyes de Gerión (oro, plata y cobre). Unos singladuras en busca de metales que también se recuerdan en Jasón y los Argonautas, tomando el Vellocino (la piel) de Oro.


BAJO ESTAS LINEAS: Cinturón votivo o sagrado del Luristán, pero posiblemente escita, no cimmerio. Fechado en el siglo VIII a.C., representa escenas de sacrificio. Con toda seguridad estos cinturones rituales o funerarios tuvieron un sentido my relacionado con el que todos los escitas llevaban para poder abrocharse y montar durante dias a caballo; tanto como para cerrarse con fuerza, quitando el hambre. El cinturón entre los guereros de este pueblo eran símbolo de disciplinba y de dominio del caballo; relacionándose probablemente con la cincha que al equino se le cierra en el abdomen, para sostener la montura (colección particulas de Bruselas, a la que agradecemos nos permita la difsión de su imagen).



Lo más curioso del mito de Heracles en Escitia es el hecho de que la prueba que impone para dejar rey a alguno de sus hijos, consista en ceñirse el cinturón y tensar el arco. Deseando quizás hacernos ver que el hombre, el caballo y hasta el arco, son una misma cosa entre los escitas... . Ello quizás porque estos pastores del Cáucaso y las Estepas,vivían junto a sus caballos se alimentaban fundamentalmente de leche de yeguas (que tenían como su más preciado alimento, comiendo también su carne). Unidos al equino como todo tártaro, el cinturón sagrado probablemente les servía para no "desriñonarse"; aunque se decía que lo apretaban fuertemente para no deber ingerir alimentos durante dias y poder estar cabalgando sin sentir el hambre. De aquí y de las propiedades curativas de los corsés en cuero para los caballistas, proceden seguramente la gran cantidad de mitos relacionados con cinturones sagrados. Entre los que destaca el de Hipólita, que precisamente es el trabajo que Hércules realiza justo antes del robo de los Bueyes de Gerión. Labor que le es encargada al tebano por la hija de Euristeo (el rey que le ordena Los Trabajos a Heracles) quien pide al héroe que le consiga el Cinturón de Hipólita (la reina de las Amazonas), cuyo territorio se situaba cerca de Frigia, junto al Mar Negro (8).

En lo que se refiere a esos ceñidores -o cinturones- áureos y sagrados, parece que es un rito mantenido entre los pueblos matriarcales y las sacerdotisas guerreras (como las Amazonas, quienes representaban a etnias de las zonas del Mar Negro, que en tiempos de los griegos aún vivían en ese sistema femenil). Considerando que quizás se establece como una "moda" posterior para sujetar las túnicas de estas sacerdotisas, el ceñidor habría nacido del corsé de torso, absolutamente imprescindible para montar a caballo.  Por lo que la prueba que Heracles pone a sus hijos para elegir rey entre el que mejor se ajuste el cinturón y más temple el arco, tiene que ver seguro con el espíritu de disciplina, guerra, fuerza y templanza del que los escitas presumían. Una prueba que sin duda se relaciona con el yugo-arco del padre de Midas y su cuerda anudada (el Nudo Gordiano).

Para finalizar, deseamos destacar que en nuestras tierras también se dan estos ceñidores o cinturones sagrados, que se dicen fueron de sacerdotisas y de pueblos matriarcales. Algo que era un hecho históricamente probado, pues a los autores clásicos les llamó mucho la atención que los íberos vivieran en Ginecocracia (bajo el gobierno de mujeres). Uno de los cinturones sacros más llamativos, es el aparecido en el Tesoro de la Aliseda (Cáceres), de tipo tartessio y periodo orientalizante. En el que según el profesor Blázquez se encuentra la lucha del dios mesopotamio Guilgamés, con el león (quien sin duda es un antecesor del Heracles en Namea).

BAJO ESTAS LINEAS: Cinturón, ceñidor sagrado; probablemente de mujer sacerdotisa (o de guerrero votivo) de tipo orientalizante. Obsérvese cierto parecido con el de Luristán del siglo VIII a.C. que recogíamos en la imagen anterior. -Agradecemos al Museo Arqueológico Nacional, que nos permita divulgar su imagen-


CITAS:

(1) Heródoto. L.N.L.H.;  IV, 5.

(2) Heródoto ; IV, 7

(3) PERSIA, Roman Ghirsman, Madrid 1964 (Aguilar) Pag. 128.

(4)
Quinto Curcio (VII, 8, 18-19)

(5) Heródoto, L.N.L.H.; IV, 8

(6) Heródoto, IV, 9

(7) Heródoto, IV, 10

(8) Sobre el Noveno Trabajo de Hércules, el robo del Cinturón de Hipólita: Justino II, 4  //  Pindaro, Odas Nemeas, III, 38  y Fragmento 172  // Arriano, FRAGMENTO 58  //  Cicerón, EN DEFENSA DE FLACO, 15  //   Apolodoro, II, 5, 9 //  Filócoro, citado por Plutarco, TESEO, 26  //  Apolonio de Rodas, II, 990-2  // Higinio, FÁBULA 30  // Servio, sobre la Eneida a Virgilio, XI, 659  // Plutarco, Sobre los Rios, 14; CUESTIONES GRIEGAS, 45  //  Diodoro Sículo III, 451  // Herótodo, IV, 110 y ss.  //  Estrabón XI, 51  y XII 3,4  //  Justino, II, 4  // Homero, Iliada III, 189  // Heródoto, VII 72 y ss.    


-Desde el pasado terremoto de Japón, guardaremos en cada entrada de nuestro blog, un recuerdo a los damnificados de este trágico suceso, tanto como para los afectados por el reciente seismo de Lorca. Solicitando ayuda para ellos, informamos de que hay múltiples formas de colaborar con la Cruz Roja o UNICEF. Del mismo modo, les recordamos que una de las mejores maneras de ayudar a los afectados por catástrofes naturales, es consumir sus productos (recomendando la maquinaria y tecnología de Japón, que es inmejorable).  Muchas gracias a quienes así lo hagan.-


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