domingo, 30 de diciembre de 2012

EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte segunda: Orígenes anatólicos del encaste y de la veneración al toro (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXXI).



AL LADO:
De nuevo un detalle de la escultura de Mitra y el Toro que del Museo Arqueológico de Córdoba (al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes). Procedente como sabemos de Cabra -casa mitreo, siglo II d.C.- se trata de una de las figuras más bellas de este dios de las conservadas en la Península Ibérica. En ella vemos a Mithra dando muerte al toro, en una actitud que mucho nos recuerda a uno de los ritos más comunes en nuestra cultura, como lo es el del sacrificio de las reses. Inmolaciones entre la que destaca la del toro bravo, cuyos orígenes frigios continuaremos estudiando en la presente entrada.
.
ABAJO: Ruedo la Real Maestranza de Sevilla, con Novillos de El Serrano, toreando Conchi Rios, Emilio Huertas y Alvaro Sanlucar (agradecemos a la institución y a los participantes nos permitan divulgar las imágenes). Comenzamos el presente artículo con esta escena, en la que vemos como en nuestra tierra han permanecido los recuerdos -o reminiscencias- de los cultos más ancestrales que hubo en Europa y en Asia Menor. Tradiciones y arraigos sobre el toro en Iberia, de los que hoy ampliaremos algunos conceptos con el fin de ver sus orígenes anatólicos.


 
 .
 
ANTES DE COMENZAR:
Esta entrada es una continuación de las que le preceden, siendo necesario leer de las anteriores para poder tener una comprensión plena de lo que en ella exponemos. Puesto que aquellas pertenecen a un estudio sobre religiones y costumbres frigias en la cultura ibérica, que recomendamos revisar antes de dar comienzo a la de hoy.



.
.
.


El artículo que iniciamos no desea investigar propiamente los orígenes del culto al toro -ni menos los del toreo-, cuyo análisis ya desarrollaron principalmente desde el siglo XIX destacadísimos investigadores (a los interesados sobre este tema, les recomendamos leer nota adjunta en cita (1-a) ). Sinó lo que pretendemos es hallar los rasgos frigios existentes en la civilización prerromana peninsular. Ello atendiendo a las múltiples influencias anatólicas que tantos expertos han observado en culturas de nuestras tierras. Siendo una de las más interesantes, la aparición del dios toro (frigio o hitita) como totem en los albores de la civilización peninsular; concretamente en las zonas de Tartessos (Turdetania), en las del Levante prerromano, en la Lusitana e incluso en la Celtíbera. Áreas peninsulares que entre los siglos VIII al IV a.C., conservaron mútiples rasgos que a mi juicio son preferentemente neohititas, chipriotas o tardo cretenses. Todo lo que nos obliga a deducir que una gran parte de los colonizadores que se asentaron -o llegaron- a Iberia durante la Primera Edad del Hierro (del Siglo X al V a.C.) procedieron de Anatolia y del Egeo. Las que se unen a otras infuencias orientales, venidas del Creciente Fértil (Canaán y Fenicia), que son sobradamente conocidas. Habida cuenta que infinidad de investigadores estudiaron el influjo y la herencia del mundo semita entre los íberos, cuyas costumbres fueron importadas en esos años hasta nuestras tierras preferentemente por los fenicios (con bases en ciudades tan señaladas como Gadir o Malaka).
.
Pese a los numerosos estudios que destacan la huella púnica en nuestras tierras; sin embargo apenas hay rastro histórico de los frigios, cretochipriotas, egeos, carios o anatólios que vinieron hasta el litoral íbero en los mismos años. Gentes que durante la Edad del Bronce y en la Primera del Hierro debieron llegar buscando metales, con el fin de abrir un mercado del cobre y del estaño en Oriente Medio. Quienes que tras el avance de Asiria y el de los pueblos greco-indoeuropeos, se verían obligados a marchar de su lugar de origen. Teniendo la mayoría que refugiarse en el lejano Occidente, tras ser sus tierras devastadas. Faltándonos datos y referencias de la aparición de aquellos anatólicos y cretochipriotas, seguramente porque su llegada fue en gran parte desorganizada y "secreta". Tocando tierra en nuestras costas de forma "discreta", tras huir desde el Egeo o Anatolia buscando donde reiniciar la vida. De lo que aquella venida nada tuvo en común con la de los fenicios o de los griegos, quienes se asientan en colonias y puertos, en calidad comerciantes; de un modo "oficializado" y constatado históricamente.
.
Por cuanto no es difícil entender que fue muy distinta la aparición de estos que escaparon de Asia Menor y de sus costas en los siglos de las convulsiones (desde el VIII al V a.C.). De quienes se deduce legaron a Iberia y debieron refugiarse en el interior de la Penínsular, de forma "oculta" -escondiendo sus orígenes-. Ello para no ser también aquí perseguidos o esclavizados por quienes les invadieron en Anatolia o en el Egeo (helenos, y púnicos cercanos a los asirios). Buscando en nuestras tierras aquellos que marchaban de la hecatombe de Frigia, un lugar donde poder asentarse para comenzar una nueva vida. Creando o colonizando de este modo una nueva civilización, que consideramos se aglutinó entre las llamadas ibéricas. Culturas íberas que gozan de un increible influjo anatólico o cretochipriota; similitudes cuyos orígenes y motivos han quedado velados y escondidos por la Historia. Debido con toda seguridad a las circunstancias en que vinieron quienes huyeron desde esas zonas devastadas de Asia Menor, entonces en continuas convulsiones. Llegando aquí como "refugiados" y seguramente ocultando su procedencia, con el fin de poder comerciar con los griegos o con los fenicios que tenían en litoral hispánico sus puertos y sus colonias.

 
AL LADO:
Cabeza de toro de Çatalhöyük exhibida en el Museo de las civilizaciones Anatólicas de ANKARA (al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Sala reconstruida en la que se exponen estas esculturas que datan de más de ocho mil años de antigüedad y que guardan la forma de cabezas de toros. En el museo turco se exponen colgadas tal como se hallaron en Catalhüyük (o Çatalhöyük); en una cámara sagrada, cuyas paredes lucían estas como las de dioses. El santuario se fecha entre el 6500 y el 5500 a.C. y en él aparecen ya los rasgos de las religiones que van a preponderar en Anatolia y gran parte de Oriente Medio -hasta el comienzo de nuestra Era-. Cultos basados en un dios padre con cabeza -o forma- de toro (antecesor al Zeus Asterión) y una diosa madre, de grandes pechos y que se sienta sobre leones (antecesora de Demeter Cibeles). Observemos en la imagen que la tipología de la cabeza esculpida es la de un toro bravo (similar al ganado ibérico); que por su cuerna y complexión igualmente nos recuerda mucho a los bóvidos salvajes que aparecen idealizados durante el Minoico y en el Egeo (entre los milenios III al I a.C.) .
.
.
ABAJO:
Dibujo por mi mano de la mencionada sala del Museo de Ankara, en la que se puede ver como se disponen los diferentes bucráneos líticos, datados hacia el 6000 a.C.. En el diseño de la habitación, se observa el parecido que tiene esta cámara sagrada con muchos de los santuarios posteriores, en los que se adoró al toro. Templos dedicados al bovino repartidos por toda Anatolia, existentes en Creta, en Chipre e incluso el remoto Occidente mediterráneo. Donde igualmente tenemos los santuarios ibéricos en los que han aparecido bucráneos, esculturas del toro, altares con forma de su piel o estatuas similares a las de Çatalhöyük. Concretamente nos referimos a aquellos de zonas levantinas y las más "próximas" a Anatolia, como son las costas de Alicante y sobre todo al área de Baleares; donde se han hallado infinidad de estos templetes y enterramientos dedicados al toro (como los de Costitx).


 
.
INTRODUCCIÓN:
.
Tal como hemos visto en imágenes anteriores, parece indiscutible que el culto al toro -tal como llegó a la Iberia protohistórica-, estuvo muy unido a la veneración que se dió en Anatolia a este animal (hace ya más de ocho mil años). Ello porque los rasgos de adoración, la tipología del bovino y la forma de idealizarlo en nuestras tierras son casi las mismas que las de Çatalhüyük. Yacimiento sito en la actual Turquía datado entre el 6500 y el 5500 a.C. y cuyo dios toro como símbolo de la fuerza y de la fecundidad, conservaron cuantas civilizaciones permanecieron influidas, o heredaron a estas anatólicas. Animal sagrado que sin lugar a dudas era el totem del guerrero por cuanto el toro (al igual que el hombre) no mata para comer, sinó para defender su terreno o su primacía. Atacando el bóvido salvaje a todo extraño que aparezca en su zona, de un modo semejante como lo hacían aquellos cuya misión era la de guardar a su grupo o su territorio hace miles de años. Por todo cuanto es fácil deducir que la imagen del uro o de la res brava, fuera asimilada con la de un tipo de Marte ancestral (1) .
.
Dios de la guerra, que a mi juició (en teoría propia) lo fue seguramente por tener una gran utilidad para quienes eran capaces de pastorearlo y dominarlo. Ya que el toro debió ser uno de los mejores modos para defenderese; al menos hasta la creación de los grandes ejércitos -o de las armas sofisticadas-. Forma de protegerse que podría lograrse con un rebaño numeroso de reses bravas, guardado en terrenos bien controlados o en batanes; teniendo así bastante seguridad de que el enemigo no podría franquear esas zonas. Bastando con soltar aquellos toros hacia el contrario cuando se acercaban las hordas o los ejércitos ajenos; o bien manteniéndolos en un cercado que rodease la ciudad, o en los bosques cercanos a ella, impidiendo de ese modo cualquier invasión.
.
Sistema defensivo que en las islas y durante la Edad del Bronce debió de ser doblemente eficiente; por cuanto los ejércitos extrajeros (que hasta ellas podían llegar en barco) no tenían un número suficiente de hombres como para poder enfrentarse a grandes rebaños de reses bravas. Impidiendo así que pusieran pie los ajenos en el litoral donde hubiera ganado salvaje deliberadamente soltado -por las playas o en zonas de posible desembarco-; evitando de ese modo a cuantos extraños desearan varar en las costas. Batanes o cercados que pudieron situar en lugares próximos al mar, que apenas eran útiles para el hombre y que no siendo de cultivo ni de labor, podrían usarse para guardar y mantener en allí a los toros salvajes. Uros o reses muy bravas que protegerían de ese modo tan simple las islas, de extraños; que se verían incapaces de desembarcar en aquellas tierras plenas de guardianes naturales.
.
Todo ello, en mi opinión y teoría; generó mitos y ritos como los del Minotauro o los de la propia Atlántida; en el que los reyes conservaban y "toreaban" -o pastoreaban- los bóvidos bravos, conservados y adorados como totems sagrados. Costumbres y rituales que procederían de este hecho de defender las tierras con lo que llamamos "murallas de toros". Posiblemente en forma de laberintos naturales, fabricados con empalizadas de madera, tal como hoy en día aún se hace en los encierros. Fórmula que antepone talanqueras y burladeros para salvar al que corre el rebaño, encauzando a los bravos hacia donde se desean llevar (arrojándolos sobre el enemigo en el caso de guerra -que narramos-). Quizás simplemente soltándolos desde un batán hacia el extraño (tal como en ocasiones narran las fuentes clásicas); o dejándolos como "guardianes" en las zonas intermedias y de paso hacia la ciudad (fundamentalmente frente a esta o en las calles de la urbe).
.
Hechos estos que explicarían por qué civilizaciones tales como la Minóica carecían de grandes murallas en sus ciudades costeras, al poder defenderlas con medios como el de soltar uros. Pese a que esta falta de muros comunmente se razona históricamente exponiendo que apenas se navegaba en la época de Minos, por lo que no había ejércitos capaces de tocar tierra en islas como la de Creta. Todo lo que nos es demostrable, habida cuenta de que desde mediados del Tercer Milenio a.C., se desplazaban por mar y tierra grandes masas militares (principalmente desde Egipto o Mesopotamia).

 
AL LADO:
Bahías de la costa cretense, donde se situaban de forma abierta -hasta la aparición del hierro- las diversas ciudades minoicas. La foto está tomada en las proximidades de la desaparecida Olous, cercana a la minóica Malia, junto a Lato y a la actual Agia Nikolaus.
.
ABAJO: Curiosa escultura que representa el "rapto de Europa" sobre el buey y que se encuentra en el puerto de Agia Nikolaus. En otros artículos analizaremos el significado de este complejísimo mito, que explica el nacimiento de las culturas europeas, influidas por las de Oriente Medio -representadas en el toro que se lleva por mar a la bella Europa-. 
 

 
.
Por cuanto es mi teoría que la mencionada carencia de altos pertrechos en las ciudades costeras minóicas, se debió a ese sistema defensivo. Refiriéndonos a lugares tales como Faistos, Agia Triada, Cnossos, Malia, Chania y largo etcétera; urbes que apenas tienen paredes de gran tamaño que las protejen, aunque se hallan asentadas practicamente en el litoral. Creyendo por todo ello -y personalmente- que las protegian soltando toros; un medio por el cual se evitaría que ningún extraño desembarcara en la zona y menos que llegasen hasta el interior esas ciudades-palacios (en las que se desarrolla gran parte de la civilización de Minos).
.
Palacios de enorme tamaño muy diferentes a ciudadelas militares, y que se convirtieron en verdaderas urbes pobladísimas. Donde las gentes vivían y desarrollaban una vida cotidiana, ajenos a todo peligro aunque carecían de murallas y cierres. Siendo facil protegerlas si pensamos que ante la aparición enemigos, soltasen toros bravos en las inmediaciones de aquellas o por sus laberínticas calles. Impidiendo las reses que cualquier ajeno se acercara o se adentrase en las ciudades minóicas; menos aún si el invasor venía armado o cargado de escudos y corazas (que le impedían correr o guadecerse se los toros). Todo lo que en mi opinión se recordó en leyendas y mitos como las del Minotauro.
.
La defensa que relatamos -de ciudades o plazas- valiéndose de animales, es un hecho histórico demostrado; tanto que hasta en los fosos de los castillos medievales se sabe que soltaban leones o bestias salvajes, para impedir que se acercarsen extraños. Igualmente hay testimonios escritos de ello entre los iberos; quienes embolaban astados y les ponían teas ardiendo para arrojarlos sobre los ejércitos contrarios (como narran las fuentes clásicas -que más adelante analizaremos-). Sistemas de protección que llegaron hasta los tiempos modernos, tal como es sabido entre quienes han estudiado los orígenes del toreo. Arte que se utilizó como un medio de defensa, practicado por última vez en nuestras latitudes cuando Portugal fue declarado territorio español (con la desaparición del último rey Avis luso, D. Sebastián). Tiempo en que las islas Terceras se sublevaron y la marina española no pudo desembarcar en aquellas para declararlas tierra hispana, porque sus habitantes soltaron innumerables toros bravos por todo su litoral; impidiendo así que tomaran posesión de aquellas "los nuevos dueños".
.
Cuanto exponemos conforma nuestra nuestra teoría que razona por qué el toro fue concebido como un dios, e idealizado como animal de defensa sagrado. Lo que a su vez explica el motivo por el cual en algunas zonas mediterráneas no se erradicaron las reses bravas. Puesto que de no ser un animal absolutamente útil para muchos, hubieran tenido que exterminarlos (como sucedió con el uro); al tratarse de una bestia con tremenda fortaleza, capaz de matar y de atacar a cuanto se pone frente a aquel. Ultilidad que ciertamente ya no debió ser tanta ya en la Edad del Hierro, al nacer por entonces un tipo de armamento más sofisticado y duro, tanto como enormes ejércitos itinerantes -nos referimos al griego o al romano-. Milicias organizadas y con un gran número de soldados, capaces de acabar primeramente con los toros, para después tomar represalias contra los habitantes de la zona que los hubieran soltado.
.
Pero si hemos de plantearnos cuando las reses bravas dejarían de tener efectividad para proteger, hemos de pensar que sobre todo ello debió suceder con el nacimiento y transporte de la caballería -como fuerza armada- . Habida cuenta que unos simples jinetes bien adiestrados, armados con lanzas y arcos, podían acabar con cuantos bóvidos se les enfrentasen (por muy bravos que estos fueran). Deporte o forma de lucha, consistente en lancear toros y que comunmente se llevaba a cabo en tierras mediterráneas en época grecorromana (tal como los mosaicos y fuentes clásicas nos muestran). Siendo muy llamativo el hecho de que cuando Julio César tocó tierra en nuestra Península, lo primero que hubo de hacer (al parecer para ganarse la simpatía de sus milicias) fue matar una res brava con lanza; forma de rejoneo que realizó el Emperador en las zonas de Cádiz.
.
Pese a todo, la suelta de uros o reses salvajes debió ser muy efectiva en la Edad del Bronce, como medio de protegerse. Fundamentelmente en los siglos en que apenas existía la caballería y cuando las tropas no superaban el millar. Puesto que además por aquel entonces el armamento era muy pesado, al estar fabricado fundamentalmente de madera, cobre y estaño. Milenios comprendidos entre el cuarto y el primero a.C., cuando los venablos y las protecciones eran muy rudimentarias y los ejércitos fueron relativamente pequeños. Siendo aquel un tiempo en que la doma del caballo no estaba extendida y en el que los soldados tan solo se valían del carro como medio militar. Por lo que en la época de Minos debió ser verdaderamente útil tener un buen rebaño de toros para soltarlos hacia el enemigo, o para pastorearlos en los alrededores de las zonas habitadas -evitando así la visita de extraños-. Un uso de las reses que se mantendría hasta muy entrada la Edad del Hierro en zonas como las isleñas (donde era difícil llegar con caballos) o en civilizaciones apartadas de los Estados que contaban con ejércitos que tenían jinetes. Como lo fue la Península Ibérica, que hasta la llegada de los catagineses y de los romanos, tuvo en el bóvido bravo uno de sus sistemas de defensa -tal como mencionan los textos clásicos-.

