miércoles, 4 de julio de 2012

TELQUINES Y CURETAS (Dáctilos y Coribantes), "SERVIDORES" DE BRITOMARTIS Y ANTECESORES DE MEDUSA. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LVIII).


Esta entrada es continuación de las anteriores. Recomendándose la lectura previa de aquellas que le preceden, para una comprensión plena de cuanto exponemos en ella.

AL LADO: Nuevamente traemos la última pieza que veíamos en el anterior artículo (esta vez tratada en b/n y mejorada en resaltados). con el fin de poder observar y analizar los detalles. Como ya vimos, se trata de un "tambor de bronce" de tipo creto-orientalizante, hallado en la Cueva del Ida (fechado en el siglo VIII a.C., y perteneciente al Museo Herakleion -al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-). Recordamos que esta caverna del monte más alto de Creta era adorada al menos desde época minoica, por ser allí donde fue ocultado Zeus para que su padre no lo descubriera. En la Antigüedad, periodicamente iba el rey de Creta (Minos) a consultar a la gruta del Ida, considerada uno de los lugares más sagrados; centro de peregrinación dónde el dios manifestaba al monarca y a sus sacerdotes las leyes que habían de cumplirse. Los objetos hallados por los arqueólogos en el interior de esa cueva, concuerdan con los rituales y hechos que narra la referida leyenda.
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Un mito que enseñaba cómo los Curetes protegieron allí al niño Zeus danzando y chocando sus armas con los escudos, con el fin de que el estruendo de sus bailes y el ruido de su armamento tapara el llanto del recién nacido. Neonato que vino al mundo en una gruta sita en la otra cordillera de la isla (la del lado Este, que ya vimos se denominaba Diktea o de Lasiti) donde le fué entregado a la Ninfa Ida (o Adrastea) quien junto a esos Curetas (o Coribantes) cuidaron de el dios hasta su edad adulta. Observemos la escena que representa este "plato-tímpano" ritual, en el que vemos en su centro la figura de Zeus venciendo a un felino y elevado sobre un toro, con los atributos del dios solar hitita o hurrita (de influencia asirio-caldea y en una imagen orientalizante). A ambos lados, baten los tambores unos daimones alados representados igualmente con rasgos hititas o mesopotámicos -cercanos a Enlil o a Ishtar-. Quienes si duda son los mencionados Curetas (Coribantes), tal como los verían o imaginaban los griegos en el siglo VIII a.C.; momento del que data la pieza de bronce sobre la que plasmaron un ritual de danza conmemorativo del Zeus salvado por los súbditos de Minos (y ya adulto).
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ABAJO: Foto del monte Ida visto desde Festos (Phaistos); palacio minoico del cual dista unas decenas de kilómetros, separado por la llanura de Gortina (lugar donde Britomartis amó a Artemisa). Domina la cordillera del Ida la ladera norte de Mesara; valle sobre el cual se asientan los yacimientos de Festos y Agia Triada -entre otros-. Observemos la impresionante imágen de esta montaña sagrada -ya desde el IV milenio a.C.-, que arranca a pocos kilómetros del mar, alcanzando los 2456 metros en su cima (que permanece gran parte del año nevada). Viendo su fotografía nos viene a la memoria un curioso hecho que siempre me he planteado: Desde que comencé mis estudios sobre Creta Antigua (hace ya mas de tres décadas), planteamos al íntimo amigo del profesor Vasos Karageorgis (llamado Petros Paskalis) la cuestión del cómo podían medir los montes cuatro mil años atrás, con esa precisión. No pudiéndome contestar, le expuse que los tres picos más altos de aquella isla fueron tenidos por sagrados ya en el III milenio a.C. y que además su grado de santificación se correspondía con el de sus alturas. Siendo estos, por orden de menor a mayor: El DiKte (situado al Este) de 2148 metros; el Pacnes (situado al Oeste) de 2452 metros; y mencionado Ida, que se halla en el centro de la isla y del que hemos dicho que se eleva hasta los 2456.