 
AL LADO:
Uno de los maravillosos toros de Costitx (Mallorca), vaciado en bronce que corresponde a la cultura talayótica -propiedad del Museo Arqueológico Nacional, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Santuario balear que pertenece a la segunda fase del periodo talayótico y cuyas esculturas se datan entre el siglo VI y el III a.C.. Cultura talayótica que mucho tuvo que ver con otras isleñas desarrolladas en zonas como Cerdeña o Malta y cuyos antecedentes más remotos -en mi opinión- se hallan en el Egeo y sobre todo en las civilizaciones Cretochipriotas. Sobre la sacralización del toro en zonas de piélagos, consideramos que es fácil entender por qué este totem pudo ser en ellas aún más útil que en tierras continentales y por ello tomado como el dios que vigilaba y guardaba las costas. Puesto que bastaría soltar algunas reses bravas en las playas, para impedir que allí desembarcaran gentes no deseadas.
.
Por su parte, la cría y el desarrollo de ganadería brava en las islas implica la importación de la especie por barco, tanto como el conocimiento de ciertas "artes de mayoral" (para poder pastorear y conducir a los bravos). Toros que se manejaban fundamentalmente con el caballo, la garrocha y que antiguamente se guiaban principalmente con la honda; lanzándoles piedras para poder conseguir que las reses fueran hacia un lugar o que no embistieran. De cuanto puede explicarse por qué los honderos baleares eran algunos de los más famosos del Mediterráneo; ya que este arma era necesaria -imprescindible- ante el ganado bravo. Debiéndose dar al bovino con el proyectil (llamado glande), para conseguir hacer "quites" y que embista o se dirija hacia el lugar deseado. Siendo conocido que los antiguos habitanes de Baleares llegaban a golpear con sus hondas las astas del ganado, logrando de ese modo pastorearlo y llevarlo hacia donde querían.


.


.
ABAJO:
Palacio de Cnossos, en Creta (junto a la Capital, Herakion) -agradecemos a las autoridades propietarias del recinto minoico nos permitan divulgar la imagen-. Cuna de la leyenda del Minotauro y de la civilización Minoica, Cnossos es una de las muchas ciudades cretenses del III y II milenio a.C. que apenas carece de fortificación. Sita a poca distancia del mar y en un lugar de fácil acceso en caso de desembarco de extraños, esta capital del Imperio de Minos no fue conquistada desde el exterior. Destruyéndose por efecto del Tera-Santorino; cráter que explota a unas cincuenta millas al norte, provocando uno de los mayores desastres sísmicos y volcánicos que la Historia conoce.
.
Nuestra teoría acerca del modo de defensa en estas islas de la Antigüedad, es que lo hacían por medio de situar toros en las ciudades, en las playas y en los lugares de posibles desembarcos. Reses bravas que servían para protegerse de los extraños, a la vez que eran fuente de alimento y carne para aquellos "mayorales" -quienes las cuidarían, apartándolas para que no dañasen a las gentes comunes-. Pastores de toros que dominarían los secretos de la crianza del bravo y que actuarían como verdaderos estrategas militares, procurando mantenerlos en las playas o en el litoral. De ello surgirían -a mi parecer-, religiones y mitos como el del Minotauro en Creta, o el de los Toros de Gerión en las costas de Tartessos. Zona andaluza donde aún hoy en día se cria ganado bravo, reses que incluso en el Coto Doñana nacen salvajes y a las que llaman "retintos" (por su color semejante al del ganado de Gerión, tal como nos los describe la mitología griega).
 

 .
.
ORÍGENES DEL CULTO AL TORO:
.
Conocidísima es la mitología antigua relativa al bóvido, animal que quizás fue el más representado como figura de dios.
Divinización que no se limitaba a las afamadas historias de Zeus con Pasifae, de Minos y Ariadna o a la de Mithra y buey que sacrificaba; sino a otras deidades como el Apis egipcio, o a los toros sumerios y persas (2) . Pese a ello, no todos esos mitos y religiones contemplaban o idealizaban al astado bravo, sino más bien solían deificar al bóvido como "esposo" de la vaca; por ser aquella un animal sumamente benéfico, que entregaba su leche, su piel y su carne. De lo que hemos de diferenciar claramente las creencias y fábulas que adoraban al buey (manso) de las que veneraban al morlaco (bravo); siendo tan solo las segundas las que nos interesan para el estudio del significado y el origen del culto al toro entre los iberos. Religiones entroncadas con las costumbres peninsulares, que idealizaban al bóvido por su capacidad de lucha y como totem de la guerra. Muy diferentes a las otras -más comunes- y de las que hemos hablado, en las que el becerro era un animal benéfico por proceder él gran parte de la carne, las mejores pieles y la mayor cantidad de leche. Un toro que en esas creencias personificaba la bondad, convertido en el dios de los acuerdos y de los contratos -entre los mazdeistas, por ejemplo-; o en el de la luz y del amanecer (para los védicos). Tanto como fue el de "la fertilidad de los campos y "del ganado, el salvador y realizador de la creación", para las creencias mitráicas (3) .
.
Por cuanto decimos, hubo un segundo modo de adorar al toro muy diferente al que lo consideraba "madre Luna". Ese fue el que encuadraba a este animal como "padre guerrero" identificado con el Sol; destacando unas cualidades muy distintas. Venerando al astado en su calidad de fiero, como animal duro e indomable y como representación del "mal" que protege al grupo. Cultos que se desarrollaron simbolizando en el toro salvaje un tipo de dios Marte; religiones que -como decimos en los párrafos iniciales- hubieron de proceder desde el uso del bóvido en la guerra. Siendo este nuestro planteamiento que resuelve la existencia de culturas en las que la res brava es protagonista y dueño del panteón, figurando como "padre de la fertilidad y de la lucha".
.
Creencias que se desarrollaron en el Neolítico, pero que en la Edad del Bronce gozaron de un gran esplendor en zonas como Anatolia o en el Cáucaso. Lugares, donde proliferaban y se domesticaron estos uros, o los diversos tipos de bóvidos salvajes; pese a que los más peligrosos fueron exterminados allí con la llegada del hierro y sobre todo en época de los ejércitos con caballería. Lo que nos hace deducir que antes de existir medios eficaces para acabar con los toros no domésticos, se usaron estos en algunas zonas del Mundo como medio de defenderse (en el campo o en las urbes). Todo lo que haría del bóvido bravo la personificación del soldado, siendo contemplado como el dios del espìritu más feroz y terrible. Unos rituales y religiones que al parecer proceden de Anatolia, donde se fueron amaestrando y cercando esos bueyes primigenios para asignarles diferentes usos; tal como las últimas investigaciones han podido ir demostrando (4) .
.
Pese a ello y hasta que la humanidad llega a dominar a estos morlacos, los astados hubieron de sufrir una evolución natural (ayudados por la mano del hombre), que los llevó a medir y a pesar casi la mitad de sus proporciones originales -en los siglos previos a la Glaciación-. Proceso evolutivo en el que sin duda alguna la ayuda artificial cumpliría una función de selección; mezclando aquellos astados más pequeños y menos fieros, para lograr hacerse finalmente con un tipo de "bos" reducido y casi manso. Todo lo que precisaría de miles de años de capturas, uniones genéticas y millones de gestaciones que fueron creando los toros que actualmente conocemos; domésticos en su mayor parte y con sus diferentes tipologias o razas. Pero para comprender mejor lo que hubo de suponer este penoso y largo proceso evolutivo, dejaremos hablar a un experto en el tema, como lo es el profesor en veterinaria Carlos Alberto Vega Pérez. Quien en sus estudios sobre el Uro y los bóvidos expone que:
.
"Hace unos 10,000 años, los seres humanos del neolítico descubrieron que capturar animales, domesticarlos y mantenerlos vivos para utilizarlos cuando fuera necesario, les permitía reducir la incertidumbre que (...) les suponía el hecho de tener que depender de la caza. El proceso debió de constar de un periodo de pre domesticación en el que en un primer momento,(..) esto, hace suponer, que ellos mismos tenían que encargarse de suministrar alimento a los animales. Así consiguieron domesticar varias especies, encargándose de mover los rebaños de unas zonas de pasto a otras, emulando las migraciones naturales de ellos mismos, pero ahora bajo su control." (...) "Una de las primeras formas de cría del Uro (Bos primigenius), tiene su origen al ser mantenidos grupos de animales (..) e irlos seleccionando inicialmente en función de la forma de los cuernos (que recuerda la imagen de la luna creciente) para utilizarlos en rituales religiosos dedicados precisamente a la Diosa Madre Luna." (...) "También la evolución de las técnicas de caza parecen haber favorecido el proceso de domesticación de los bovinos (...) para que no se pudriese la carne y eran mantenidos en recintos o llevados en caso de necesidad para fines alimenticios y/o religiosos"..
.
Estas interesantes palabras las acompaña
Carlos Alberto Vega Pérez con el árbol genealógico del toro del lidia y de las diferentes "reses salvajes"; cuyos orígenes muchos remiten tan solo al Uro europeo. Aunque sobre ello hay varias teorías, dado que otros expertos consideran que el ganado bravo procedería de los distintos tipos de bueyes no domésticos, que existieron y se desarrollaron en los Continentes asiático, europeo y africano (5) . Siendo ella la Historia del morlaco que ha llegado hasta nuestras plazas; como un toro con un tamaño pequeño, de gran fiereza, pero con un peso y condiciones idóneas para ser pastoreado, toreado y usado para la lucha (el "juego" o la guerra). Un encaste que sin relación genética, tendría a mi juicio plenos paralelismos con los del buey manso; aunque mientras el doméstico habría sido mezclado y adiestrado para las labores del hombre, el bravo fue creado de forma semejante y como raza asilvestrada. Bien para que vivieran en los campos de manera salvaje, quizás como reses de carne que nadie pudiera robar; o más probablemente para utilizarlos también como un medio de defensa.
.
De ello, es mi opinión que el toro de lidia, tanto como las reses de embiste que vemos en la iconografía de la Antigüedad -y en su mitología-. No fueron simples uros del campo, que cazaban y llevaban a la ciudad con fines lúdicos o religiosos (tal como pudo suceder con otras fieras). Sinó que por el contrario, eran fruto de un encaste milenario que les permitió crear razas bovinas de bravura; con el fin primero de que no las robaran y en segundo lugar para usarlas como un procedimiento defensivo -alejando a extraños de las tierras-. Todo lo que explicaría la no desaparición de aquellos toros primigenios y salvajes; que serían también seleccionados para generar una raza de pequeños bóvidos bravos en algunas zonas de Anatolia y del Mediterráneo (toros que nos han llegado a Portugal, el Sur de Francia o España).

 
AL LADO: Maravillosa cabeza de toro del Imperio Hitita; procedente del yacimiento de Bogazkoy y fechada hacia el 1500 a.C. - perteneciente al Museo del Louvre, Paris; al que agradecemos nos permita divulgar la imágen-. Se trata sin lugar a dudas de un tipo de bóvido bravo; reses de encaste que se distinguen de los mansos por carecer de grasa "inservible" en la cara, cuello y morro; tanto como en la estilizada forma de su cabeza. Faz cuya belleza es muy diferente a la del buey doméstico, de facciones achatadas y burdas; siendo normal en el bovino manso tenga además una expresión de "bobo" o de "lento" en su rostro. Por todo ello considero personalmemte este toro hitita de hace más de tres mil quinientos años, un tipo de res semejante a las hispanas de lidia.
.
Siendo muy parecido también -el que vemos en imagen en su tipología- a los que figuran en la estatuaria y representaciones minoicas; cultura esta última en la que no nos cabe duda de que la fiereza era el motivo por el cual se veneraba al bovino (no por la leche, la carne y piel que entregaba la hembra -tal como sucede en las religiones védicas-).Todo cuanto decimos, nos hace pensar que en realidad el actual toro bravo ibérico, sea un encaste de tipo mediterráneo, desarrollado probablemente en Anatolia entre los milenios IV al II a.C. e importado a nuestras tierras por los colonizadores más antiguos llegados desde esa península (hoy Turquía), hasta la Ibérica. Gentes venidas directamente en barco -o bien a través de Fenicia- siguiendo las rutas cretochipriotas, en búsqueda de metales (primero) y más tarde de refugio. Tal como sucedió con los hititas o con los neohititas; quienes arribaron al Occidente remoto primero siguiendo los yacimientos de oro, plata y cobre, y posteriromente para encontrar un lugar donde sobrevivir a las razzias de Cimerios, Asirios o Lidios -lo que se produjo desde los siglos XIV al V a.C.-.


.
.
.
ABAJO:
Grabado de un Uro, dibujado desde un ejemplar de esos toros salvajes que todavía existían en los bosques de Europa hasta el siglo XVII. Obra de Sigismund von Herberstein; lámina pertenecienta al un libro publicado en 1556 -imagen tomada del archivo de Wikipedia (a la que agradecemos permita divulgar conocimientos y libere este tipo de ducumentación)-. Original en: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Tur_ZHerberstein_pol_XVIw_small.jpg

 
 .
.
Tal como decimos, muchas son las teorías acerca de la aparición del ganado bravo en la Península Ibérica, aunque en mi opinión ello ha de estar completamente interrelacionado con la no erradicación de la especie. Puesto que al no haberlas cazado y extinguido, se prueba que este tipo de reses eran útiles. Pero no tan solo para el juego o para las celebraciones circenses, sinó más bien para defender las tierras; tanto como para lograr que el ganado de carne no fuera robado. Un sistema de protección muy rudimentario y que quizás otorgó a la Península Ibérica esa idiosincrasia tan peculiar, donde nadie desea depender de un superior; mientras todos prefieren ser "cabeza de ratón" antes que "cola de león". Ello porque para protegerse por medio de manadas de toros, apenas necesitarían de una organización estatal, ni de ejércitos centrales que mantuvieran el órden. Sinó que bastaba con criar las bestias y conocer los secretos de su pastoreo, que se basan en técnicas de caballo y en formas para que el astado conozca al que le alimenta.
.
Un medio de vida y de defensa que unido a hechos como la buena adaptación del cerdo peninsular (semi-salvaje) a nuestras dehesas; pudo potenciar que entre los iberos la socialización o el urbanizarse estuviera de más. Es decir, que teniendo unas buenas piaras de cerdos y manteniendo unos toros bravos en sus campos; posiblemente eran autosuficientes y estaban a salvo. Tanto como para no precisar ser defendidos por ejércitos numerosos, ni alimentados por otros medios (sin necesitar de una estabilidad social siquiera que les permitiera sembrar y cosechar). Algo que considero personalmente pudo dar ese carácter anárquico, autosuficiente y poco servil al íbero (que aún todos conservamos). Nacido de un sistema de vida basado en el toro y que seguramente prevaleció hasta la aparición en nuestras tierrras de Cartago y de Roma. Quienes ya transportaron un gran número de tropas, capaces de enfrentarse y devastar a las reses bravas que poblaban en masa aquellos campos y ciudades de la Iberia Antigua (tanto como a sus guerreros, que igualmente actuaban de forma desorganizada e individualista).
.
Pese a ello, las teorías científicas sobre el origen del toro de lidia no han podido ponerse de acuerdo, y aún prima aquella que relaciona directamente a los bravos con el Uro europeo (6) . Un bos que habitaba en los bosques de centroeuropa hasta hace unos trescientos años y que medía casi dos metros hasta la cruz; por lo que en tamaño y peso pudo exceder en el doble de lo que es en realidad un astado de plaza hispánica. Debido a lo que dudo mucho personalmente que aquel enorme buey pueda ser el antecedente más directo de los que hoy se torean. Pensando -muy por el contrario- que estos de la dehesa española se relacionarían más con los de Anatolia, Creta (o incluso de Egipto Antiguo); siendo aquellas que mencionamos, unas reses creadas y criados para la pelea o la lucha. Pese a lo que normalmente se estima que el origen del toro de lida de halla en los mencionados Uros, de los que Silvanus Kilet aporta algunos intereseantes comentarios,
escribiendo por ejemplo que:
.
"El autor latino Servio Gramático alude a la existencia de este animal en el Pirineo durante el siglo IV d.C. " (...) "Ya en la Edad Media sólo se los veía en Alemania y en los bosques polacos" (...) "A los uros se los llegó a tratar como si fuesen mascotas dentro de esos bosques. Había cuidadores especiales, para que no los molestase ni la gente ni los animales salvajes, y en invierno hasta les daban heno para comer." (...) En 1564 sólo había treinta y ocho " (...) y de "los cuatro machos que quedaban, sólo se le perdonó la vida a la hembra que fue la última uro en el mundo, que murió de vieja en 1627." (7).


 
AL LADO: De nuevo una fotografía tomada en La Maestranza de Sevilla (novillada de El Serrano; Conchi Rios, Emilio Huertas y Alvaro Sanlúcar -agradecemos nos permitan divulgar la imagen-). Observemos en ella el tipo de bóvido que no ha de ser muy alto, pero siempre muy fuerte (nunca con exceso de grasa). Pese a ello, en ocasiones se da la circunstancia de que superan el 1,70 de altura a la cruz (o lomo) lo que curiosamente desluce mucho las faenas y no permite al torero manejar a la res, ni menos matarla a estoque. Ello implica que en el encaste se busque un animal de cierta altura, que pueda siempre ser toreado por el hombre -hechos que nos hacen suponer que el toro bravo procede de especies anatólicas, ya que el Uro superaba los dos metros de altura a la cruz-.
.
.
ABAJO:
Diversos ejemplares de toros celtibéricos procedentes de los yacimientos vettones cercanos a Ávila (pertenecientes al Museo Arqueológico de Ávila, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este tipo de representaciones (comunmente en piedra de granito) que se fechan entre los siglos VI al II a.C., proliferan por la Meseta, en zonas de Vetonia, llegando hasta terrirorio carpetano (Toledo, Cáceres, Salamanca, Ávila, Segovia y Zamora; y áreas de frontera, en Portugal). En próximos artículos analizaremos su significado y posibles usos; pero en este queremos recogerlos como muestra de la importancia y extensión del culto al toro, ya en el siglo V a.C. en toda la Penísula Ibérica. 
 