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El orden de sacralización parece que fué el que sus alturas marcan; estando como ya sabemos dedicado el Dicte al nacimiento de Zeus. Mientras el Pacnes era adorado en honor de su hija (Britomartis), cuyo mito enseñaba que vino al Mundo en el lado opuesto al Dicte y en la provincia de Canea. Nacida en la cordillera de Cidonea, donde en su pico más alto (el antes mencionado Pacnes) se situaba el templo más importante de aquella ninfa. Por último, la más sagrada de todas las cimas minoicas era la del Ida, que tiene con el Pacnes tan solo una diferencia de cuatro metros (y con el Dicte, de trescientos ocho). Siendo increiblemente extraño cómo los minoicos sabían que era este Ida la más alta de todas las cimas cretenses; tanto que aquella cumbre cumplía las funciones de peregrinación y culto principal, en su religión adoradora de las cordilleras (tal como Evans ya advirió a fines del siglo XIX).
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Dejamos de este modo y al comienzo de nuestra entrada la pregunta que hoy proponemos, cuestionándonos: ¿Cómo pueden llegar a medirse los montes con tal precisión en el III milenio a.C.?. Tanta como para lograr saber que estos tres mencionados eran los de mayor tamaño en un archipiélago de las proporciones de Creta. Máxime cuando se hallan algunos a distancias superiores a cien kilómetros, e inmersos en cordilleras que a veces apenas dejan ver cual de todos es el pico más alto. Habiendo llegado a conocer en la era de Minos, incluso que el Pacnes es menor que el Ida; un hecho manifiesto al ser el último el centro de adoración de toda Creta -pese a que tan solo se diferencian en cuatro metros, sobre un total de 2456-. La respuesta a nuestra cuestión está evidentemente en la trigonometría esférica, tanto como en la astronomía y en el conocimiento de mediciones en el már o en el desierto (hechas con procedimientos de aliradas, luces y sombras -realizadas en la noche y durante el día-). Enigma cuya solución de seguro se halla en las civilizaciones que construyeron los zigurats y las pirámides (a comienzos de este III milenio a.C.); cuyos "misioneros" o emisarios colonizarían por entonces tierras como la de Creta, con el fin primordial de obtener y explotar sus riquezas (en especial la de sus metales).



En el artículo anterior habiamos estudiado el mito de Britomartis, diosa madre minoica y Señora de los Animales. Vimos entonces cómo culto e historia confunden o asocian plenamente algunos personajes míticos de carácter semejante y también procedentes de Creta. Nos referimos a los Telquines y a los Curetas, quienes eran parecidos en sus atribuciones y funciones a esta divinidad femenina; pudiendo tratarse los segundos de un recuerdo legendario de los adoradores y seguidores de aquella deidad zoolátrica (Britomartis; quien vimos también era llamada Díktea, e identificada con Artemisa por los griegos). Todo lo que ampliamente ya fuimos tratando anteriormente, incluso explicando el significado de los Telquines, relacionado con los cultos a la diosa; pese a lo que no llegamos hasta los orígenes de la leyenda "britomartica". Un mito y ritos que antenceden o proceden de otros unidos a los de su padre -Zeus-, dios del Olimpo cuyo nacimiento se produce en Creta. Por cuanto exponemos, necesitaríamos analizar en profundidad los comienzos y la venida al Mundo de Zeus, para comprender bien el sentido de Britomartis (tanto como el de los Curetas, o el de los Telquines y otros daimones cercanos). Todo ello, nos obliga hoy a indagar en el comienzo de esta historia, que se incia con el nacimiento de Zeus, en la gruta del monte Dicte:
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De tal modo, narra la Historia que el hijo de Cronos hubo de ser parido por su Madre Rea a escondidas, en la caverna de aquellas cumbres a las que los cretenses denominaban "de las redes" () (1) . Allí, fue entregado por su madre a una ninfa, hija un rey de Creta -que comunmente se denomina Ida (como el monte)-, quien lo llevó hasta otro lugar de igual nombre a ella, donde el niño fue ocultado para que Cronos no lo devorase. Habiendo sido en la gruta del Ida cuidado por ella y su hermana Adrastea (2) , princesas cretenses cuyos padres se llamaban Meliseo y Amaltae (en la mayoría de textos cásicos); confundidos estos monarcas con aquellas que fueron nodrizas del dios: La cabra Aix (o Amaltea) y la abeja Melisa (Melisea) -quienes dieron su leche y su miel para el bebé divino- (3) . Allí, en esa caverna, cuidaron del niño dios hasta que llegó a su edad adulta los Curetes o Coribantes; daimones que bailaban alrededor de aquel para que el ruido o su llanto no fuera escuchado por el padre Cronos (que engullía a su prole y había devorado una piedra creyendo que era su hijo Zeus).