 
.
Como decimos, muchas y muy variadas son las hipótesis sobre el origen del encaste bravo y de los ejemplares que hoy se torean en nuestras corridas,
considerando el profesor doctor Keller (de Zurich), que estos descenderían de un tipo denominado Hérens -de origen egipcio-. Unos bóvidos creados artificialmente entre los faraones, para usaros en las luchas y espectáculos; cuya tipología -dice Keller- es similar a la que se existe en el ganado de Suiza (que es de cabeza achatada). Pensando el mencionado profesor que fueron los árabes quienes los introdujeron en Iberia desde África, para llevarlos luego por toda Europa. Algo que argumenta porque la raza bovina de Zurich es agresiva y muy dada a la pelea, por lo que cree que en ellos está el origen del toro de lidia ibérico (logrados por medio de encastes desde el Hérens que trajeron los árabes a España). Pese a todo, comunmente se considera que el ganado bravo se implanta en nuestras tierras venido desde Asia Menor (o del Norte de África), a través de las diferentes colonizaciones en épocas prerromanas -muy anteriores al siglo VII d.C.-.
.
Sobre ello, existen dos teorías aceptadas comunmente: Una primera que los consideraría descendientes de esos toros de lucha egipcios y por lo tanto importados en gran parte por los fenicios -aunque también muy probablemente por los bereberes que entran tras el 711 d.C. en la Península-. Mientras una segunda hipótesis los hace desceder de los toros usados por los celtas; bien para la caza, o bien para las labores domésticas. Acerca del segundo origen, todos acuerdan que es improbable que el bóvido utilizado por los indoeuropeos para carne o para el trabajo, pudiera llegar a encastarse de la forma que vemos en las razas de la actual lidia. Mientras muchos comparten que probablemente es desde el Uro que cazaban los celtas en los bosques centroeuropeos, del que nacería esta raza de toro salvaje ibero. Ello por ser tan feroz como para ser imposible domarse, pudiéndose lidiar en las corridas y porque su agresividad es incomparable con la de cualquier otro animal (máxime con aquellas reses que han sido en algún momento o ancestro, domesticadas).
.
Por nuestra parte, creemos que tampoco pudiera ser el toro bravo (mucho más pequeño que el de carne o el de labor) un descendiente directo de aquel Uro que poblaba los bosques auropeos aún en el siglo XVII. Dado que más ciertamente habría que buscarse el origen de estas razas bravas -aún coservadas en nuestra Península- en los bóvidos salvajes del Cáucaso y de Asia Menor. Toros que fueron mezclados y modificados geneticamente en Anatolia, desde al menos el sexto milenio a.C.; generando las especies que ya aparecen en Çatalhüyuk hacia el 6000 a.C.. Donde vemos a los morlacos como dioses venerados por su utilidad y fiereza; divos que más tarde nos encontaremos representados en toda la estatuaria y en las creencias anatólicas (hasta le época romana). Reses de tipología brava y fuerte, seguramente usados para la guerra o creados como bravos para que no fueran robados o para defender al amo. De los cuales surgiría la mitología del buey como dios de la guerra y como padre protector; muy diferente a las creencias que adoraban al astado como benefactor animal -que entegaba su leche, su piel y su carne-.

 
AL LADO: Estatua de diosa neolítica (hacia el 6000 a.C.) que en anteriores artículos vimos era la antecesora de la diosa Kubaba de los hititas, de la cual procedía la Kybeles griega -se halla en el Museo de las Civilizaciones de Ankara, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen que hemos trabajado desde una fotografía de Roweromaniak-. Denominada comunmente como diosa Hanna Hanna, fue hallada junto al santuario de los toros -en Catalhöyük-, y se considera claramente una "diosa madre" Cibeles; al ser una diva de grandes pechos, sentada en un trono junto a fieras (dominadora de los anilmales). Tal como dijimos en entradas previas a esta, durante el Neolítico se extiendieron las religiones que veneraban a la madre "domesticadora" de las bestias. "Potnia Theron" en griego -"señora de los animales"- que en ocasiones se representa junto a leones, en otras sosteniendo aves y más comunmente apaciguando leones o dominando fieras (como sierpes o toros).
.
Su culto claramente se relaciona con la capacidad de doma que las mujeres tienen -como madres-; alimentando y consiguiendo dominar con el cariño a los animales, desde su nacimiento tras haberlos criado. Un método que de seguro proporcionó la gran fuente de economía del Neolítico, que fue la de los animales domésticos y de ayuda que entonces de logran (desde el perro, hasta los bóvidos). Forma de vida que sin duda hizo nacer las religiones totémicas (adoradoras de los animales), que veneraban a las especies más útiles -tanto como a las más fieras o temidas-. Creencias que veneraban al toro y a los leones, como totems de la lucha o de la ferocidad; hechos que muestran que ambas especies fueron usadas en sistemas de defensa (para los fosos, palacios o en los campos y en el desierto). Al ser francamente útil para las ciudades que sus montes y lugares ajenos a los de labor, pudieran estar poblados por toros fieros, evitando así a los extraños -una igual función que podían tener los leones en las zonas de sabana o de desierto-.


.
.
.
ABAJO:
Algunas de las cabezas de toro que se exhiben en el museo de Ankara, en la cámara reproducida del santuario de Çatalhüyük (pintadas por mi mano). Vemos como la tipología de estas esculturas hechas en piezas (moles) de granito a las que añadieron astas auténticas, dejan claro que se trata de especies muy cercanas al toro de lidia. Ello idica que en el 6000 a.C. en Anatolia ya habían creado esa especie y desarrollado una religión basada en la veneración del morlaco bravo; macho de bóvido que representaría un tipo de dios de la guerra. Divo muy cercano quizás al Minotauro o al Marte-Ultor, que se observó incluso en época romana en zonas en las que se adoraba al toro en la figura de protector de los soldados.
.
Siglos más tarde y cuando ya había desaparecido el santuario neolítico de Çatalhöyük, estas religiones que veneraban al bóvido por su fiereza se mantenían en toda Anatolia; llegando hasta Mesopotamia, donde igualmente el toro fue así deificado -al menos desde el IV milenio a.C.-. El mitraismo y el mazdeismo (desde el siglo IX a.C.) pretendió erradicar estas costumbres del sacrificio del buey; tanto que Zoroastro consideraba su celebración herética y contra-natura. Pese a ello, la raigambre de estos cultos y de los rituales del toro era tal, que hubieron de sincretizarlas. Por lo que desde Lidia (o Frigia) se exportó la religión de Mithra con lo que constituyó su rito principal: El de la tauroctonia. Lo que en opinión de muchos debió influir de manera decisiva en la costumbre ibérica de la tauromaquia; aunque siglos antes la península ya había recibido otras corrientes anatólicas similares y de adoración al astado. Tanto que por toda Iberia y al menos desde el siglo VI a.C., se extendieron las imágenes del toro sagrado -fundamentalmente en piedra; cuyo significado y orígenes analizaremos en próximos estudios-.
 

 
.
Para finalizar esta segunda entrada acerca del frigianismo en la cultura ibérica, concluiremos que -en nuestra opinión- la veneración de las reses bravas en nuestras tierras (tanto como su creación "genética"); se debe principalmente a la influencia anatólica, llegada entre los siglos XIII al V a.C.. Un influjo y costumbres que tal como vimos, comienza ya en los milenios VII al V a.C. en Oriente Medio y que se extendería por todo Asia Menor: De Çatalhüyuk a Tel Hallaf (del Este, al Oeste de Turquía). Llegando pronto al valle del Tigris y el Eúfrates, donde se establecería como culto en algunas religiones de la Edad del Bronce (principalmente en las de Mesopotamia); deificación que también se conoció en Egipto y por todo el Mediterráneo (8) . Pese a ello, hemos de distinguir las religiones del toro bravo o salvaje, de las que veneraban a la res doméstica; siendo estas últimas las de raiz védica o del Indo y muy distintas a las anteriores (tanto que las hinduistas impiden dañar a las reses). De lo que la adoración al astado de embiste parece que se circunscribe a las zonas descritas: Anatolia y sus costas (Mesopotamia por influjo hitita) y Oriente Medio. Pero sobre todo, a las islas cicládicas, jónicas o del Egeo; en especial a Chipre y Creta, donde desde el IV milenio la res brava era tenida como uno de los principales dioses.
.
Sobre la pregunta acerca de la forma en que pudo introducirse su culto entre los iberos, tanto como los medios por los que trajeron las reses (en sí y seguramente desde Anatolia) y en qué siglos sucedió todo ello. Cremos personalmente que puede responderse comparando el resto de los influjos venidos desde Oriente Medio -o desde el Egeo- hasta nuestras tierras (principalmente los relacionados con bóvidos). Por lo que estamos seguros que aquellos que nos importaron sus formas de vestirse, de trabajar los metales, de vivir o de esculpir (desde Fenicia, Chipre, Creta y sobre todo, desde las costas de la actual Turquía); serían los mismos que trajeron el toro y su veneración hasta la Penísnula Ibérica (9) . Un totem y un animal que en nuestras tierras era ya sagrado y cuidado como tal antes del siglo VI a.C; tanto que los cartagineses se vieron en ocasiones atacados por astados a los que los iberos ponían teas encendidas en los cuernos.
.
Por lo demás y en referencia al periodo de introducción de su culto, se atestigua la veneración del astado desde al menos el siglo VI a.C.. Tiempos en los que ya en toda la zona centro, Sur y Este de Iberia (incluso Baleares), hubo una enorme proliferación de estatuas y representaciones con formas de toritos y bovinos. Iconografía taurina, cuyo aspecto en la mayoría de las ocasiones es la de buey fiero, tanto que se asemejan o equiparan a veces a leones. Estatuaria que tiene sus antecedentes en los ejemplares tartéssicos fechados ya en los siglos VIII o VII a.C.; quienes igualmente decoraban con toritos sus bronces o sus esculturas de piedra. Siendo un ejemplo importantísimo del significado de las reses y de su simbología, los objetos con forma de piel de buey que repetidamente hemos estudiado en este blog. Principalmente piezas tartessias con el diseño del "pellejo de toro", que se observa en altares, tumbas y hasta en los pectorales del Tesoro del Carambolo; cuyo significado nace del valor del metal y la pecunia, del cobre y de su fundición en lingotes egeos que conservaban esta linea en el II milenio a.C. (llamados Keftius o piel de buey).
.
Cuanto hemos expuesto no deja lugar a dudas acerca de la llegada desde Oriente (durante la Edad del Bronce y en la Primera del Hierro), del bovino bravo y de las religiones que lo adoraban. Creencias que se basarían en un culto a la guerra o a la protección y que se relacionan con totems como el león, que de igual manera y muy repetidamente se han hallado representados en el Sur y Este peninsular. Felinos de tipología hitita o neohitita (anatólicos), que pueden encontrarse en la estatuaria ibera de los siglos VI al II a.C.. Pero que al ser un animal inexistente en nuestras tierras, nos obliga a pensar que estas gentes venidas -o huidas- del mundo hitita (Frigia) importaron no solo la religión del buey salvaje, sinó también sus mitos, su iconografía y hasta las mismas reses bravas -que tanto veneraban los caucásicos en sus lugares de origen y desde los tiempos más remotos-.
.
Por cuanto considero plenamente que el toro de lidia descendería de estos becerros que introducirían las civilizaciones llegadas a Iberia desde la actual Turquía -de Creta o Chipre- y al menos desde fines del II milenio a.C.. Culto y animal egeo-anatólico, que llegaría con los mencionados colonizadores, de un mismo modo que lo hizo su alfabeto. Sistema de escritura importado de Cilicia, Creta o Chipre, que se impone en la zona de Tartessos desde el siglo VII a.C.. Alfasilábicos que posteriormente se extiendió por toda Turdetania (hoy Andalucía), para ser usado también en Levante y Medio día (Murcia, Valencia y Cataluña); tanto como en zonas de Celtiberia, donde se utilizo el alfasilabario ibero hasta la plena dominación romana. Áreas como las de Aragón, Rioja, Navarra, zona vascongada y el Este de las Castillas, que continuaron escribiendo en caracteres de origen creto-chipriota hasta el siglo I d.C.. Siendo todo ello lo que podemos considerar como constantes ibéricas y civilización ibera aglutinada y formada por los colonizadores egeo-anatólicos (ajenos a la colonización celta).
.
IMPORTANTE: Para ver los orígenes del alfasilabario ibérico, de procedencia Egea e Hitita, pueden consultar en la red mis conclusiones e investigaciones que se muestran en: http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/07/blog-post.html o bien: http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012_05_01_archive.html -.

 
AL LADO: Cabeza de Toro, procedente de Urartu similar a las de periodo neo-hitita (hacia en siglo X a.C.) -pertenece al Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Este reino nacido tras la caida de Hattusa (hacia el siglo XIII a.C.) y situado en el Oeste de Turquía, fronterizo con lo que actualmente sería Armenia y parte de Irán. Guarda enormes analogías con el mundo hitita y los Estados mediterráneos cercanos (coincidiendo igualmente en sus representaciones y en la veneración al toro). Como podemos observar en este ejemplar finísimamente esculpido en una pieza de bronce, es de tipología semejante a los bovinos bravos (fuerte, delgado y vivo en su expresión; muy parecido al de lidia hispano). Algo que se comprende porque en Urartu (que tanto hubo de influir a Mesopotamia) se veneraron dioses de la fuerza representandos en el ganado salvaje que viviría en las montañas de Armenia. Siendo también muy llamativos los toros-esfinge de aquella cultura, heredados seguramente desde Sumer y que posteriormente tomarían como "quimeras" los persas.
.
ABAJO: De nuevo, otra de las cámaras sagradas de Çatalhüyuk (hacia el 6000 a.C.), esta vez en coloración mía, tal como la recrearon y concibieron sus descubridores (Duinkan y Wilson). Fijémonos que se utilizan los cuernos e los muretes, lo que es ya un antecedente claro del tipo de cercado minóico, igualmente carrado con astas. Sobre las paredes, diferentes animales cornados en escultura (o efigie disecada) y presidiendo la sala los toros salvajes (bravos). 
 

 
 
.
----------------------------------------------------------------------------------------
.
CITAS:

.
(1-a): En el prefaccio:
.Para quienes deseen profundizar en ese tema, recomendaremos las publicaciones de la Real Maestranza de Sevilla, tanto como los trabajos acerca del toro que escribieron personalidades como: Antonio BLANCO FREIJEIRO (Arte Antiguo del Asia Anterior, Universidad de Sevilla, Sevilla, 1972) o ("El enigma de los toros de Guisando", en Historia´16, VIII, 86, Madrid, 1983, p 121) // Rodrigo CARO, (Días geniales o lúdricos; Espasa-Calpe, Madrid, 1978). // El Conde de Las Navas (El espectáculo más nacional, Madrid, 1897). /// Juan DE MATA CARRIAZO (Crónicas Españolas, Espasa-Calpe, Madrid, 1943, 2v). // Ramón MENÉNDEZ PIDAL (Primera Crónica General de España, NBAE, Madrid, 1991) /// L. ORTIZ CAÑAVATE ("El toreo español", en el volumen I de Folklore y costumbres de España, Barcelona, 1934) /// L. SIRET (Origen y significado de las corridas de toros; Homenaje a Martins Sarmento, Oporto, 1934 /// A la vez que las obras de T. CHAPA; J.M. BLAZQUEZ, Juan Carlos FDEZ. TRUHÁN (entre otros).
.
AUNQUE PRINCIPALMENTE EN LA RED SE PUEDEN CONSULTAR LOS TRABAJOS DE PLÁCIDO GONZÁLEZ HERMOSO, QUIEN AMPLIAMENTE DOCUMENTA LAS CORRIDAS Y EL ARTE DEL TOREO, RELACIONÁNDOLOS CON LA ARQUEOLOGÍA Y EL MUNDO ANTIGUO. Ver:
http://www.losmitosdeltoro.com/?page_id=486
.
(1): El profesor Blázquez en sus numerosos estudios identifica comunmente la figura del toro con un Marte ibérico, que denomina MARTE ULTOR en su trabajo compartido con García-Gilabert: CARACTER SACRO Y FUNERARIO DEL TORO EN EL MUNDO IBÉRICO; JOSE Ma. BLÁZQUEZ y Ma. PAZ GARCÍA-GELABERT. -QUAD., PRESHISTORIA ARQUEOLOGÍA CAST. 18, 1997- (pag 433).

.
(2):
"En este sentido encontramos en los orígenes de la civilización occidental, varias deidades en las que sus leyendas están relacionadas con el culto al toro bravo como son: Mithra, Zeus y Europa, Pasifae y Minos"
. ORÍGENES DE LA TAUROMAQUIA; Juan Carlos Fernández Truhán / trabajo liberado en la red / -Universidad Pablo de Olavide- (página 1)
.
(3):
"Entre los persas era el dios de los contratos y de la palabra dada, entre los arios el de la luz creada del amanecer y del sol, y en la teología mazdeista el dios de la fertilidad de los campos y el ganado, el salvador y realizador de la creación, puesto que había recibido el encargo de su padre (Ahura-Mazda), de capturar un toro que encerró en la "gruta primigenia" (bóveda celeste) en donde lo sacrificó con el propósito de hacer posible la creación" (MITRA) Juan Carlos Fernández Truhán, Op. cit (1) ; pag. 1.

.
(4):
"tras los hallazgos en las excavaciones de Mellaart en la región de Anatolia (Turquía), concretamente en Catal Hüyük, en donde se encontraron santuarios decorados con numerosas cabezas de toro y cuernos, que estaban "relacionados con la Diosa Madre representada de forma antropomorfa y con su hijo o consorte como cabeza de toro" (Blanco Freijeiro, 1972, 24) comenzó a considerarse la Anatolia como el núcleo originario de este culto taurino". Juan Carlos Fernández Truhán, Op. cit (1) ; (página 3).
.