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Aquellos danzantes protectores del que más tarde sería diós del Olimpo -tras haber vencido a su progenitor-, son sin lugar a dudas para mí la memoria mítica de la civilización minoica, de sus cultos y de su religión (adoradora de una diosa madre Señora de los Animales). Tanto que como ya hemos dicho, su nombre de Curetes o Curetas, nos recuerdan sobremanera al de Creta; voz que creemos desciende al igual que Chipre del término indoeuropeo (y protoindoariano) "URRE", cuya traducción es "rojizo". Palabra de la que nacieron vocablos europeos como el de "URO" que describe al "toro salvaje y de tono rojo"; pero también los de "cobre", "cooper" o "cupre". Términos todos que vemos relacionados plenamente con el nombre de Chipre y Creta (islas o civilizaciones del cobre), tanto como con el mencionado de Curetas -nombre que pudo derivar hacia voces que dieron otras como "cupreta" que en latín sigificaría "del cobre" y en griego "amarronados"; aunque en mi opinión la traducción más idónea de "Curetes" sería la de "cretenses"- (4) .
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Por lo demás, no hay que olvidar la existencia en la Historia de la civilización Hurrita, procedente de una amalgama entre Estados y culturas como fueron Mitani, la Hitita y Mesopotamia. Hurritas asentados en Oriente Medio (entre la actual Turquía, Irak y Siria), en zonas que pudieron tener gran influencia sobre Chipre y Creta a fines del III y principios del II milenio a.C.. Por lo que el término Cureta o "cretense" (tanto como "chipriota") quizás naciera de esta voz "hurre" o URRE, que denominaba al tono "rojo" y a los Hurritas. Llamados los "hombres bermellones", al estar asentados junto a las minas cúpricas de Asia Menor, siendo famosos por la explotación y el trabajo del cobre. Una forma de llamar a estos semitas famosos por su apego al bronce y por el tono rojizo de cabellos, que quizás derivó un milenio después y en la Edad del Hierro, hacia el de Fenicios (herederos en cierto modo de la franja de poder de los Hurritas, cuyo nombre procede igualmente del griego "phoenix" = rojizo). Siendo tan conocida la unión e identificación entre este tono broncíneo y ciertos pueblos asentados en Canaan y Oriente Medio, que el mismo nombre de Esaú (el hermano de Jacob) significa "el rojizo" -entendido en mi forma de analizar la leyenda bíblica, como la rama Hurrita de pueblos fronterizos y emparentados con los de Israel y Judá-.

AL LADO: Vista del palacio de Festos (Phaistos), construido en el siglo XX a.C. y derruido en el XVIII; nuevamente levantado poco después, fue uno de los principales centros minoicos hasta el 1450 a.C. (posteriormente, en épocas micenia y doria, también fue un importante emplazamiento). Al fondo observamos la llanura de Mesara que desemboca en el mar en unos diez kilómetros al sur, terminando en el puerto de la actual Matala (embarcadero natural de los palacios minoicos como Festos o Agia Triada). Frente a nosotros, las montañas donde se halla la gruta de Kamares, otra de las cuevas sagradas cretenses donde los reyes de Festos y Agia Triada realizaron numerosas ofrendas (halladas a fines del siglo XIX y actualmente en el Museo de Heraclion). El culto a la caverna identicado con la diosa madre es común en gran parte del Mediterráneo, pero parece que en la Creta de Minos tuvo una especial relevancia. Relacionando la montaña que nos envía el agua desde sus cumbres, con la gruta; como si aquella caverna fuera la entrada a la diosa tierra. Unas cuervas que se unieron en culto a la "divinidad madre" al identificarse con el útero de la montaña; tanto como su refugio y aguas interiores, al de la matriz y el líquido que protege y "nace" antes del niño.
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ABAJO:
Otra vista del Monte Ida, esta vez tomada desde las proximidades de Agia Triada (muy cercana a Festos). Al fondo, las cumbres nevadas -incluso en verano- de la montaña sagrada minoica. Bajo estas, el fértil valle de Gortina; donde se halló esta ciudad que fuera capital de Creta y donde dice el mito que se amaron Britomartis y Artemisa (tanto como para que ambas diosas fueran confundidas en una sola).


Continuando con los Curetes, narra la leyenda que eran un número de tres, cinco o nueve; inventores de los instrumentos de metal, de la pesca, la caza y hasta de la música y de los objetos con los que se crean las artes. También nos dicen los clásicos que fueron valientes guerreros, tanto como danzantes y músicos que instituyeron los ritos órficos y hasta los juegos olímpicos (5). Confundidos con los Dáctilos, en su número y funciones (que es también el de los dedos, algo que se refiere al nombre de esos geniecillos llamados de manera tan similar a "dactil"). Han sido igualmente identificados con los Coribantes y los Telquines (y hasta con los Dioscuros), con quienes comparten muchas de sus funciones y mitos (6) . Nacidos de la lluvia o de Gea (7) , se les hace los protectores y cuidadores de Zeus hasta que el dios llegó a su edad adulta (8) . Sobre sus origenes, por lo común y en todos los textos clásicos los hacen cretenses, pese a que algunos afirman que proceden de Frigia y con ello hemos de entender que son "daimones" del mundo neohitita (aunque los que realmente los de origen anatólico fueron los Coribantes, quienes eran sacertodes de la diosa frigia Cibeles) (9).
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El significado histórico de estos genios, cuyo nacimiento probablemente sea orientalizante y responda a deidades muy antiguas (de la Edad del Cobre); llegados como figuras mitológicas hasta Creta en el II milenio a.C., procedentes de zonas hurritas o hititas (siendo exportados casi mil años después a Grecia). En mi opinión personal está claramente unido a la aparición del metal en estas tierras creto-chipriotas y al culto del bronce y del cobre; principalmente durante la época en que esos materiales sirvieron para crear armas, escudos y corazas. Siendo unas formas de Hefaistos-Vucanos muy primitivos, entendidos como "dioses Baal" de la fundición (señores del metal), adorados en Oriente Medio entre los milenios III y II a.C.. Deidades protectoras del hombre, quienes regalaban a la humanidad las armas y el poder, comunmente asociados con el fuego y los movimientos telúricos -identificados con las fumarolas de los volcanes y los terremotos, a la vez que con los hornos de fundición- (10) . Por cuanto se representaban comunmente con el hacha en la mano, relacionándose con los dioses de la luz y el rayo (simbolizando la chispa o la brasa), al igual que con la tormenta. Fórmulas que comparten entre otros el famoso Teshub de los Hurritas, que entre los Hititas se llamó posteriormente Taru (o Tarhan, de donde proceden con seguridad nuestras voces "trueno" o "tormenta" por ser aquel el dios de ellas, tanto como lo sería el posterior Taranos y Thor -de nombres tan parecidos al Taru hitita-).
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Por lo expuesto, vamos comprendiendo cómo gran parte de la mitología y religiones creto-chipriotas durante el II milenio a.C., eran de gran influencia orientalizante; es más, habría de decirse que en su mayoría tenían un origen asirio-caldeo e hitita-hurrita. Cuatro civilizacines entrelazadas que comparando y estudiando en referencia a la de Minos, nos darían las claves para hallar los comienzos de Creta y de Chipre. Tanto es así que una gran parte de las deidades y rituales minoicos, que se nos hacen a veces incomprensibles al carecer de escritos o documentaciòn que las describa. Pudiéramos llegar a comprenderlas comparándolas con las de Asia Menor, Anatolia o Canaán; al tener Creta unos arraigos tan profundos en el Oriente Medio de Assur, de Hatti o de Mitani. De tal modo y para mostrarlo, tomaremos como ejemplo una fotografía que hace unos días divulgábamos en nuestras entradas, en la que veíamos un héroe-dios luchando con una sierpe, a la que degollaba con un Labrys (o hacha doble).