(5):
Sobre la evolución y los tipos de bovinos, se expresa del siguiente modo Carlos Alberto Vega Pérez: "Hay dos teorías sobre la evolución del Uro; la teoría monofilética y la polifilética: La teoría monofilética considera al Bos taurus primigenius o Uro o toro salvaje originario de Europa del período neolítico (9,000 a 4,000 años A.C.) que ha sobrevivido hasta el siglo XVIII, como único ascendiente del toro de lidia (en el año de 1627 muere la última hembra descendiente directa del Uro en el bosque de Jaktotow en Polonia) aunque hay referencias de bovinos salvajes en los bosques hasta 1818. Las demás especies del género Bos, son subespecies o razas del Bos taurus primigenius, como es el caso del Bos taurus braquiceros, quienes muchos autores dicen que descienden todas las razas bovinas actuales. La teoría polifilética, apoya la existencia de varias formas de Uro primitivo cuyo origen lo sitúan en Asia, pero no hay unanimidad a la hora de determinar cuantas variedades existieron." (...) "Un grupo admite solamente dos formas: una aluvial o Bos taurus primigenius de Bojanus, que se hallaba en gran parte de Europa y del cual existen vestigios en las pinturas rupestres de Altamira, la cueva del Prado del Navazo y Lérida y la otra diluvial o Bos taurus braquiceros de Meyer de cuernos cortos.Otro grupo admite la existencia de varias formas prehistóricas de Uros que evolucionaron paralelamente aparte de los descritos anteriormente y que dieron origen a las razas actuales. Un grupo más, incluso concede muy poca importancia al Uro, afirmando la existencia de un toro prehistórico que se dividió en varias ramas, pero actualmente no ha sido demostrada su existencia por investigación, teniendo en cuenta, que de haber existido, debió haber una gran población de estos ejemplares, pero no se han encontrado fósiles hasta ahora."
.
(6): Acerca del tema, añade Carlos Alberto Vega Pérez: "Al extinguirse el Uro o Auroch y exterminarse el bisonte en la parte central y occidental de Europa, su nombre se aplicó en forma indiscriminada; todo bóvido grande y salvaje que habitara en los bosques, era un Auroch, pero gracias a la paleontología y mediante el estudio de fósiles se ha demostrado lo siguientes: El Auroch o Uro, fue un vacuno salvaje ancestro de todas las razas bovinas domésticas actuales y el género Bos, como el grupo que designa a los bóvidos salvajes (que nada tiene que ver con los bisontes, que son del género Bison). Los naturalistas europeos del siglo XVIII, confundían al Uro, con el bisonte Europeo, pero en el siglo XIX, con el descubrimiento de fósiles tanto de Uros como de bisontes se despejó la duda y se nombró una especie nueva para el Uro, el Bos primigenius, posteriormente, nuevos estudios determinaron una relación más estrecha entre el Uro y las vacas domésticas, quedando finalmente los uros como la subespecie Bos Taurus primigenius" (...) "Todas las razas de bovinos, incluyendo al toro de lidia, proceden del Uro primitivo (Bos primigenius) presente en el norte de África, Europa y Asia desde hace 500,000 años, tiempo durante el cual fueron evolucionando hasta convertirse en sus descendientes, el Bos Taurus primigenius, que aparece sobre la faz de la tierra hacia los años 9,000 al 4,000 A.C. (según fósiles encontrados en Grecia, Turquía e Irán, que datan de hace 7000 años A.C.), que por su mayor adaptación al medio y a la domesticación sobrevivió; por ello, no es de extrañar encontrar similitudes entre los toros en estado semisalvaje en las distintas regiones europeas como Escocia y Suiza, principalmente." (.... ) "En cualquier caso, se han descubierto en Europa varias formas fósiles cuyas características son semejantes a las de los bovinos actuales, considerándose como troncos originarios de ellas y son las siguientes: - Bos taurus primigenius de Bojanus, que parece ser in descendiente braquicéfalo del Bos primigenius; según algunos naturalistas, las razas actuales incluyendo el toro de lidia, se derivan de él; se localizaba en la cuenca del mediterráneo y norte de África. // - Bos taurus braquiceros, cuyos restos indican que habito en el neolítico inferior en Europa, derivado del Bos primigenius y se cree que ejerció gran influencia en la evolución de las razas actuales. // - Bos taurus frontosus, fue un ejemplar con una característica muy importante, los cuernos en forma de rueda y un gran dimorfismo sexual: se admite como un mutante del Bos primigenius y se cree que de aquí descienden algunas razas de leche y carne europeas. // - Bos taurus aqueratus, también fue un mutante, cuya principal característica fue la carencia de protuberancias óseas en el cráneo (cuernos). // - Bos taurus braquicefalus, presentaba una mutación que lo distinguía claramente de su ancestro, poseía una hipófisis poco desarrollada, característica que se transmitía por herencia." (....) "Hablamos de millones de años de evolución, así que es muy difícil seguir la huella de todo el árbol genealógico de las razas bovinas; de estas primeras ramas genéticas que, con el paso de los años, las glaciaciones, modificaciones ambientales, avance en la evolución del hombre sobre la tierra y el lugar geográfico en que se establecieron cada una de ellas, fueron dando origen a otros descendientes del Uro y las razas en que derivaron: // - Bos taurus célticus, que dio origen a los vacunos del norte de España, Portugal, Francia e Inglaterra. // - Bos taurus africanus, que habitó en Egipto, marruecos y todo el norte de África. // - Bos taurus ibéricus, que se situó en el centro de la península y es el que da lugar al toro de lidia, Avileño-negra ibérica, Morucha, Zamorana y negra Andaluza. // - Bos taurus longifrons, que se estableció en Inglaterra y los países nórdicos. // - Bos taurus namadicus, que se estableció en Asia y la India y dio origen al Bos taurus indicus, de donde se derivan las razas cebuínas. // - Bos taurus turdentanus, se estableció en Egipto, de ahí emigraron a España y por la costa llegaron a los Pirineos; unos dieron origen a la raza rubia gallega y otros pasaron a Francia en donde posteriormente dieron origen a las razas Blond d’aquitaine, Limousina, Salers, Charoláis, entre otras, de ahí emigraron a Inglaterra, donde originaron las razas Devon, Lincoln y Red Polled, entre otras. // - Bos taurus cántabro, que es intermedio entre los anteriores, pero es un tronco étnico independiente, de él descienden las razas Asturiana, Tundaca, Alistana-sanabresa."
.
(7): Palabras tomadas de un blog de Silvanus Kilet (desde el que llegamos a la imagen del Uro) y en el que continúa diciendo: "Actualmente se reconocen las tres o cuatro subespecies que más recientemente vivieron en el planeta, el uro europeo, el del Medio Oriente , el africano y el de la India. El ganado doméstico europeo y buena parte del asiático parecen derivar del uro del Medio Oriente, aunque en el ADN se han encontrado muestras de aportes netamente europeos (e incluso del africano desde al menos el Ier milenio a.C. para la Península Ibérica). El ganado de África desciende en gran medida del uro rojizo del Magreb, mientras que las razas cebuínas asiáticas provendrían del uro de la India".
.
(8):
Un amplio recorrido en los cultos, mitos y ritos del toro podemos verlo -como hemos dicho- en las páginas de PLÁCIDO GONZÁLEZ HERMOSO, que trata de diversos temas referentes a los bovinos salvajes (y muy especialmente a su iconografía en las religiones protohistóricas) Ver:
http://www.losmitosdeltoro.com/?page_id=486 y el blog Tauromagia.
.
(9):
Acerca de esta importanción de los ritos del toro desde el Egeo, de una forma similar a como entró en la Panísnsula el alfabeto cretochipriota; exponemos que Blázquez y García-Gelabert , En CARACTER SACRO Y FUNERARIO DEL TORO EN EL MUNDO IBÉRICO
(JOSE Ma. BLÁZQUEZ y Ma. PAZ GARCÍA-GELABERT; QUAD., PRESHISTORIA ARQUEOLOGÍA; CAST. 18, 1997) en la página 420 recogen numerosos casos en los que en Chipre existen santuarios con toros, con bucráneos; tanto como diversas figuras o figuraciones de hombres con máscaras de toro. Para las diversas menciones cita los estudios de Karageorgis (1978 / 1982). En Enkomi y Kition por ejemplo, había máscaras que usaban devotos y sacerdotes. Igualmente los pebeteros de Chipre de los siglos X al VI a.C., tienen figuras de mujer semidesnudas, junto a toros o cabezas de toro. Igualmente y en el mismo libro podemos ver que el toro pudo introducirse desde Fenicia; en referencia a ello, el mismo libro recoge en Ugarit entre los siglos XV al X a.C., como se ven múltiples santuarios de un dios "El" o bien de un dios toro. Citando en la pág.426 numerosos casos de templos, santuarios o dioses de Ugarit y Siria entre esos siglos con forma o cabeza de toro. Deificación que se debe a la tormenta (según piensa). Que desde Alepo hasta Tell Al Halaff cubren toda la geografía Anatólica, con representaciones de esta deidad toro de la fuerza, el vigor o la guerra.

  

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL FRIGIANISMO EN LA CULTURA IBÉRICA. Parte primera: Mithraismo y veneración al toro (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXX).


AL LADO: Dos pequeñas esculturas romanas (fechadas hacia el siglo II d.C.), que representan a los dioses frigios Attis y a Mithra. Arriba, en busto de mármol con cabeza de niño, donde vemos al hijo de Cibeles, Atis (o Attis); más abajo, la otra deidad anatólica por antonomasia: Mitra (o Mithra -en bajorrelieve incabado-). Imagen tomada en una de las muchas vitrinas que exhibe el Museo Arqueológico de Sevilla -al que agradecemos nos permita divulgarla-. En la entrada de hoy ampliaremos los conceptos sobre las religiones frigias y su influencia en el Occidente mediterráneo; más concretamente en la civilización ibérica que entre los siglos VII al III a.C. hubo de recibir numerosas oleadas de inmigrantes y refugiados llegados desde este punto -que hoy es Turquía-. En anteriores artículos habíamos referido la influencia de las creencias en Cibeles y Attis en la cultura prerromana peninsular, estudio que hoy vamos a ampliar a la figura de Mitra. Exponiendo y analizando las costumbres o ritos que este "dios matador del toro" pudo dejar entre los iberos.
.
ABAJO: Mapa que encuadra la zona central de la actual Turquía y que antaño se denominó Frigia, por ser el área donde se habían asentado los "brigios" o "berigios" -tras la Guerra de Troya-. Quienes ocuparon la mayor parte de Anatolia (menos sus costas) y que procedentes probablemente de Tracia, tras conquistar esta extensa península, parece adoptaron gran parte de las costumbres que allí existían (entre ellas las lingüisticas y las religiosas). De tal modo rehabilitaron o se adaptaron a los reinos desaparecidos Hititas, generando un periodo Neohitita; en el que las deidades y hasta el modo de escribir fue casi igual al que había existido durante la Edad de Bronce en Anatolia (dando continuidad a la civilización existente desde el siglo XVIII al XIV a.C., en que se destruyó el Imperio de Hattusa). Allí vivieron y se expandieron estos "berigios" (frigios) siendo famosos por su opulencia, su fuerte organización militar (en reinos aliados) y su enorme riqueza en metales. Todo lo que les situó en el punto de mira de sus vecinos, que comienzan acabar con ellos en el siglo VIII a.C., para terminar de exterminarlos durante el VII a.C..
.
Consecuentemente, los asirios -por el Este- les sometieron en el 709 a.C., obligando a su rey (Midas) a ponerse bajo las órdenes de un sátrapa mesopotámico. Aprovechando esta situación de debilidad, los Cimerios -situados al Norte y cercanos al Cáucaso- les atacan en el año 676 a.C., saqueando Frigia completamente. Tanto que los pocos ciudadanos autóctonos que allí quedaron, fueron paulatinamente exterminados y vendidos como esclavos -fundamentalmente a los griegos-. Por todo lo que los lidios (helenos y vecinos del Oeste) hacia el 620 a.C. vuelven a internarse en esa zona ocupada, devastándola y adueñándose completamente de ella. Tras un siglo de convulsiones y guerras, Frigia había sido destruida y gran parte de sus habitantes huyeron por todo el Mediterráneo; incluso ha de suponerse que algunos hubieron de adentrarse en Europa (a través del Cáucaso o los Balcanes) y en Asía, estableciéndose en Persia. Pese a ello, la superioridad cultural, religiosa e histórica de este antiquísimo pueblo que había heredado al Imperio Hitita, se impuso a quienes les conquistaban, o fue exportada allí donde en su huida llegaron. Tanto que tras el siglo V a.C. se extendieron por todo el Mediterráneo los cultos, religiones y hasta el arte frigio (neohitita); llegando a ser posteriormente sus dioses algunos de los más importantes del panteón grecorromano -como lo fueron, Attis y Mithra-.
 

 
.
Previamente a empezar, recordaremos algunas ideas que comentábamos en nuestras entradas de hace un año (aproximadamente) donde explicábamos y razonábamos nuestra hipótesis de que el Tesoro de El Carambolo fuera neohitita. Joyas que creemos de un gran influjo anatólico y cuyo análisis al respecto se halla en los artículos que recogemos en cita (1) . Tanto como lo hicimos en las dos pasadas entradas, donde tratábamos sobre la inscripción de la diosa frigia Cibeles (Kubaba) en el collar de El Carambolo. Hipótesis propia basada no solo en el estilo de su orfebrería -muy semejante al anatólico de la época-; sinó fundamentalmente en el hecho de contenerse en el tesoro varios ideogramas luwios. Lo que creemos puede explicarse historicamente debido a la llegada hasta nuestras tierras de los huidos desde Anatolia entre los siglos VII al V a.C.. Durante los casi doscientos años en que aquella península (hoy Turquía) sufrío terrribles convulsiones y asedios. Unos hechos que empujarían hasta el mar a gentes y a pueblos de Frigia, obligando a algunos a llegar a Occidente; promoviendo -a nuestro juicio- ese éxodo la influencia neohitita en el arte ibérico. Un influjo aceptado por algunos de los mejores estudiosos de la cultura prerromana peninsular, quienes confiman ese espíritu anatólico dentro de la estatuaria -e incluso en las construciones- turdetanas y levantinas, de los siglos VI al III a.C.. Teoría esta que creemos no admite dudas al haber sido admitida y apoyada por catedráticos de la talla de Blázquez o Almagro, y más modernamente por Bendala (entre otros de los más grandes y que ratifican la raíz anatólica de parte de la estatuaria ibérica).
.
Aunque para comprender por qué y quienes pudieron llegar hasta nuestras tierras, procediendo de Frigia y desde finales del siglo VIII,hasta comienzos del VI a.C.; habríamos que resumir de nuevo brevemente los hechos que allí se acontecieron. Algo que comienza hacia el 1180 a.C. cuando el primer rey "berigio" conocido -que se llamaba Midas (Mita de Pahhuva)-, conquista y derroca a los hititas. No se sabe por qué motivos aquel primer monarca que entra victorioso en Anatolia tenía un nombre igual al último de los gobernantes frigios, aunque lo cierto es que tras el triunfo del primer Midas (de Pahhuva) se establecieron aquellos "invasores" allí, durante unos cuatrocientos años y con gran prosperidad. Tal como decimos su último monarca fue el famoso y rico Midas, que pierde la corona cuando definitivamente es rodeado por los asirios desde el año 718 a.C. (siendo sometido por Sargón II en el 709). Poco más tarde, su nación sería atacada y destruida por los cimmerios, diciéndose que entonces este rey famoso por sus riquezas, se suicidó (en el año 695 a.C.).
.
La muerte y el asedio al reino de Midas pertenece más bien a la leyenda, pues sobre este y su dinastía tan solo es conocido que desde la desaparicion del país (vencido por los cimmerios), sus habitantes hubieron de huir a otras tierras buscando refugio -principalmente en las zonas costeras de Anatolia-. Algo que realizarían en masa cuando les someten con dureza un decenio después; comenzando a vender a los ciudadanos de este reino como esclavos (para los griegos y lidios). No sabremos nunca si la dinastía de "los Midas" o las gentes de Gordion, llegaron en esos días hasta nuestras tierras ibéricas; o si se refugiaron en el norte de Siria y de Fenicia (en Amrit), desde donde luego comerciaron con Occidente. Pero la evidencia de un contacto en esa época entre ambas culturas es mucha, seguramente debido a que los más importantes de aquellos huidos se asentaron en el área desde la que partían naves hacia la Península de Iberia. Costas cercanas a Chipre, donde existen necrópolis de gran tamaño de estilo frigio, correspondiente a los siglos posteriores a la destrucción de este reino neohitita. Hecho este por el que se supone que aquellos nobles (o reyes anatólicos) hubieron de marchar hasta las cercanías de Fenicia buscando protección; donde pocos decenios después construirían -entre otras- las famosas torres de Amrit de Siria -tan similares a la de Pozo Moro que es igualmente tipo neohitita y fechada hacia el siglo V a.C. (junto a una necrópolis posterior, excavada no hace tanto por el profesor Almagro, en Chinchilla del Monte Aragón, Albacete)-.
.
Aunque las desgracias de estos frigios no acabaron con el cerco y ocupación asiria y ni siquera con la devastación cimmeria de sus tierras, de sus gentes y de su cultura. Pues poco despúes -como dijimos y hacia el 620 a.C.-, sus vecinos helenos (lidios) la asaltarían, haciéndose señores de lo que ellos denominaron Lidia. Reino donde sus nuevos dueños originaron un próspero Estado griego en el que inventarían hasta la moneda acuñada -entre otras de las muchas innovaciones allí generadas-. Rica tierra, que ocupaba esa zona central de la actual Turquía (antes llamada Frigia) y cuya capital situaron los helenos en la ciudad de Sardas; urbe que por sus riquezas igualmente se vió envidiada muy pronto -tanto como deseada por otros enemigos fronterizos-. De tal manera y como si de un triste destino originado por la fortuna fuera llevando a desatre a esta tierra, la Lidia que había expandido desde el 621 a.C. el rey Sadiates y que había engrandecido aún más su hijo Adiates. Reino que había sido convertido en el país de la prosperidad y la fortuna en manos del descendiente de ambos: Creso. Fue llevada igualmente al desastre por este monarca tan famoso por sus riquezas como por sus regalos de oro y plata a los templos. Tanto que el Oráculo de Delfos indujo a Creso para que atacase Persia; hecho este que acabó con su reino en el 546 a.C. y convirtió a Lidia en provincia del Imperio mesopotámico (hasta que más de dos siglos después, Alejandro la conquistara a los persas).
.
Esta que hemos resumido es la breve historia de los sucedido entre finales del siglo VIII y mediados del VI a.C. en la zona central de la actual Turquía; donde en esos años fue destruido el último gran reino neohitita que sobrevivía. El Estado Frigio cuyo último rey fue Midas y cuyos habitantes -al parecer- fueron exterminados o vendidos como esclavos; habiendo de huir -los que pudieron- allí donde no les sometieran o asesinaran. Marchando hacia zonas aliadas de sus antiguos soberanos (como al parecer lo fueron algunas cercanas a Fenicia) o viéndose obligados a refugiarse a lugares más lejanos. Siendo poco depués cuando aparecerán restos de arte neohitita en las costas de Siria, tanto como en las tierras de Iberia. Todo lo que obliga a suponer que estos que marcharon de su destruido imperio desde el 695 a.C., llegaron al litoral cercano a Chipre; desde donde navegando alcanzaron la Península Ibérica.
.
Un pueblo llamado frigio, que parece estuvo condenado a la esclavitud y a ser sometido durante siglos, por quienes sucesivamente les invadieron. Invasiones y que comenzaron a fines del siglo VIII a.C., con los asirios, tras lo que decenios después les arrasaron los cimmerios. Para finalmente ser ocupados por los grecolidios; cayendo un siglo después en manos de los persas -quienes la convirtieron en una satrapía, hasta que Alejandro Magno la conquistó para Grecia-. Toda una historia que muestra y demuestra como una de las más ricas zonas del Mundo Antiguo fue sometida a diferentes dueños; quienes la desearon, dominaron y destruyeron. Pese a lo que la superioridad cultural e histórica de Frigia hizo que todos los que la conquistaron terminasen por asimilar y admitir sus religiones -y hasta su forma de vida-. Habiendo sido así esta zona "eternamente invadida" y devastada durante esa época, el origen de algunos de los dioses más venerados por griegos y romanos (tanto como el de los ritos y mitos más destacados de las civilizaciones antiguas).