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Iconografía que aparece en un oinochoe chipriota fechado hacia el 650 a.C. y que es exacta a las representaciones del dios hitita Kumarbi, el padre del panteón de esta civilización y que se corresponde con Cronos. Narrando su mito cómo consigue vencer a su progenitor (Anu) arrancándole el sexo (castrándolo o mutilándole de un picotazo). Pene y testículos que al caer sobre la tierra la semillan, generando tres divinidades, entre ellas el dios del tiempo que en sí mismo era el propio Kumargi. Un Cronos hitita cuyo mito y ritos han llegado intactos hasta los griegos, permaneciendo aún en formas muy cercanas a sus orígenes hasta épocas tardias romanas. Tanto que las famosas figuras del Cronos en cultos mitráicos halladas en los templos de esa religión (como los de Emérita Augusta), tienen relación con la historia que recogemos. Estatuas, donde vemos al tiempo (representado en una gran sierpe), devorando o rodeando al hombre. Ofidio de gran tamaño, que se relaciona claramente con las deidades del mal orientales y del II milenio a.C.; dragones y culebras terribles, como lo es la Leviatán de los judíos o la Tiamat mesopotámica. Antecesotras todas de Pitón (asociada a Tifón); demonios de las tormentas, de las calamidades climatológicas, de la galerna en el mar y fundamentalmente, de la inundación y el desastre. Dioses meléficos que se asimilaban de algún modo al sexo y al ofidio, por la similitud entre el reptil y el pene. Por todo ello, las divinidades que luchaban contra este daimón o dragón que enviaba las lluvias y los cataclismos terribles (Tifón, Pitón, Tiamat, Leviatan etc), eran representados matando la culebra.

AL LADO: De nuevo traemos a imágen esta cerámica Chipre, fechada hacia el año 650 a. C. y del museo de Nicosia (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En ella se representa a KUMARBI padre de los dioses Hurritas (igualmente del panteón hitita), quien como Cronos castró a su progenitor. Curiosamente la escena de la mutilación del sexo paterno, se representó modernamente como un hombre matando una serpiente con su hacha doble (sagrada entre los minoicos, los hititas y otros pueblos anatólicos). Algo que lo identifica plenamente con Apolo matando a Pitón y sobre todo a Zeus acabando con Tifón. Montruos ambos análogos, asimilados a los desastres naturales y a los que el dios del bien tiene que dar muerte para liberar al Mundo de la calamidad y la desgracia. Todos ellos descendientes quizás de la primigenia Tiamat a la que mata Marduk en Mesopotamia, para traer el bien al mundo. Dragones terribles similares a Leviatan israelita, o Illuyanka que derrota el Teshub hitita (cuya simbología se asocia con el invierno y sus inclemencias, que son finalmente batidos por el Sol que trae el clima cálido y la bonanza).
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ABAJO: Estatua de Cronos androcéfalo, procedente del Mitreo de Emérita Augusta, fechado en el siglo II d.C., perteneciente al Museo Romano de Mérida (al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En esta escultura vemos al jóven "devorado" o rodeado por el tiempo, que es simbolizado por los giros de la serpiente. Monstruo que en sí mismo se entiende por el paso de los años significando la espiral de los planetas; por lo que a su lado hay un carnero, cuya simbología es el Aries (primera constelación anual). Aludiendo a su vez ese Aries a la sustitución en sacrificio del cabrito, por el ser humano ofrecido en el templo (al igual que sucede con el cordero en el caso de Abraham e Isaac). Siendo en esta iconografía Cronos (el tiempo) quien intenta devorar a su hijo; un jóven atrapado por la gran serpiente cronológica, que sin duda nos habla de Zeus, pero también alude al problema del paso de los años que a todos mata y envejece. A su lado, la cabra espera para ser puesta en el lugar del hombre, hablándonos el mito del momento en el que se sustituyen los sacrificios humanos por los de animales. Algo que sucede y parece se impone comunmente en la Edad del Bronce (durante el II milenio a.C.), para ser costumbre entre los pueblos del hierro ofrecer una res o un ave, en vez de un hombre, mujer o niño. Todo cuanto recuerda también el mito de Zeus salvado en Creta y llevado a la gruta del Monte Ida, donde los Curetes le protegen hasta que puede vencer a su padre Cronos.




AL LADO: Bajorrelieve procedente de Hadatu, fechado en el siglo VIII a.C. que representa al dios ADAD (se halla en Arslan Tash, Hadatu; a cuyas autoridades agradecemos nos permitan divulgar su imágen). La deidad que vemos se acerca mucho al Teshub de los hurritas (igualmente subido a un toro y portando armas); figura asimilada al mismo dios de las tormentas entre los hititas, llamado posteriormente Taru (o Tarhan -ya mencionado-). Observemos nuevamente la imágen del principio de esta entrada, donde veíamos a Zeus rodeado de Curetes (tímpano de bronce hallado en la gruta del monte Ida); semejante a esta figura de dios ADAD que vemos en el arte asirio. Todo lo que ratifica el origen oriental de las deidades griegas, cuyos ancestros más cercanos hemos de buscarlos en las divinidades hititas, hurritas y asirio-caldeas (entre otras).



AL LADO: Estatua del héroe dios mesopotámico GILGAMESH; fechada en el siglo VIII a.C. y hallada en Jorsabad -en el palacio del rey Sargón II-, sito junto a la acutal Mosul (perteneciente al Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Traemos esta foto del dios más famoso entre los babilonios, para que observemos cómo muchos de los atributos y representaciones se asocian también con los de Zeus del Monte Ida. Un dios que sujeta entre sus manos el leopardo o la pantera, venciéndola y que en mucho nos recuerda a las deidades orientales victoriosas sobre el toro y el felino salvaje (tal como lo fue Gilgamesh; rey legendario de Mesopotamia que doblegó al toro terrible de la tempestad). Atributos que comparte con este Zeus del Ida, que vemos en el centro del tímpano o tambor de bronce, mientras los Curetas baten sus címbalos en su honor.
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ABAJO: Bajorrelieve neo-hitita y procedente de Tel Al Halaf, fechado a comienzos del I milenio, perteneciente a la Baltimore Walters art gallery (a la que agradecemos nos permita divulgar su imagen). En ella vemos un genio alado, de los que acompañaban o protegían a los dioses en toda la mitologia asiria, babilonia, hurrita y parte de la hitita. Su origen en verdad se halla en representaciones de la Ishtar Mesopotámica (inicialmente, mujer de Gilgamesh) de la cual procede la Astarté posterior de Fenicia y de la que surge un tipo de Afrodita-Luxiferos griega, que habría de asimilarse a una Artemisa o Britomartis (daimón). Genios alados y protectores de las divinidades o de los hombres, que pueblan toda la mitología asiria o persa. Entre los que destaca Enlil, que fue interpretado por los hititas como su dios Elell, divinidad alada del clima y las tempestades. Todas ellas representadas de forma muy semejante a estos Curetes que rodean al Zeus de la gruta del Ida.



Tras haber visto las analogías del mito y figura del Zeus cretense, con otras divinidades orientales, nos quedaría el análisis de paralelismos y significado de su leyenda. Refieréndonos al momento de su nacimieto, cuando narra cómo fue salvado de ser engullido por su padre, al entregarlo su madre a las ninfas hijas del rey de Creta (Ida y Adrastrea). Algo que claramente nos habla del hecho conocido y común en las civilizaciones prehistóricas y antiguas, por el cual el padre tenía el derecho de "exponer" al neonato. Un recién nacido que de no ser admitido por el progenitor, solía ser dejado a su suerte (en el bosque o lugar sagrado); o de lo contrario, enviado a sacrificar en el altar del dios al que correspondiera la infortunada criatura. La Historia y la leyenda está plena de mitos y referencia a esta terrible costumbre, que era tan común en la Antigüedad como lo fue el "expósito" de orfelinato en la Era Moderna. Pudiendo referirse el caso de Cronos que devoraba a sus hijos, al hecho cierto que por entonces era común en las Sociedades patriarcales, en las que los monarcas comunmente ofrecían sus vástagos a los templos de daimones, donde se inmolaban criaturas humanas en los peores rituales y en efigie del monarca (o del padre que lo entregaba).
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Este era el caso de los famosos "Baal" mesopotámicos, dios representativo del "señor de la ciudad" y al que se había de sacrificarse ciudadanos en señal de respeto y veneración. Tanto como el conocido Moloch de los fenicios, al que se ofrecía el primogénito, cuyo culto y terribles ceremonias llegaron a épocas históricas. Deidades neolíticas y que durante la Edad del Bronce debieron ser de algún modo "superadas" por otras religiones que cambiaban la víctima propiciatoria, por un animal. Hecho este que hemos estudiado en parte en nuestra entrada Número 26, que aconsejamos consultar para quienes deseén comprender mejor la importancia de la "reforma" religiosa llevada a cabo en El Bronce (en especial a comienzos del II milenio a.C.) y que se expresa en La Biblia en la figura de Abraham (VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/05/lo-invisible-en-la-mitologia-el.html ). Narrando la Sagradas Escrituras que pueblos como los semitas seguidores de Abraham, cambiaron los terribles usos neolíticos, por costumbres tan humanas como la de ofrecer un cordero -en lugar de un hombre-. Modificando la ancestral obligación de imitar al monarca o señor, quien entregaba comunmente el primogénito; por otra que simplemente marcaba el llamado "rescate", a través del cual el hijo se simbolizaba en un animal que se llevaba al templo en su lugar.