 
AL LADO: Estatua de Mithra romana, perteneciente al Museo del Louvre (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En el bajorrelieve vemos al dios con todas sus caracterísiticas místicas: Figurando entre dos personajes -arriba, a su derecha e izquierda- que representan al Sol y La Luna (o bien al Sol en su cenit y en el ocaso). Empuña el cuchillo con el que sacrifica al toro el día que muere el astro rey (25 de diciembre); bestia que simboliza la fuerza bruta o la obscuridad y el reino de las tinieblas que aquel día termina. Un símbolo del mal que sucumbe frente a Mithra, quien con su poder restablece la luz y retorna el Mundo al bien; iniciando el ciclo en el que renacerá el Sol (tras el 25 de diciembre cuando cada día hay más luminosidad). La cola del toro termina en forma de espiga de trigo; lo que da a entender que el ritual y el simbolismo es ctónico; es decir, que el bóvido muerto y su sacrificio, están unidos al ciclo anual agrario. Donde la tierra simbolizará a la madre y la semilla arrancada a la espiga, al cadáver que es enterrado. Ser muerto que gracias a la fecundación en esa "madre terrena", se regenera y nace de nuevo en la vida. Un ciclo ctónico en el que el toro cumple la función de enseñar que segar la planta es igual que cortar la vida animal. De tal modo, el agricultor ha de plantar, cuidar, cortar y recolectar los frutos; como el ganadero ha de procurar la fecundación, guardar su rebaño y sacrificar a las reses. Ciclo que observaban igualmente aplicable entre los hombres, habida cuenta que para la mejora de las Sociedades se entendía que el militar había de conquistar las tierras, semillarlas de gentes suyas y promover la expansión de estos en el Mundo (entre los que se consideraban elegidos, mejores o más fuertes).
.
ABAJO: Otra estatua que representa el mismo ritual de Mitra, esta vez propiedad del Museo Arqueológico de Córdoba, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen. Pieza hallada en la población de Cabra, en la llamada "casa del mitreo" y fechada en el siglo II d.C.. En esta podemos ver con mayor detalle otros tres símbolos de la representación mitráica como lo son: El perro que lame y muerde el cuello del bóvido sacrificado, el escopión que ataca los testículos del mismo y la serpiente que igualmente pica al toro en el momento de su muerte. Pocos fueron los que conocieron la verdadera simbología de esta extraña figuración del rito de sacrificio del bóvido; que representaría la muerte y nacimiento ciclo anual y que como tal, puede relacionarse con la Luna o la luz. Idealizado en los cuartos o las fases, que contienen los llamados "cuernos" del satélite en que marcaban antiguamente los "meses" como unas astas de luz -creciente o decreciente-. Aunque los que se atrevieron a desvelar los secretos de aquellos iniciados en esta mistérica religion, parece que hablan de que los tres animales que muerden o "rematan" al toro en manos de Mitra, estarían unidos a las figuras astrales y por lo tanto reflejarían las Constelaciones:
.
En pimer lugar la del Can (cuya estrella mayor es Sirio), que aparece al inicio del verano y que simbiolizaría esa Estación. Junto a ella, vemos la segunda que se representa picando el sexo del toro; siendo la de Escorpio, Constalención que se decubre en los cielos de Otoño y que marcaría el ciclo Mitraico Oriental. Finalmente la del Dragón -o la de la Serpiente-, que en sí misma sería el símbolo del tiempo y del agua. Por lo que aquella culebra mordiendo al bóvido (de las tinieblas) pudo reflejar tanto el fin del Horóscopo y su calendario -el ciclo de Piscis-; o bien el tiempo, como una forma de Cronos siempre idealizado en los nudos y giros de las órbitas celestes -que se relacionaban con el de las aguas y con el de la sierpe-.  


 
 
.
EL MITHRAISMO:
.
a) Desde sus orígenes hasta su aparición en Roma:
.
Para la redacción de estos epígrafes en que hablaremos de la religión de Mitra, vamos a seguir principalmente un texto que acerca de ella ha publicado no hace mucho Israel Cámpos Méndez (2) -donde se contiene muy bien resumido "el estado de la cuestión mitráica" en nuestros días-. Libro en que el autor comienza recogiendo el primer documento donde se habla de este dios, que se trata de un pacto fechado en el 1380 a.C. entre el rey de Mitani y el de los hititas -apareciendo esta deidad como aquella bajo la que se jura el mencionado acuerdo-. De tal manera, sigue comentando Campos Méndez que precisamente el significado de la voz Mithra en la antiguedad era esta de "Pacto o acuerdo", habiendo de interpretarse el nombre y la figura de este dios como la de aquel que realiza la unión, liga o hermanamiento entre los hombres (3) .
.
Cuanto escribe el mencionado experto en mitraismo -en los párrafos que en cita (3) hemos recogido- es absolutamente razonable desde el punto de vista "arqueo-teológico"; siendo totalmente admisible enteder que la voz Mithra signifique "el acuerdo" o "la unión" y que por ello esta deidad finalmente lograra ser la más importante de su panteón. Algo que igualmente sucederá con otros divos similares de los pueblos indoeuropeos; como ocurrió con el que se denominó en Italia "padre de la unión", "de la liga", o "de la unidad"; cuya traducción es Iu-Pater (Jupiter) -o como aquel otro que entre los galos fue llamado "padre de todos" y "padre de la unidad" (Teut-Hates = Totus-Pater)-. De lo que podemos deducir que si Mithra -de un modo muy similar a los dioses anteriormente citados-, significa "unión", "acuerdo" o "pacto"; es muy posible que su origen sea más indoeuropeo que indovédico (tal como algunos manifiestan). Puesto que quizás esta deidad "unitaria" se diferenciaría mucho del Mithra de la India, por tener un carácter más brutal, menos sublime y mucho más primigenio. Mientras el mistraismo zoroástrico (o el védico), sería más puro y estaría bastante alejado de ritos tan indoeuropeos como el de la sagrienta muerte del toro -que posteriormente festejaban los concelebrantes con un banquete, donde comían la res inmolada, tras beber su sangre- (4) .
.
Por todo cuanto refiere Campos Méndez, vemos que el Mithra zoroástrico era muy lejano a aquel otro primitivo, que mataba y comía al bovino; teniéndose esta ceremonia como un ritual impuro y hasta salvaje entre los practicantes de las religiones védicas, persas o hinduistas -pese a que definitivamente hubieron de adimitir el "tauroctonio" al estar muy inmerso entre las costumbres populares-. Todo lo que recoge el autor con las siguientes palabras: "Zoroastro en su programa religioso se dedicará con especial virulencia a la persecución de aquellos "que sacrificaban el toro". Este grupo centraba su culto en torno a dos prácticas principales: el sacrificio del toro y el consumo del haoma. La acción de matar un toro y posteriormente consumir su carne y su sangre se entendía como un acto de hermanamiento entre los miembros del grupo; al igual que el consumo del hongo alucinógeno del haoma (5) . Sus efectos concretos son desconocidos, aunque es de suponer que potenciaría la experiencia de fraternidad y de unión mística. La importancia del haoma (que en la India fue conocido como el Soma) fue tal, que llegó a ser tenido como un dios y así fue como tuvo que integrarlo posteriormente Zoroastro en su reforma religiosa" (6) .
.
Importantísima resulta esta cita en la que menciona claramente que el ritual mitráico de muerte del toro se acompañaba con la ingesta del hongo alucinógeno -haoma-, que se mezclaba con la sangre del buey sacrificado para ser bebida por los asistentes. Lo que nos lleva de nuevo claramente hasta las celebraciones frigias como las de Kubaba (la Cibeles romana y Cybele griega); deidad que vimos portaba en su regazo una adormidera. Todo lo que unificaría estas ceremonias y religiones de origen ancestral y anatólicas, con las costumbres de ingerir en los festivales "misticos" estos alucinógenos o enteógenos, que hacían entrar en éxtasis y sumirse en la inconsciencia al concelebrante. Lo cual explica en primer lugar el por qué las ceremonias y ritos de Mitra fueron tan secretos y nunca se desvelaron. Tanto como da respuesta en un segundo término, a la razón por la cual la gran mayoría de los legionarios romanos estaban unidos a esta fe y a las creencias mitráicas. Entiendiéndose igualmente bajo el supuesto de que drogasen a los participantes -o que ellos mismos ingiriesen el enteógeno de forma voluntaria-, por qué aquellos cultos se celebraban de forma tan mistérica, en antros, cuevas o lugares extraños, carentes de luz y semiocultos (parecidos a una catacumba). Tanto como el carácter ctónico o telúrico de todos sus ritos, que tan veladamente daban a entender algo que de seguro siquiera quienes los habían impuesto o creado, podrían comprender. Ya que en principio, la hermandad entre los asistentes, la unión entre aquellos y los dioses o el estado de mística generalizado, se lograría a través de ingerir el soma (o enteógeno disuelto en la sangre del toro) y nunca a través de una filosofía o religión comprensible (7) .
.
Pasa posteriormente el autor a comentar de nuevo que Zoroastro en verdad no promulgaba una religión basada realmente en el Mitraismo, sinó que la deidad que quiso imponer este místico y sobre el que predicaba, era Ahura-Mazda. Siendo el Mazdeismo muy ajeno a la fe de Mitra, pero ante tal arraigo en Asia Menor y Persia de las creencias en este el divo matador del toro (que simbolizaba al Sol); finalmente terminó el zoroastrismo por tener que admitir gran parte de los ritos y creencias del mitraismo -asimilándo a Mithra con su dios del fuego y del Sol (Mazda)-. Explicando claramente Campos Méndez que Zoroastro inició una cruzada para intentar erradicar esos cultos basados en el toro -que personalmente yo considero frigios o caucásicos-; aunque finalmente hubo de admitirlos en su mayoría. Lo que explica con las frases: "
combate algunas de las prácticas religiosas que estaban presentes entre la población irania. En especial, persiguió el culto que estaba relacionado con el dios Mithra. Sabemos que tuvo una actitud hostil frente a la costumbre del sacrificio del toro y al consumo del haoma, tan estrechamente vinculados a Mithra como pudimos ver con anterioridad. Zoroastro se dirige con fuerza contra los que inmolan al buey, estableciendo una proscripción en la que prohibe el recurso a bovinos para los sacrificios rituales. De este modo, habría intentado dejar fuera de legitimación a los dioses tradicionales iranios, para fortalecer la imagen de preeminencia de su dios Ahura-Mazda" (8) .
 
AL LADO: Curiosa máscara que se exhibe en el Museo Romano de Mérida, en de sus múltiples una vitrinas y considerada como una careta para uso en el teatro (quizás representando a Attis) -agradecemos a esta institución nos permita divulgar la imagen-. En mi opinión personal, se puede tratar de una careta de oficiante en ritos mitraicos, en los que sabemos los concelebrantes iban vestidos y enmascarados con los atuendos de sus grados y las funciones que las ceremonias les atribuían. Siendo uno de los que la consagraban aquel que debía dar muerte al toro, para llevar a cabo el banquete sagrado, repartiendo entre los "hermanos asistentes" la sangre y la carne. Seguramente el gran iniciado (sacerdote de Mitra) o quien simulaba el papel del dios, pudo cubrirse con una de estas caretas para inmolar al bóvido en el interior de la cueva. Observemos en la pieza el característico gorro frigio, típico de los libertos romanos; pero que sobre todo era el tocado del dios Mitra. Dos rasgos más pueden indicarnos que se trata de ese divo frigio, como es la cuidadísima barba que luce y la forma de palmera tan oriental que bajo la boca tiene su perilla (similar de algún modo a los peinados de Mithra).
.
ABAJO:
Detalle de la estatua de Mitra junto al toro, arriba recogida (hallada en Cabra -casa de mitreo, siglo II d.C.- y propiedad del museo de Córdoba, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Vemos en la fotografia la parte en que la sierpe muerde una pata del bovido, mientras el animal está siendo sacrificado por el dios. Sin lugar a dudas la escena parece tener relación con los rituales iniciáticos de envenenamiento y farmacopea, a los que se unía el de la culebra. Cuya mordedura se entendía como el ataque infame del que se arrastra y nos llevaba a la muerte segura; aunque asímismo en el veneno del ofidio se concebían ciertos rasgos de los poderes curativos útiles para los fármacos y las pociones. Usando en muchos casos de aquellos venenos, aunque solo fuera para crear un antídoto en la forma de ingestión continuada de una pequeña dosis (para hacerse inmune a ellos). Hechos como este, junto a la figura del escorpión picando los testículos del toro, nos llevan a pensar que el veneno y el uso que de ellos hacían ciertas sectas, marcaban los ritos de Mitra -quizás muy influidos por costumbres mágicas y religiosas de los pueblos del desierto-.
.
Algo que afirmamos basándonos en el hecho de que la sierpe y el escorpión son precisamente los animales que acompañan a los "encantadores" de demonios o a los ritos iniciáticos relacionados con el exorcismo y la brujería -entre las sectas del desierto-. Formadas por gentes y grupos que antaño se dejaban picar por escorpiones y sierpes de forma continuada, ingiriendo sus venenos y haciéndose así inmunes a ellos. Con lo que conseguían incluso que su sudor llegase a actuar como antídoto y suero, teniedo efectos curativos para quienes eran picados por esos animales en el desierto. Lo que lograban simplemente cociendo sus ropas tras bailar y haber sudado sobre aquellas tanto como para expulsar un suficiente número de anticuerpos, que actuarán luego sobre el atacado por el animal en forma de un suero logrado en esa "sopa" en la que se cocinaban las prendas impregnadas.


 .
Sigue el libro que comentamos, hablando de la polìtica aqueménida sobre el Mitraismo, por la que aquellos emperadodes de Persia admitieron el culto a las religioines establecidas y lograron que se vinculara ampliamente la figura del rey con la de ese dios (9) . Pasando posteriormente a tratar sobre algunas costumbres que sus creencias impusieron en Mesopotamia, entre las que se halla la del calendario avéstico de doce meses, de los cuales el séptimo era el de Mitra y cuando se celebraba la fiesta del dios -coincidiendo con el solsticio de Otoño, fecha en que se marcaba el comienzo del año persa- (10) . Ritos que fueron exportados posteriormente a Grecia, posiblemente como nuevas ideas que trajeron consigo los participantes en de las conquistas de Alejandro. En una Hélade que admitió parte de la filosofía zoroástrica y donde se identificó a Mitra con Apolo-Helios; como una forma de un Sol-Adonais. Así, desde Mileto se extendió la religión mitraica, llegando el frigio a ser uno de los más venerados dioses entre los helenos; tanto que en Nimruh-Da se halla inscrito su nombre junto al de Zeus-Ahura Mazda, como Apolo-Mitra-Helios-Hermes. Todo lo que nos hace concebir la síncresis que contenía esta deidad entre los helenos, identificado con el "padre" Sol, con el dios de la fertilidad y del comercio; junto al de las artes, la prosperidad y la justicia (11) .
.
Por cuanto decimos, los órficos helenos asimilaron al extraño dios llegado de Anatolia con una curiosa figura denominada dios Fanes y que confundían con Eros. Deidad que se representa como un jóven de fuerte aspecto, desnudo -a veces con alas- situado en el centro del Universo (o del Calendario), cuyo cuerpo era enroscado por una gran sierpe -ofidio que personalmente identifico con el tiempo y el movimiento giratorio de los planetas-. Un Fanes cuyo nombre directamente nos evoca la luz y el alumbramiento, por cuanto procede de la palabra "encender", "dar luz" (en griego "faino" ). Divo que en mi opinión como mito está conectado en su nombre y su leyenda con el ave Fenix, por cuanto este pájaro que renacía de sus cenizas, procedía y generaba igualmente el "huevo primigenio" ("huevo universal" donde vivía y del cual surgía Fanes). Consecuentemente con lo que decimos, los órficos narraban el nacimiento de este diós del siguiente modo: "la Noche de alas negras, fue cortejada por el Viento y puso un huevo de plata en el vientre de la Oscuridad. Después que Eros (al que algunos llaman Fanes) salió de ese huevo y puso en movimiento el Universo" (12).
.
Continuando con Robert Graves -a que pertenece la cita anterior-; este maravilloso autor nos narra que aquel dios y su aspecto se relacionaban con los ciclos anuales. Sobre lo que describe: "Un año de cuatro estaciones debia ser el toro, el carnero, el león y la serpiente; como las cabezas de Fanes, descritas en el fragemento órfico 63 (...) o más sencillamente como el toro, el león, el escorpión y la hidra; los cuatro signos del zodiaco que caían en el equinocio y solsticio" (13) . Por cuanto vamos viendo este Fanes -que se une a Mitra en sus ritos y mitos griegos-, es en sí mismo el origen del Universo y como tal puede identificarse con un Uranos (Varuna védico). Pero a su vez, como engendrador del Tiempo es también Cronos, vencedor del Cosmos (rompiendo su huevo primigenio). Aunque además, Fanes también es asimilable al rey de los dioses helenos; tanto que el significado de su nombre es casi igual en su sentido al de Zeus. Ya que si Fanes se traduce por "el resplandeciente", "la luz"; por Zeus ha de entenderse "el día", "la luminosidad". De tal modo, hemos de identificar a Zeus con Fanes y a este con Mitra en una forma que une a todos en la figura del Zeus-Ahura-Mazda (tal como la veneraban los griegos anatolios, por ejemplo en Nemrud Dag); mostrando una deidad que tan solo es la traducción al lenguaje mítico heleno de las muchas formas del mitraismo y mazdeismo frigio.
.
Cuanto hemos expuesto en los párrafos anteriores, nos lleva a poder comenzar a comprender los "misterios" y los múltiples significados rituales del mitraismo. Habiéndonos explicado la figura de Fanes -con sus cuatro cabezas (toro, sierpe, león y ave)- mucho sobre el simbolismo cósmico de los grados mitráicos, de los que más tarde hablaremos. Tanto como parte de la iconografía del dios, en cuyas principales representaciones vemos a esos cuatro animales que atacan al toro -mientras Mitra le da muerte-. Todo lo que se resuelve en la frase última de Graves, donde nos dice que las Constelaciones del Toro, Escorpio, Can e Hidra (sierpe) son las que se suceden cuando se producen los Equinocios y los Solsticios. De lo que interpretamos que ese perro mordiendo al bóvido, mientras la sierpe y el escorpión le pican, son el símbolo del ciclo anual de cuatro Estaciones y como tal, el del paso del tiempo (que irremediablemente acaba con todo).
.
El enigma del Espacio unido al Tiempo, explicado en la vida y el Universo; es el fundamento que constituyó los llamados "Misterios de Mitra". Ritos que se implantaron en Roma muy tarde y al menos tres siglos después de que lo hubiera hecho el otro culto frigio: El de la diosa Cibeles (igualmente importado hasta allí por greco-anatolios). Ya que esta Dea Mater fue venerada en el Foro romano a fines del siglo III a.C. -tal como hemos estudiado en entradas anteriores-, mientras la religión de Mitra no era prácticamente conocida hasta finales del I d.C. (14) . Pese a lo que Campos Méndez reconoce mucha conexión entre ambas, aún siendo una puramente femenina (la de Cibeles) y la segunda totalmente masculina; tanto que "el mitreo" en su seno no admitía mujeres. Creencias nacidas en zonas y en épocas muy cecanas, más de mil años antes de que llegaran a Roma, originadas en el entorno de Frigia y basadas en el mundo ctónico. Es decir, en la conexión mistérica de la vida y la muerte relacionada con la adoración a la Tierra, a las fuerzas naturales, a la fecundidad, a la riqueza y a los sacrificios -realizando sacrificios vegetales, animales y hasta humanos- (15) .

AL LADO:
Bajorrelieve en el que figura el dios Fanes representado en el interior del círculo zodiacal (pieza perteneciente a la Galería Estense, de Módena; a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen). Como podemos observar en la imagen este Eros primigenio, nacido sobre el Universo, es visto como El Tiempo (Cronos) en la forma de un zodiaco y un jóven enrollado en una serpiente -simbolo del paso de los días, que poco a poco devora al humano-. Por su parte, lleva en la mano y sobre la cabeza -tanto como en sus pies y cabeza- la antorcha que le da nombre (de "faino" o "fea", "faia" -antorcha, luz-); fuego que procede del Huevo Primigenio del que nace. Huevo que simboliza la cúpula celeste, tanto como el movimiento que en esta produce Fanes, reflejado en las alas del dios. Además, en la representación observamos cuatro personajes que son los Solsticios y los Equinocios. Como dato curioso podemos ver sobre la parte del huevo que se halla en la cabeza de Fanes, un ojo. Todo lo que nos expresa que Fanes, parte de Mitra y se une a los conceptos de un Zeus-Cronos-Uranos, como un dios cercano a Ahura Mazda (el divo de la luz, del fuego y del origen del Universo).
.
ABAJO: Figura de Mitra, en un bajorrelieve de los restos del santuario funerario de Antioco I de Commagene, construido en la cumbre del monte Nemrud (Nemrut Dag) -hacia el 50 a.C.-. En este conocido mausoleo el dios Mitra es visto como un Helios (Sol invicto) del que destaca su gorro frigio, acentuadamente esculpido entre el aura solar. Asímismo en las inscripciones del monte se le nombra en la forma que vimos: Apolo-Mithra-Hermes.

 
 
 
 
.
B) EL MITRAISMO EN ROMA
.
Siguiendo con la historia de esta religión en Occidente; acerca del modo por el cual se introdujo el culto a Mitra en Roma, hay dos teorías comunes: La primera y más admitida es la que narra que fueron los piratas cilicios los que la llevaron a Italia. Marineros furtivos de las costas de la actual Turquía, que tras ser vencidos fueron enviados como esclavos a Campania por Pompeyo (siendo implantando sus creencias entre las gentes itálicas sobre el año 60 a.C.). Pese a ello, Campos Méndez se inclina a considerar una segunda posibilidad como más probable; que sería pensar que los veteranos regresados de las campañas orientales hasta sus lugares de origen, importaron esta religión desde la antigua Frigia. Ello porque en la dispersión y expansión de sus cultos, quienes verdaderamente jugaron un papel primordial fueron los legionarios y los militares romanos (16). Ritos y misterios sobre los que afirma el autor que comentamos, que poco o casi nada se sabe; puesto que increiblemente sobre ellos apenas unas hojas se escribieron, casi nada nos ha llegado y muy poco se divulgó a los extraños a la religión. Por lo que tan solo conocemos con certeza que en el templo bajo tierra, Mithra mataba al toro para celebrar el banquete del Sol. Sacrificio que realizaba un oficiante (el día que moría la tiniebla), tras el que los concelebrantes comían y bebían el bóvido en el banquete sagrado. Después del festín, el que hacía el papel del Sol se arrodillaba ante el que representaba al dios y le tendía la mano; ceremonia para la que a Mitra se vestía con atuendos de tipo frigio y persa (de gran colorido y hasta con pantalones, tal como se ve en los múltiples grabados y estatuas de sus santuarios) (17) .
.
Por su parte, en los mitreos el divo va acompañado comunmente de dos "ayudantes", que portan antorchas y visten de forma similar a él (Cautes y Cautopates) y que simbolizan al Sol en su cenit y en su ocaso (18) . Igualmente en esos templos subterrános, se han hallado otras figuras y formas de dioses o efigies, cuyo sentido no se acierta a comprender plenamente. Este es el caso de la escultura de un hombre con cabeza de león al que a veces acompañan llaves, o tiene sierpes esculpidas en su torso-. Figura que ha sido motivo de debate para muchos autores -tal como recogemos en pie de foto de la imágen siguiente en que aparece- y que definitivamente se entiende relacionada con la categoría de León (grado cuarto en el mitraismo), tanto como con los dioses del tiempo griegos y principalmente con los divos persas de la cronología -en especial con Ahrimán-.
.
Asimismo, algo que llama la atención a cuantos investigan sobre Mitra y sus templos, es la más absoluta unidad y uniformidad en sus maneras de adoración y en sus lugares de culto. Dado que en todo el Imperio Romano son prácticamente iguales los mitreos, tanto como estos son casi idénticos a los que puedan hallarse en Anatolia y en Persia. Lo que obliga a pensar que aunque sus ritos fueran mistéricos y no han transcendido, hubieron de tener unos manuales y unas formas de tansmitirlos bien descritos y muy definidos. Habida cuenta de que hablamos de casi mil años y más de ochomil kilómetros de distancia entre unos y otros; en los que desde Mesopotamia hasta Mérida, se fueron siguiendo unas iguales formas de adoración realizadas un lugares muy semejantes y teniendo siempre la caverna o gruta como lugar de culto (19) . Un recinto sagrado que Campos Méndez describe así: "Esta sala estaba presidida en su cabecera por la imagen central de la Tauroctonía, pudiendo ser ésta una escultura, un relieve o una pintura mural, como ya dijimos. Generalmente, los mitreos también se encontraban relacionados con algún tipo de fuente de agua, la cual parece que ocupaba un papel destacado tanto en las iniciaciones, como también con la práctica de sacrificios en su interior. La sala central podía estar acompañada de otras dependencias que eran utilizadas para funciones relacionadas con el culto. Antes de la nave central, había un pronaos que evitaba que desde el exterior pudiera verse directamente el mitreo y donde los mystes se revestían para el culto" (20) .
.
 
AL LADO: Imágen del "dios" antropomorfo con cabeza de León del Mitreo de Mérida -siglo II d.C.-, perteneciente al Museo Romano de esta ciudad (al que agradecemos nos permita divulgar las fotos). Sobre esta extraña figura nos dice Campos Méndez textualmente: "En muchos mitreos se han encontrado representaciones de una extraña figura, caracterizada por presentar cuerpo humano, pero con cabeza de león Además, una serie de elementos amplían su especificidad: unas llaves, una serpiente que da vueltas sobre su cuerpo, a menudo unas alas, etc. La identificación de esta figura leontocéfala ha suscitado un largo debate historiográfico, cuya solución resulta difícil encontrar. Tradicionalmente ha habido tres posturas a la hora de definir a este personaje" (...) Cumont lo había identificado como una representación de Zurvan, el dios infinito del tiempo que, según la secta zurvanita surgida" (...) "También se le ha identificado con el Aión o Tiempo Eterno dentro de un contexto helénico. "Bianchi ha querido ver en esta figura una conexión con el arconte gnóstico, aunque insiste en separarlo de la figura del Aión. Otros autores han centrado su atención sobre la inscripción que suele acompañar a algunas de estas representaciones, en ellas se puede leer: Deus Arimanius" (...) "Legge fue el primero que estableció la identificación del leontocéfalo con el dios zoroastriano Ahrimán" (...) Hinnells, partiendo de la aceptación de Arimanio como la manera de referirse al leontocéfalo, ha tratado de establecer cuál pudo ser la función que ejercería esta figura dentro de la práctica mitraica, él lo relaciona con el cuarto grado mitraico, el León" (...)" Von Gall toma todas estas opiniones y las articula en torno a la idea de interpretar al leontocéfalo como un dios patrón del grado de los leones, que intervenía de alguna manera en sus ceremonias y que la simbología de las llaves hace referencia a su posición como guardián de las puertas y de los misterios". (Op. Cit.; páginas 104 a 107)
.
ABAJO: Estatua de Cautópates, prodedente también del Mitreo siglo II d.C. emeritense y perteneciente al Museo Romano de la ciudad -bajo la escultura se halla una inscripición en griego que pone Demetrio y se supone es la firma de su escultor- (agradecemos al Museo de Mérida nos permita divulgar la imagen). Como hemos dicho, otro de los acompañantes de este dios que sacrifica al toro es este Cautópates, que junto a su gemelo Cautes simbolizan las dos fases del Sol (en el cenit y en el ocaso, o en el invierno y en el verano etc.)

 
 
 
 
.
LA TAUROCTONIA Y SU SIGNIFICADO:
.
Acerca de las formas de iniciación y de los grados, todos los investigadores repiten que se basaba en el sacrificio del toro (tauroctonia), tanto como en el posterior banquete. Por lo demás, la "cofradía" se organizaba en siete grados, cada uno de los cuales representaba o se consideraban, bajo el patronazgo de los siete planetas: Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno (figurados en el tiempo por la semana, como: Domingo -Mitra o "el señor"-, lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado). Acerca de aquellas graduaciones nos dice Campos Méndez los siguiente: "De menor a mayor tenemos: "Cuervo" (Corax) vinculado a Mercurio; "Novio" (Nymphus) con Venus como planeta; "Soldado" (Miles) unido a Marte; "León" (Leo) bajo el patronato de Júpiter; "Persa" (Perses) relacionado con La Luna; "Corredor del Sol" (Heliodromus) identificado con el Sol; por último "Padre" (Pater) que se relaciona con Saturno. La propia característica de la iniciación nos sitúa ante una estructura jerarquizada, a la cabeza de la cual se encuentra la autoridad máxima en cada comunidad que era representada por el Pater, el cual en algunos lugares podía llegar a ser denominado Pater Patrum" (...) "Los grados mitraicos se agrupaban en torno a dos categorías, por una parte los tres primeros desempañaban una función de servidores y colaboradores (ύπηρετουτντες) en las ceremonias que definían la liturgia mitraica, en especial en el Banquete Sagrado, mientras que los otros grados restantes desempañaban una función participativa en la liturgia (μετέχοντες) (21-b).
.
En todo ello, la extraña y antiquísima religión mitraica unía el espíritu de la luz y la figura del Universo a la del toro, siendo la muerte del bóvido la representación del fin de la tiniebla y el comienzo del renacimiento del Sol; todo lo que se celebraba este día en el que el Solsticio nos marcaba la noche más larga del año - el 25 de diciembre, tras la cual cada en jornada la tiniebla va siendo menor y el atardecer se retrasa-. Sobre las posibles razones que hicieron ver en el toro a las tinieblas (o a la noche) hablaremos más adelante, pero fundamentalmente son los cuernos asimilados a los crecientes de la Luna, lo que hizo que aquel bóvido se viera al periodo en que no luce el Sol. Asimismo en las religiones más antiguas y en las védicas, el Mundo o la Tierra se veía como una enorme vaca; bóvido hembra que daba la vida, la fecundidad y los alimentos. Nutrición que se idealizaba en la leche del ganado (como reflejo de la materna). Hecho este que lleva en la religión hinduista a prohibir matar o dañar a las vacas, que se consideran sagradas pues de no sacrificarse aportan más alimento con su leche. Quedando en esta costumbre ajena la posibilidad de que antiguamente el macho (toro) hubiera de ser sacrificado y como tal, todo ello fuera el reflejo de la Sociedad perfecta. En la que las mujeres se concebían como madres y se guardaban para procrear. Mientras el hombre era enviado a la guerra y quienes regresaran de ella serían tenidos por los mejores y más fuertes; pudiendo así procrear y fecundar a las estas (mejorando la especie).
.
Por lo demás, el origen de este ritual de "tauroctonia" es muy primitivo, pues sabido es que existía la costumbre entre los pueblos protoindoeuropeos de matar al toro y comerlo; lo que los indoeuropeos heredan y adornan en un banquete en el que a su vez ingerían alucinógenos (mezclados con la sangre del animal). Rituales que nada tuvieron que ver con religiones muy posteriores que se mezclaron con las mitráicas (como la zoroástrica). Destacando sobre ello Campos Méndez que: "
Mithra había tenido un protagonismo importante en la historia de las tribus indo-arias desde los orígenes de su constitución como pueblo. Este dios recibía un culto específico relacionado con la caza y posterior sacrificio del toro, siendo éste consumido luego en un acto que pretendía fortalecer los lazos de comunión. Junto con la bebida del haoma, se simbolizaba la búsqueda de la inmortalidad y la fortaleza en los enfrentamientos bélicos. En su nombre también, se establecían los juramentos y contratos, al ser presentado como testigo y como garante" . Aunque también nos aclara el mismo autor que Mitra de algún modo se trataba de un tipo de Marte (Ares), adorado como dios de las armas, de la guerra y de las victorias (junto a sus atributros como divo de la luz y del fuego (22) .
.
Por todo cuanto personalmente yo lo consideraría en gran parte un "dios herrero" (Schmith god), divinidad típica de los pueblos indoerupeos. Deidades de las armas y del fuego, cuyos comienzos y misterios se hallaban tanto en la herrería, como en los secretos de la extracción del metal. Siendo así identificados con el mineral que nacía de la roca y en las grutas (tal como Mitra viene al Mundo), actuando como patrones del fuego y de las aguas (con los que se trabajaba en la forja). Teníendo estos dioses herreros como meta sublime, la protección y la victoria militar, junto a la fecundidad y la concesión de alimentos al grupo. Por todo cuanto estos schmith gods que mucho se nos parecen a Mitra y que tan frecuentes fueron entre los Anatolios, Escitas, Osietas, Cimmerios, Cimbrios, Germanos, Galos y celtas de todo tipo. Eran las divinidades principales de todas las culturas indoarias basadas en la fuerza masculina, en la prosperidad nacida de la fortaleza y en la guerra. De lo que diversas formas del refinado Mitra, se hallan inmersas en el Thor o el Odin (escandinavos y teutones), tanto como en el Teutates galo o en el Taranus y Teshub (anatólico-hurritas). Deidades que se acompañan de la daga, el martillo o la hoz y que incluso pueden identificarse con Zeus o Júpiter (portadores del rayo y bajo los que se prestaba el juramento de fidelidad al medio).
.
Pero continuando con Mitra y el sacrificio del toro, cree Campos Méndez que esta es una costumbre y ritual típicamente persa o mesopotámica; que posteriormente heredó el zoroastrismo (23) . En mi opinión personal y a mi juicio, esta inmolación no es tan indoaria como indoeuropea y lo veo más ligado a las culturas caucásicas, que a las mesopotámicas. Ello porque en origen hubo de ser un ritual basado en la "tauromaquia", tal como las leyendas más antiguas relatan. Ceremonia que con la expansión del ganado (haciendo desaparecer el no doméstico) se convirtió en una simple inmolación de reses mansas. Y aunque entre los persas aparezca la figura del toro como sagrada o venerada -en forma de múltiples esculturas, adornos, capiteles y hasta grabados-; considero que la actividad propiamente guerrera de este pueblo era la caza del león, mientras la muerte del toro debió tratarse de un ritual de alimentación -tan solo de tipo ganadero y unido a los de fertilidad (no una actividad de soldados ni menos de nobles valientes)-. Por todo lo que a mi juicio, la tauroctonia mitraica tendría sus orígenes en las culturas frigias y caucásicas, o en las propias indoeuropeas, donde hubo toros salvajes, y no tanto en las Mesopotámicas.
.
Teoría y afirmación que baso en que en las zonas europeas, anatólicas o del Caúcaso, habitaba el toro bravo,  y en cuyas montañas existían hasta uros. Unos bóvidos extramadamente peligrosos y muy diferentes a los bueyes sagrados de las religiones deséticas, donde toros (como el Apis o los del Tigris), se sacrificaban en cultos de fecundidad y bajo el patrocinio de mujeres. Muy por el contrario, en Europa y en Anatolia existían aquellos terribles toros, a veces de tamaño decomunal (hoy extinguidos), cuya caza debió de ser incluso mas peligrosa que la del león. Todo lo que debió de dar el sentido místico a la "tautoctonia" y que más tarde -cuando ni siquiera existían toros salvajes en los campos- se convirtió en el simple sacrificio mitráico de reses. Hipótesis mía que cuadra con la falta de aceptación por parte del Mazdeismo o del Zoroastrismo de ese ritual que mataba al toro y que en verdad sería muy ajeno a los cultos de esas zonas más civilizadas y antiguas (como Asiria o Persia); donde no existía el Uro, ni apenas quedaban toros fieros.
 .
 