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Regresando a Zeus, comprendemos en el mito que su nacimiento, tanto como en el de sus hermanos (antes devorados por el progenitor), que la historia habla de estos usos de los reyes en la Antigüedad. Quienes de común -y sobre todo durante su juventud- sacrificaban a sus hijos, para que no les destronasen, ni acabaran con ellos al crecer. Dándo a entender que en Creta aquel poder del patriarca no debió ser tan fuerte y la religión pudo ser muy diferente; tanto que las princesas de la isla pudieron salvar al hijo de Cronos y ocultarle de la mirada del terrible padre. Todo ello claramente indica que este archipiélago se hallaba bajo cultos matriarcales y de dominio de la mujer, algo perfectamente comprensible al ser una Sociedad dependiente de la pesca y la navegación. Isla que por su tamaño y condición de montañosa, seguramente se hacía inexpugnable; más aún en épocas como el II milenio a.C., cuando los barcos aún eran pequeños y sería imposible tener una flota con miles de hombres capaz de asaltar o tomar Creta. Todo lo que implica que apenas necesitasen de guerras ni ejèrcitos (más que el imprescindible dedicado a la defensa de costas); todo lo de se demuestra en la carencia de murallas en las ciudades minoicas. Siendo estas características lo que crearía una civilización capaz de generar una sociedad matriarcal, donde los padres se dedicasen a navegar y a pescar, cuidando de que ningún extranjero se acercara a las costas; mientras las mujeres serían las dueñas de la tierra, las labores, la familia y el hogar.
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Todo ello, crearía dioses como Britomartis y cultos como los ya mencionados de la serpiente o del toro; donde las sacerdotisas practicarían religones con una iniciación que amedrentaría hasta al más valiente de los hombres (con el fin de "mantenerles bien atados") . Nos referimos a rituales como los de la tauromaquia o la doma de fieras y culebras, que se ven representados en muchos de los objetos minoicos. Salto sobre bovinos o amaestramiento de ofidios, que de seguro servían para que ningún hombre se sintiera superior a las mujeres en la isla; perteneciendo los cultos de estas oficiantes a los telúricos y zoolátricos más peligrosos, y en especial a los de la montaña y la culebra (al del mar y del bóvido). Por medio de los cuales se pudo representar el acto sexual en la serpiente entrando en su cueva inexpugnable, o la nevegación a través del toro que embiste y que como la ola hace saltar por los aires al que se topa con él.
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Deidades que vemos en los rituales de sacerdotisas minóicas, de los que apenas algunos han llegado hasta nuestros días, pero que en su conjunto hubieron de der una verdadera "escuela" de valientes mujeres, con el fin de dominar la isla. Algo que desaparecería con la venida de los dorios, habida cuenta de que esa organización matriarcal atentaría contra la Sociedad patriarcal que tras la llegada del Hierro se impuso en el Egeo. Una civilización que después del hallazgo del nuevo metal cambió, suponiendo ello un gran atraso desde el punto de vista humano y espiritual. Principalmente motivada porque el hierro era fácil de obtener y más fácil de trabajar; tanto como abundante en todo el Mediterráneo. Mientras el cobre y el estaño, habían sido durante milenios difíciles en su hallazgo y muy escasos; obligando a quienes lo trabajaban a viajar por todos los mares, buscando minas de uno y otro metal seminoble (tanto como a estudiar minuciosamente sus aleaciones y la perfección en la fundición). Algo que llevó a las civilizaciones de la Edad del Bronce al refinamiento y al conocimiento que obliga la necesidad vivida de trasladarse y comerciar, para conseguir el bronce; ya que desde el II milenio se había agotado en las costas de Creta y Chipre (haciéndose imprescindible para obtener nuevas minas: La navegación de altura, conocer los astros para guiarse y hasta un medio de colonizar aquellos lugares lejanos, con yacimientos de cobre y estaño). Unas Sociedades del Bronce como la minoica, muy diferentes a las de hierro y que ignoramos -pese a que tan ampliamente conocemos las férreas (a ser la que nos dieron nuestros orígenes, con Grecia y Roma ). Pero que en sí mismas guardaban secretos y enigmas tan poderosos, que llegaron a colonizar a las civilizaciónes posterior.es Tanto que Zeus, el dios de los griegos, nació entre los de Minos y fue salvado gracias a estas ninfas, diosas o sacerdotisas de Creta (de las cuales seguiremos hablando en nuestra siguiente entrada).