 
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Estatua del llamado Cronos "androforme" hallado en el Mitreo emeritense, del siglo II d.C. -propiedad del Museo Romano de Mérida, al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes-. En una foto superior (varios párrafos antes) pudimos ver una representación del dios Fanes, muy parecida a esta; donde comentábamos cómo se relacionaba a Fanes con Cronos-Uranos, a modo de un "primigenio Zeus". Tres dioses en uno, que hizo de este divo que inicia el Cosmos y la vida, el primero de todos; por lo que se asimiló a Fanes con Eros (el amor, como principio de todo). En lo que se refiere a la escultura que al lado tenemos, ya dijimos en algunas entradas anteriores que a esta curiosa figura se le denomina Mitra como Cronos. Cuyo paso del tiempo y carácter terrible (crónico) se representaría a mi juicio en la culebra que se enrosca sobre el cuerpo del jóven. Ofidio que simbolizará el movimiento giratorio de los planetas, marcando las horas y terminando con la vida.
.
Pese a ello habríamos de expresar que realmente es un dios Fanes; junto al se halla una pequeña cabra, que podemos observar mejor en la foto bajo este párrafo. Animal que simboliza claramente el Aries zodiacal o el comienzo del calendario (lo que corrobora la identificación de esta figura con la del dios primigenio y de la luz). Finalmente, el cuerpo desnudo del "jóven alumbrador" se adorna con una faleria con cabeza de león, que en principio habríamos pensado que se trataba del símbolo de la milicia y del grado de león (o legión) que establecía la categoría tercera -y la más común- a las que accederían los iniciados en Mitra. Aunque si ampliamos la foto que más arriba hemos recogido de Fanes (de la Galería Estense de Módena), observaremos que igualmente este dios lleva la faleria central con cabeza de león. Adorno que creemos romano, pero pudiera tratarse de un colgante griego, perteneciente a la iconografía más antigua de aquel Fanes (dios de la luz).
 

 
 .
.
Cuanto vamos viendo, establece la existencia de un culto que ha dejado numerosos resíduos en nuestra civilización y que personalmente creo ha llegado a dar origen a parte de la tauromaquia y la veneración al toro entre los iberos. Decimos "parte" porque otra gran porción de estas costumbres hasta hoy vivas se deberían a circunstancias culturales y de civilización procedentes del mundo propiamente ibérico. Orígenes y raices penínsulares de la adoración al astado, que también estarían unidas a las costumbres de muchos otros pueblos que nos colonizaron (como los celtas o griegos, que celebraban y e igualmente ritualizaban la muerte del toro) -De todo lo que trataremos en siguientes entradas, mientras en esta que ahora finalizamos, expondremos algunas ideas más acerca del Mitraismo-.
.
Religión que a los arqueólogos llama mucho la atención porque entre los restos de sus templos han encontado numerosos huesos de diversos animales y apenas algunos de toros. Exhumaciones óseas repetidamente sucedidas en las cavernas dedicadas al dios Mitra, a través de las que se deduce que los sacrificios debían ser muy numerosos; habiéndose hallado en ellos gran cantidad de cuchillos votivos, junto a cadenas (que quizás se usaban para atar a los cuadrúpedos llevados con ese fin). Y por lo encontrado en los subsuelos, se sabe que inmolaban allí ovejas y carneros, cerdos y cabras e incluso aves (como las domésticas). Habiendo restos de animales salvajes y principalmente de los de caza; como los cérvidos, jabalíes, alimañas y hasta lobos. Sacrificios del lobos que hace pensar a muchos en la relación entre el mitraismo y el culto a Ahrimán (dios persa del tiempo asociado al cánido y que vimos representado en el hombre con cabeza de león). Pese a ello y en mi opinión personal esos lobos y zorros, se uniría más bien al Apolo-Mitra; ya que el totem de Apolo era precisamente el lobo y el cuervo (como animales del presagio y de la adivinación).
.
De lo dicho anteriormente pienso que posiblemtente las inmolaciones de animales ajenos al sagrado bóvido y dentro del mitreo, quizás pudieron tener también un carácter similar al que hubo en las de los augures; quienes leían en los espasmos de la víctima y en sus entrañas, el futuro. Muy por el contario, la tauroctonia sería un ritual ajeno a las anteriores y propiamente de Mitra. Celebración cuya diferenciación de otras inmolaciones se percibe en el propio hecho de que apenas se hayan exhumado huesos de bueyes o de vacuno en los templos de este dios (que dedicaba precisamente su principal culto a sacrificarlos) (24) . Además y continuando con lo poco que sabemos sobre los cultos mitráicos es muy interesante la descripción que de aquellos narra el historiador romano del siglo IV d.C., Elio Lampridio en "Historia Augústea" (25). Quien escribe como un degenerado emperador Cómmodo profanó el templo de Mitra al incorporarse a sus ceremonías y cometer en ellas un homicidio. Hecho este que al parecer sucede cuando ese horrible hijo de Marco Aurelio decide iniciarse en la religión y en el momento en el que se representaba la muerte y resurección del neófito (para lo que había de simularse su asesinato), el emperador aprovechó para realizar la "broma macabra" de matarlo en verdad.
.
Suceso que se recoge como abominable y uno de los más terribles que hizo Cómodo, pese a que solo se trató de una muerte apenas indolora, frente a las miles de torturas y terroríficas matanzas que encargó (o realizó de su mano). Pero el carácter de profanación del templo, asesinando a un neófito al que iba a iniciar; hizo que se le recordase como un blasfemo y gran profanador del culto del bien en Roma. Sobre el ritual, muchos consideran que realmente lo que se representaba en estos cultos iniciáticos no era una muerte, sinó una simple lucha entre hombres en la que el más apto o el de grado superior, había de vencer al neófito. Un combate que podía estar relacionado con los antiguos juegos fúnebres y contener una significación mágico-religiosa; entendiéndose así que el vencido moría (lo que se consideaba un sacrificio humano en la escena de pelea que fingían en el mitreo). Lucha que curiosamente era una liturgia imprescindible en las ceremonias de iniciación y que por lo tanto habla del carácter masculino y militar de estos ritos. Guerra simbólica que se concebía como la del bien contra el mál, el invierno contra el verano, o la del dios contra los demonios.
.
Por su parte había igualmente un episodio de pelea en el culto a Mitra contra el toro, muy diferente a la inmolación (propiamente dicha). Ya que existen otras iconografías ajenas a la que enmarca a Mitra matando a cuchillo a un toro manso. Nos referimos a esculturas, bajorrelieves y frescos en los que se ve al dios tomando al toro por las astas en actitud de batirlo, apresarlo o domarlo; tanto que hay una figura relativamente común mitráica, donde se le representa encunado en los pitones, mientras el bovino lo arrastra (como si se tratara de una cogida). Siendo menos normal aquella escena que lo representa montado sobre la res, como si fuera a caballo y encima del buey, contra el que lucha con toda su fuerza. Existiendo otra más, que esculpe o pinta a Mitra llevando el toro sobre sus hombros, arrastrándolo a cuestas y cogido por las patas traseras, mientras así lo introduce en la caverna.
.
Por cuanto decimos y vemos, parece que había otros rituales ajenos al de la simple inmolación, de lo que no se sabe si antes de matar al buey, los "hermanos de la cofradía" luchaban con los toros, o se enfrentaban a ellos desprovistos de armas (tal como aparece haciendo Mitra en algunas ocasiones). Porque tal como vemos al dios representado en los casos mencionados y de "tauromaquia", habría que pensar que quizás el ritual tenía una primera parte consistente en apresar y cercar o derribar al toro (para matarlo y luego llevarlo a la gruta, lo que explicaría la ausencia de restos óseos de bovinos en los mitreos). Algo que se pudo hacer ayudándose unos a otros y de una forma similar a como los forçados portugueses aún hoy hacen; poniéndose frente al astado, dejándose embestir hasta "encunarsde" en las astas y atrapándolo. Obligándole a caer de lado, por el peso de los cuatro o cinco que valientemente paran a la bestia; bruto que normalmenmte les coge e incluso hiere varias veces antes de dejarse derribar.
.
Estas y otras celebraciones, tanto como varias formas rituales de venerar al bóvido como símbolo de la guerra, creemos que dieron en gran parte origen al carácter sagrado de la res y al toreo en nuestras tierras. Algo que realmente no es solo idea nuestra, puesto que ya hubo varios autores que relacionaban desde hace siglos la fiesta de los toros con religiones tales como la mitráica. Pese a ello, la exposición de cuanto pudo influir el culto a Mitra en nuestra fiesta, es un análisis profundo que precisaría de gran extensión y que dejamos para otro artículo. Ya que la veneración al uro o al toro bravo en la Península, no solo se originó por costumbres o religiones como las mitraicas; sinó por un largo proceso de aculturación en el que juegan papeles preponderantes otras civilizaciones y colonizaciones que recibió la Península Ibérica (principalmente la celta, las griegas y las procedentes del Mediteráneo Oriental). De todo cuanto hablaremos en próximas entradas.
  .
 
JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, Dracma de Sagunto (ARSE) del siglo II a.C., donde vemos representado claramente un toro bravo. La tipología del morlaco que aparece en la moneda, junto a su complexión, enormes pitones y sexo pronunciado; hacen obvio que se trata de una res muy cercana a los bravos ibéricos que hasta nuestros días nos han llegado. Bóvidos de origen salvaje, que no existen en otros lugares del mundo (a menos en donde los hispanos los llevaron) y cuyo único uso hubo de ser el de medirse con los hombres en la lucha -ya que como ganado es imposible su pastoreo y como res es terriblemente peligrosa en el campo-. El carácter sagrado del animal, se puede apreciar en esta moneda, con la aparición de la luna junto a aquel; al que como decimos se le identificaba en el mitraismo con las tinieblas y al horrible Cronos (el tiempo). Simbolismo que puede entenderse partiendo de la unión entre el astado y los cuernos de la Luna, que marcan el transcurso de los días y finalmente conducen a todos a la muerte (al igual que los pitones del toro).
.
Abajo tenemos la foto de un toro bravo, en la dehesa (concretamente junto a San Román de Hornija). Observemos en esta imagen la similitud del que allí aparece, con la complexión y forma del animal que tiene el de la moneda de Arse (Sagunto) arriba recogida. Raza y forma del la res que para nada se parece a las que comunmente se representan en los templos de Mitra; donde el dios (romano y no ibero) mata a un manso o un bovino de carne -de gran tamaño, mucha grasa y pequeña cornamenta-. De todo ello y de las influencias que el culto a Mitra pudo dejar en los ritos de los toros ibéricos hablaremos en la siguiente entrada.
 

 
.
 
-----------------------------------------------------------------------------

.
CITAS:
.

(1): Para repasar o consultar sobre nuestra hipótesis del origen frigio del Tesoro de El Carambolo, pueden leerse las anteriores entradas a esta, en las que hablamos de que en este collar tartéssico se hallan incritos los símbolos de la diosa Kubaba neohitita (Kybeles griega). Tanto como otros artículos incluidos hace más de un año en los que exponíamos que el influjo de las joyas era frigio. VER, entre otras, las siguientes entradas:

34ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VI: Análisis de los símbolos. Conclusiones: ¿Relación entre El Carambolo y el rey Midas?) .-COMENZAMOS A ESTUDIAR LA POSIBILIDAD DE QUE EL ORIGEN DEL DISEÑO EN EL TESORO DE EL CARAMBOLO SEA ANATOLIO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-2.html // 35ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VII: Algunas ideas y conclusiones ya apuntadas; orientaciones sobre el carácter ibérico y la herencía del Bajo Bronce; en las joyas de El Carambolo ). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_19.html // 36ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGIA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte VIII: Simbología neohitita en las joyas; un tesoro de rasgos frigios que bien pudo ser hecho, o regalado a Arganthonio, por el rey Midas).-DESDE ESTA ENTRADA EXPONEMOS QUE EL DISEÑO DE EL TESORO DE EL CARAMBOLO PUEDE SER FRIGIO O NEOHITITA- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-9-8.html // 37ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÏA: Los bueyes del rey Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte IX: Interpretación y traducción de los símbolos en las joyas). -DESCUBRIMOS QUE LOS SÍMBOLOS QUE CONTIENE EL COLLAR DE EL CARAMBOLO, SON LETRAS DEL SILABARIO NEOHITITA (LUWIO), PUDIENDO TRADUCIRSE COMO "dios y rey"-VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-7-9.html // 38ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X: Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón -el monumento neohitita de Pozo Moro-). -RELACIONES ENTRE EL MUNDO NEOHITITA (FRIGIO) Y TARTESSOS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-9-y.html // 39ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X : Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón. El monumento neohitita de Pozo Moro -Continuación-). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-8.html // 40ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte XI: Arganthonios y Midas. ¿Era de origen escita el monarca del oro?.). -DE NUEVO, LA RELACIÓN ENTRE EL MUNDO ANATOLIO DEL SIGLO VIII AL VI A.C. Y EL SUDOESTE PENINSULAR- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_28.html // 41ª- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XII: Midas. El rey de origen escita y los adoradores del oro que comerciaron con Tartessos.). - DESCUBRIMOS CITAS HISTÓRICAS QUE MENCIONAN EL COMERCIO ENTRE MIDAS (REY DEL ORO NEOHITITA QUE GOBERNABA GORDION) Y TARTESSOS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1.html
-
(2): EL CULTO DEL DIOS MITHRA EN EL ANTIGUO IRAN Y EN EL IMPERIO ROMANO: ANÁLISIS Y REVISIÓN DE LOS ELEMENTOS DE CONTINUIDAD. (ISRAEL CAMPOS MÉNDEZ). Libro editado en 2007 y liberado gratuitamente en la red en varios portales, entre ellos: http://www.lulu.com/shop/israel-campos-m%C3%A9ndez/el-culto-del-dios-mithra-en-el-antiguo-iran-y-en-el-imperio-romano-an%C3%A1lisis-y-revisi%C3%B3n-de-los-elementos-de-continuidad/ebook/product-976739.html

o bien: http://www.lulu.com/shop/israel-campos-m%C3%A9ndez/el-culto-del-dios-mithra-en-el-antiguo-iran-y-en-el-imperio-romano-an%C3%A1lisis-y-revisi%C3%B3n-de-los-elementos-de-continuidad/ebook/product-976739.html
.
(3): Israel Campos Méndez en -OP.cit (1)- señala que: "El documento más antiguo que atestigua la presencia y culto al dios Mithra data del año 1380 a.C. Se trata de un acuerdo o pacto que se sella entre dos reyes de la región de Asia Menor. El rey de Mitanni, Mativaza, firma un acuerdo de paz con el rey hitita, Subbiluliuma. Como testigos de este acuerdo son nombrados los dioses principales del panteón de Mitanni: Varuna, Mithra, Indra y los dioses gemelos Nasatya". (página 13). Sigue narrando que: "En sánscrito "Mihr" significa contrato o pacto y este concepto es el que viene a encarnar el dios Mithra. De los pocos testimonios escritos en relación con el Mithra oriental que disponemos, el Décimo Canto del Avesta (página 15); por su parte en la página 16 añade que "A. Meillet en 1907 fue quien estableció por primera vez esta interpretación del vocablo", afirmando que Mithra equivale a acuerdo o pacto.
.

(4): Campos Méndez en -OP.cit (1)- señala sobre el Mithra védico: Como hemos visto, desde el primer momento Mithra aparece acompañado por otros dioses del panteón indoario. De todos ellos, debemos destacar dos con los cuales llega a constituir un binomio. El culto a Mithra en la región de la India aparecerá asociado a la figura de Varuna, con quien ya lo habíamos visto en el texto de Mitanni; en el Irán, será la diosa Anahita la que forme pareja divina con nuestro dios" (página 17). Igualmente añade que se une a la deidad solar, escribiendo: "Para acabar de definir esta imagen del dios Mithra en la etapa anterior a la aparición del Zoroastrismo, sólo nos queda mencionar un aspecto que estará muy marcado en el Mithra avéstico: como dios principal del panteón iranio, y, probablemente, como consecuencia de las atribuciones solares que ha ido recibiendo, es posible plantear la relación que pudo tener con el concepto de la muerte y de la Otra-Vida" (página 21).
.
 

(5): En cuanto al Soma o haoma, especifica -en cita 25- que: "El haoma era mezclado con la sangre del toro con la intención de fabricar la poción de la inmortalidad. Cfr. Puech, H.C. 1979: Las Religiones del Mar Mediterráneo y Oriente Próximo I. Madrid. 81-2" (op.cit. pag 20).
.
(6): Campos Méndez en -
OP.cit (1)-, páginas 19 y 20.
.

(7): Para quienes no hayan leido nuestras entradas donde tratamos sobre los alucinógenos y su utilización en las ceremonias ctónicas, recomendamos ver (además de las dos que preceden a esta) las siguientes:
92ª LOS MISTERIOS DE ELEUSIS: SU RITUAL (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXII). HABLA DE LOS RITOS QUE SE SEGUÍAN EN ORÁCULOS Y CELEBRACIONES MISTÉRICAS GRIEGAS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post.html // 93ª LOS MISTERIOS ELEUSINOS: Métodos y significados de la iniciación (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIII). SOBRE EL POSIBLE USO DE LO QUE PENSAMOS ERAN ENTEÓGENOS, UTILIZADOS COMO DROGAS MÉDICAS, ANESTÉSICOS O EUFORIZANTES (PARA LA GUERRA); ENSEÑANDO A LOS INICIADOS LA EXISTENCIA DE ELLOS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post_24.html // 94ª DEL FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte primera-: Sobre los fármacos "sagrados" (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIV). DONDE TRATAMOS SOBRE LOS FÁRMACOS USADOS EN CEREMONIAS RELIGIOSAS EN LA ANTIGÜEDAD Y SUS POSIBLES UTILIZACIONES EN TARTESSOS: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post.html // 95ª DEL FARMACÓS Y DEL FÁRMACON -parte segunda-: Sobre el "farmacós" o la inmolación humana (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXVI). ANALIZA LOS SACRIFICIOS HUMANOS EN LAS CEREMONIAS RELIGIOSAS, Y SUS SUSTITUCIÓN POR LA DE ANIMALES ENTRE PUEBLOS ABRAHÁMICOS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/del-farmacos-y-del-farmacon-parte.html
.
(8): Así lo expresa
Campos Méndez en -
OP.cit (1)-, páginas 23 y 26:
"El dios que va a predicar Zarathushtra es Ahura-Mazda. Como ya vimos en el apartado anterior, la religión de las tribus iranias estaba definida por una variedad de dioses, considerados ahuras, y cada uno de ellos venía a representar una serie de características particulares (...) La reforma zoroástrica demonizó la clase de deidades populares que se denominaban daevas, relegó a la otra clase de deidades -llamadas ahuras por los iranios- y Ahura-Mazda fue elevado a la condición de único dios verdadero (pag 23) /// Zoroastro habría querido presentar su religión marcada por un talante más espiritual y en gran medida abstracta. En su predicación, el profeta combate algunas de las prácticas religiosas que estaban presentes entre la población irania. En especial, persiguió el culto que estaba relacionado con el dios Mithra. Sabemos que tuvo una actitud hostil frente a la costumbre del sacrificio del toro y al consumo del haoma, tan estrechamente vinculados a Mithra como pudimos ver con anterioridad. Zoroastro se dirige con fuerza contra los que inmolan al buey, estableciendo una proscripción en la que prohibe el recurso a bovinos para los sacrificios rituales. De este modo, habría intentado dejar fuera de legitimación a los dioses tradicionales iranios, para fortalecer la imagen de preeminencia de su dios Ahura-Mazda (pag 26).
 
.


(9): Sobre lo que escribe
Campos Méndez en -
OP.cit (1)-: "En tal sentido, parece más aceptable pensar que ambos reyes eran herederos de la práctica religiosa tradicional irania que situaba a los dioses védicos, entre ellos a Mithra, en lo más alto de su panteón, teniéndolos como protectores del Imperio y su poder" (página 52). "En primer lugar debemos destacar la estrecha relación que parece establecerse entre la persona del rey y Mithra. Por una parte, el dios interviene para conferir un carácter legitimador a la ascensión al trono del rey y le otorga su protección. Mithra es el dispensador de la gloria real (khvarnah o farr) que sólo era conferida a los legítimos gobernantes, quien, como vimos en los textos del Avesta, se caracteriza por dar o quitar la victoria en las batallas. Las referencias que hay en el Mihr Yasht que describen al dios con cien oídos y diez mil ojos y los diez mil espías (Yt. 10,6) se han relacionado con los múltiples informadores que el rey persa debía distribuir por todo el imperio para poder tener una fuente de información contrastable con la que le ofrecían los sátrapas encargados de cada región". (página 66)
.
(10): Op cit. dice: "Otro elemento que nos permite rastrear el papel de Mithra dentro de la religión mazdeísta lo encontramos en un aspecto importante de la cultura irania: el calendario" (...) "Hay, además, una peculariedad: el doble carácter religioso y civil que está implícito en el calendario del Avesta. Marquart y Nyberg sostienen que este calendario fue introducido en época de Darío I, nunca después de 481 a.C., y su finalidad fue meramente religiosa" (pag 32). "El séptimo mes de este calendario recibía el nombre del dios Mithra, divinización del contrato y de la fidelidad a la promesa hecha. Debemos entender que esto significaba que durante este mes, el dios tenía un especial protagonismo en la vida de los persas" (...) "El mes Mihr era el que recibía el nombre del dios Mithra, como hemos visto, y en el día 16 de dicho mes tenía lugar el festival más popular y el más importante de todo el Iran Antiguo: el Festival de Mithrakân o Mihragân". (pag 33) "fiesta consagrada al dios sol y sus orígenes debemos relacionarlos con las celebraciones en honor del dios Shamash realizadas en el séptimo mes babilónico denominado Tishrîtu.71 El día del Mithrakân fue relacionado con el equinoccio de otoño, fecha en la que los persas tenían establecido el comienzo del año, ya que ésta había sido una particularidad que habían hecho a la adopción del calendario egipcio, cuyo comienzo del año solía estar vinculado al equinoccio de primavera" (pag.38) .
.
(11): Op. cit.: "La divinidad griega que se potenció por excelencia en la Monarquía Seléucida fue Apolo de Mileto; éste fue tomado como el patrono especial, ya que se decía que había profetizado el destino real de Seleuco, de ahí que también fuese presentado como el antecesor divino de esta dinastía (Diodoro Sículo, Biblioteca Histórica, XIX.90.4). No deja de ser interesante este aspecto, puesto que como tendremos ocasión de ver más adelante, se puede establecer un vínculo de conexión entre las referencias al Apolo helenístico en el contexto seléucida y al Mithra iranio" (pag 69) (...) "la presencia y culto al dios iranio Mithra: Ponto, Bitinia, Comagene, Capadocia y Pérgamo. En torno a cada uno de estos pequeños estados surgió una dinastía, que se caracterizó por continuar la línea ideológica presentada por los seléucidas y conectarla directamente con la tradición real aqueménida" (pag 72).

-SOBRE NIMRUG DA comenta el autor: "en la conocida inscripción de Nimrud Dagh. Son varios los elementos a tener en cuenta en este testimonio mitraico. Por un lado, tenemos una inscripción en griego en que se enumera a los representantes del panteón iranio, al lado de su equivalente helénico: Zeus–Ahura-Mazda; Apolo– Mithra–Helios–Hermes; Heracles–Verethragna" (pag 72) "Plutarco relata el episodio de Pompeyo y su campaña para acabar con los piratas que operaban en la región anatólica de Cilicia. Cuando describe a estos piratas, relata: practicaban unos sacrificios extraños en Olimpos; celebraban ciertos misterios ocultos, eran aquellos dirigidos a Mithra fielmente conservados hasta nuestros días y que ellos habían dado a conocer los primeros, (Vidas Paralelas, Pompeyo, 24,7)". (opc. cit. pag 80)
.
(12): Cita tomada de LOS MITOS GRIEGOS; de ROBERT GRAVES (2,b), citando a Homero Iliada, 260 y 261.
.
(13): LOS MITOS GRIEGOS; de ROBERT GRAVES (123, 1). OTROS POEMAS Y TEXTOS ÓRFICOS HABLAN DE FANES DEL SIGUIENTE MODO:
"Teogonía de Jerónimo y Helanico" siglo II a.C.. 1- "Tiempo engendró un huevo; 2- "este Heracles engendró un huevo descomunal; 3- "un huevo que, lleno de fuerza de quien lo había engendrado, se partió en dos por causa de la fricción. Su parte superior acabó por ser el Cielo, y la que se fue para abajo, la Tierra. Y también apareció un tercer dios bicórpore ; 4-"¿qué persona dotada de discernimiento aceptaría que Fanes, que fue el dios primogénito (pues fue él el que salió del huevo) tuviera cuerpo o forma de dragón?"; 5-" y en tercer lugar , además de estos, un dios bicórpore, con alas de oro sobre los hombros, que tenía por naturaleza a ambos lados cabezas de toro y sobre su cabeza una monstruosa serpiente que adoptaba las más variadas formas de animales" ; 6-"dividiendo el huevo por fricción la fuerza del que lo había engendrado, nos apareció así de él un dios, Fanes, el cual tras haber dejado la parte de abajo de la cáscara como Tierra, poniendo en alto la parte que había sobre su cabeza, realizó el Cielo."
.
(14):
Sobre la implantación del cuto a Mitra, tres siglos después de que lo hiciera el de Cibeles en Roma, nos dice Campos Méndez en op.cit.: "Estacio (P. Papinius Statius), titulada la Tebaida (...) entre 80-82 d.C. (...) Los dos versos que nos interesan dicen: Mithra, quien, bajo las rocas del antro pérsico, tuerce los cuernos del reacio toro. (I, 719 ss) (...) (Pag 82). "El poeta se hace eco de un fenómeno que está ya presente en la sociedad romana del último cuarto del siglo I d.C. Desconocemos el grado de implantación que en ese momento pudo haber tenido el culto al dios persa, ya que el primer testimonio arqueológico en relación con Mithra está datado en torno al año 102 d.C".(pag 82) /// "Desde fines del siglo III a. C. los romanos habían instalado dentro de su ciudad a la diosa frigia Cibeles,5 construyéndole un templo, aunque limitando enormemente las manifestaciones externas practicadas por sus sacerdotes orientales, los galli. Las celebraciones en honor de Baco-Dionisos habían provocado una intervención directa del Estado en el año 186 a.C. " (pag 83) /// "El carácter mistérico del Mitraismo ha sido presentado por algunos investigadores como el elemento más significativo de este sistema religioso, por cuanto presenta la particularidad de haber sido el único que mantuvo el secretismo y ocultación que hemos indicado como propio de estas religiones".(pag 88).
.
(15): Campos Méndez, Op. Cit.:
"en estas religiones orientales se encuentra la práctica de un culto ctónico o de fertilidad vinculado con la renovación anual que experimentaba la creación y que se manifestaba en la producción agraria surgida de las entrañas de la tierra. El carácter de muerte y resurrección, es decir, el episodio agónico que está presente en el mito de estos dioses, ha sido interpretado como una evolución dentro del ambiente helénico-oriental". (pag 89).
.
(16): Campos Méndez, Op. Cit.:"En el capítulo anterior habíamos hecho referencia a los piratas instalados en la costa de Cilicia y su práctica religiosa relatada por Plutarco (Pompeyo, 29). Cuando Pompeyo completó su campaña de limpieza de las flotas piratas que operaban en el Mediterráneo Oriental, envió a millares de estos piratas como esclavos a la Campania itálica. Este hecho ha sido presentado como un posible factor importante para plantear la llegada de Mithra a Italia; sin embargo, si este desplazamiento debió ocurrir en los años 60 a.C., no existe ningún documento que acredite la presencia del dios durante el siglo I a.C." (pag 90) //// "parece que fueron los veteranos que regresaron a Roma tras las campañas orientales de los Flavios, quienes, después de haber convivido con soldados reclutados en la zona, pudieron haber traído consigo el culto al dios. El papel de las legiones romanas como fuente difusora del Mitraismo hacia diferentes zonas del Imperio se ha confirmado por la presencia de mitreos y referencias a Mithra en los campamentos del Limes y en asentamientos de claro carácter militar". (pag 92)
.
(17): Campos Méndez, Op. Cit.: "la ausencia de testimonios escritos procedentes del propio medio mitraico. Esto significa que la reconstrucción del culto se ha hecho a lo largo de los años a partir de las referencias que otros autores hacían" (pag 94) /// "Después de matar al toro, Mithra celebra un banquete con el Sol; juntos comen la carne del animal y beben, dando a entender que entre ellos se está estableciendo una verdadera comunión. Otras representaciones concluyen el ciclo presentando al Sol arrodillado ante Mithra, para posteriormente darse la mano y finalmente marchar juntos hacia el cielo" (pg 95) /// "Vemos a un dios joven, atlético, con una belleza clásica, vestido con ropas que hacen referencia a su origen persa (el gorro frigio y los pantalones anaxyrides). La simbología del color también tiene su importancia: el rojo, el dorado y el azul han sido interpretados por Vermaseren y por Lissi como indicativos del carácter poderoso del dios. Estos elementos confieren un atractivo personal que puede estar presente en la práctica mistérica. El fiel se identifica con la suerte y la persona de su dios". (pag 98)
.
(18): Campos Méndez, Op. Cit.: "La escena en que Mithra sacrifica al toro se encuentra flanqueada por dos figuras vestidas de igual modo que el dios, pero con la característica principal de portar ambos una antorcha, (véase fig. VIII). Cautes, a la izquierda, sostiene la antorcha en alto. Cautopates, a la derecha, la mantiene hacia abajo. En algunos mitreos se han encontrado esculturas que representan a estos personajes, sin una relación directa con la tauroctonía" (...) "Cautes representaría al sol que se eleva o al día que crece; mientras que Cautopates hace referencia al sol que cae o al día que declina" (pag 103).
.
(19): "Por otra parte, es significativo que desde los mitreos hallados en el Muro de Adriano, hasta el mitreo de Dura Europos en el Eufrates, exista una profunda coherencia iconográfica, especialmente en los motivos; esto ha hecho pensar en que, a pesar de la ausencia de libros o textos sagrados relacionados directamente con el Mitraismo, debió de existir un conjunto básico de ideas e imágenes que iban siendo transmitidas de una comunidad a otra, en el momento en que se erigía un nuevo mitreo. Las imágenes desarrollaban la función de catecismo iconográfico, aunque el estilo de ejecución se adaptaba a las características de la región donde era representado". (pag 107)

/// "Uno de los elementos que confieren un grado de peculariedad al culto mitraico con respecto a otros cultos mistéricos, es el interés que siempre manifestaron los primeros por reservar la práctica de su religión en espacios cerrados" (...) "Si repasamos el mito sobre Mithra reconocemos el protagonismo que desempeña la cueva en distintos episodios de su vida. Mithra había nacido en una cueva, había tenido que raptar al toro y conducirlo hasta otra cueva y en ese mismo lugar, tiene después que hacer el acto sacrificial. El speleum era una cueva mitraica, es decir, representaba para los seguidores el lugar mítico donde habían tenido lugar los diferentes momentos que constituían la "economía de salvación" protagonizada por Mithra" (pags 108-109)..
(20): Op. Cit., pag 110.
.

(21): Sobre los mitreos, sus grados y las formas de veneracion comenta: "Ya hemos hablado arriba del papel que ocupaba la tauroctonía, no sólo con respecto al espacio y la iconografía sino también en lo referente al relato mítico sobre el cual se articulan los misterios de Mithra. Centraremos pues, nuestra atención sobre la práctica del Banquete Ritual y los diferentes ritos de iniciación. La incorporación y participación en los Misterios Mitraicos se realiza en función de una estructura interna que se dispone en una escala de siete grados a los cuales va accediendo el iniciado progresivamente. El testimonio de Jerónimo sobre la jerarquía sacerdotal es confirmado a su vez por la información extraída de las inscripciones epigráficas y por la iconografía mitraica. A su vez, cada uno de estos grados iniciáticos se encuentra bajo la protección o patronazgo de un planeta" (pag. 117) /// "Un aspecto singular que va a presentar el culto mitraico respecto a las otras religiones mistéricas que florecen en Roma durante este período va ser su postura con respecto a las mujeres. Tendremos ocasión en el siguiente capítulo de detenernos y aclarar los posibles orígenes de dicha actitud, si bien, ahora vamos, simplemente a constatar una realidad. El Mitraismo excluía de entrada a la población femenina que sí podía participar en el culto a los demás dioses mistéricos (Isis, Cibeles, etc.)" (pag 126) /// "la religión mitraica renunció siempre a cualquier tipo de ceremonia que pudiera tener un carácter público; más aún, los mitreos presentaban una estructura particular que impediría que desde el exterior pudiera verse en ningún momento qué ocurría en su cámara principal. En cierto sentido, esto fortalecía el vínculo de hermandad y secretismo que residía en cada comunidad, al mismo tiempo que, cara al exterior, permitía mantener firme el espíritu de oferta alternativa frente a las formas religiosas tradicionales". (pags. 127-128).
.
(21,B): Op. Cit. pags. 117 y 118.
.
(22): Op. Cit.: Ya habíamos dicho que el dios Mithra había tenido un protagonismo importante en la historia de las tribus indo-arias desde los orígenes de su constitución como pueblo. Este dios recibía un culto específico relacionado con la caza y posterior sacrificio del toro, siendo éste consumido luego en un acto que pretendía fortalecer los lazos de comunión. Junto con la bebida del haoma, se simbolizaba la búsqueda de la inmortalidad y la fortaleza en los enfrentamientos bélicos. En su nombre también, se establecían los juramentos y contratos, al ser presentado como testigo y como garante. Zoroastro actuó con especial virulencia contra las prácticas religiosas relacionadas con este dios, pues era consciente de que el protagonismo que éste tenía ponía en serias dificultades sus pretensiones de supeditar toda la creación a Ahura-Mazda (pag 29). /// "También aparece relacionado con el mundo de las armas, y su figura se va a relacionar con las victorias. En este sentido, Mithra ocupa un papel central a la hora de las batallas, como protector del ejército y dador de victorias. Continúa así su especial relación con el grupo de los guerreros, los combatientes dirigen a él" una verdadera profesión de fe, pidiendo la ayuda de su brazo y su socorro en caso de apuro.(...) "En el Mihr Yasht son continuas las referencias a la actitud vigilante del dios para perseguir incansablemente a aquellos que hubiesen faltado a su palabra (Yt. X, 26, 38, 59). Mithra mantiene todas sus características que lo presentan como una divinidad lumínica, ya que la luz está estrechamente relacionada con la Verdad y con la disposición benefactora y creadora del dios" (pag. 31).
.
(23): Op. Cit.: "autores posteriores han interpretado, que dicho episodio, debe tener un origen anterior, en el cual habría sido verdaderamente Mithra, más tarde sustituido por Angra Mainyu en la tradición zoroastriana, quien habría protagonizado el primer sacrificio del Toro. Sin embargo, resulta delicado aceptar abiertamente la propuesta de F. Cumont" (pag 144) /// "Si algún pasaje de la mitología irania puede hacer referencia a la práctica que, se piensa, reflejaba la tauroctonía mitraica, éste debe ser el que aparece en el final del Libro de la Creación, Bundahishn, cuando se relata el fin del Combate que continuamente se produce entre Ahura Mazda y Angra Mainyu, a través de la intervención del Elegido: Saôshyans. La estrofa donde se narra la regeneración total del género humano (Frashkart, 17) explica cómo se producirá la derrota definitiva del Espíritu Maligno: será por medio de un último sacrifico animal llevado a cabo por Saôshyans. Éste sacrificará al Toro Hadhayans, inmolándolo ritualmente, para con su grasa preparar el haoma blanco, que será el verdadero elixir de la vida eterna para los fieles" (pag 145)

/// "muy posiblemente, en la práctica sacrificial que hemos relacionado con esas sociedades de guerreros iranias. El sacrificio del toro entre los iranios no es una práctica extraña fue un elemento perseguido en principio por la reforma zoroastriana, posteriormente volvió a integrarse en la religión mazdeísta, ocupando un papel ceremonial importante" (pags 145-146)
.
(24): Op. Cit.: "A pesar de que en algunos mitreos se ha constatado la presencia de huesos de animales, muy pocos son los que pertenecen a animales grandes, en especial a toros. Podría esto ser interpretado como que el sacrificio del toro significaba para los iniciados no el acto material de la muerte de un animal, (de ahí que no se sintiesen en la obligación ritual de reproducir en su liturgia el episodio sangriento protagonizado por Mithra), sino el valor escatológico que se había desprendido del acto regenerador que representa la Tauroctonía" (pag 148)

.
(25): Elio Lampridio; HISTORIA AUGÚSTEA, VII (Cómodo).
Libro utilizado, publicación de AKAL LIBROS, Madrid 1989; Edición de V.PICÓN y A.CASCÓN // Capítulo 7, pags 173 y ss Cómodo; donde Lampridio narra en la página 184 y ss. lo que recogemos.