AL LADO: De nuevo, diosa de las serpientes procedente de Cnosos, fechada hacia el 1600 a.C. (perteneciente al Museo de Herakleion, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Esta que consideramos una sacerdotisa de Britomartis (Señora de las fieras), sería como venimos repitiendo una oficiante de ritos mistéricos relacionados con el cobre, las armas, el valor y el dominio de la naturaleza. Diosas como esta, se representan comunmente junto al Labrys (hacha doble) y la escultura que vemos se halló en el salón del Labrys o del Tesoro -llamado "Santuario Tripartito"- del palacio cretense. Su significado creemos que enlaza con los misterios de la vida, relacionando el sexo masculino simbolizado en la serpiente, con la feminidad que lo domina y en la maternidad (expuesta en sus pechos que descubre). Por su parte, los secretos de la doma de bestias o seres terribles, unirían el valor (para la guerra o para la defensa) a la inteligencia de la mujer, capaz de doblegar con la intuición animales tan primigenios como el reptil. Todo un ritual que conformaría la religión del Bronce en Creta, dominada por una diosa madre, Señora de los Animales y por sacerdotisas que gobernarìan la isla sometida a un matriarcado capaz de robar a Cronos su trono. Lo que quizás significa que en verdad fueron capaces de vencer al tiempo (Cronos) y de mantener su civilización para la eternidad.
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ABAJO: Cabeza de Gorgona fenicia sobre colgante apotropaico de oro, fechado en el siglo V a.C.; perteneciente al Museo Nacional de Beirut (al que agradecemos nos permita divulgar su imagen). En nuestra opinión, el origen de esta Medusa capaz de proteger con su rostro al que lo portara, está en los ritos del culto al cobre y al bronce. Religiones basadas en una Potnia Theron, Señora de los Animales, que como Britomartis enseñaba las virtudes del valor femenino, para las que es posible dominar con la inteligencia el Mundo (no con la brutalidad como lo hizo el hombre en la guerra). Algo que se consigue en el III y II milenio cuando los más capacitados obtienen la aleación de cobre y estaño perfecta (al 8%). Unos milenios en los que tan solo las culturas más inteligentes consiguen llegar hasta las minas de estos metales (que se agotaban por aquel entonces en el Mediterraneo). Marchando con sus barcos hasta el Cáucaso o hasta nuestras tierras (la Península Ibérica) en busca de yacimientos cúpreos o de casiterita. Lo que logró colonizar y civilizar gran parte del Mundo Antiguo en estos siglos que vivieron civilizaciones como la minoica, la egipcia o las mesopotámicas.


CITAS:
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(1): Sobre el nacimiento de Zeus en la caverna del Dikte, su ocultación en el Ida, las nodrizas que le cuidaron y los Curetes danzantes, entre otros nos hablan los textos clásicos de: Apolodoro (Biblioteca, 1. 1. al 6) y Calímaco (Himno a Júpiter. 47) que narran su venida al mundo y entrega a las nodrizas Ida y Adrastea. Apolodoro (Biblioteca; 1. 4 - 5), narra la historia completa, contando cómo nace en el Dikte, es entregado a las ninfas Ida y Adrastea, llevado a la caverna del otro monte, alimentado por Melisa y Amaltea y cuidado por los curetes, que bailaban alrededor del niño. Siendo muy similar el relato que incluye Calímaco (Himno I a Zeus, 42). Menciona a las mismas nodrizas en igual cueva del Ida Diodoro Sículo (Biblioteca de la Historia 5, 70. 1).



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(2): Sobre la ninfas o princesas Ida y su hermana llamada Adrastea, hijas ambas del los reyes de Creta, Meliseo y Amaltea;
Apolodoro (I. 1. al 6) y Calímaco (Himno a Júpiter. 47), narran que habiendo nacido Zeus en el Dikte, fue entregado a las hijas del rey de Creta (Meliso y Amaltea), quienes eran las hermanas Ida y Adrastea. Higinio (Fábula 182) curiosamente hace hijas de Océanos a Ida y Adrastea; pese a que comunmente en la mitología lo son de los referidos monarcas de Creta. Ovidio (en Fastos V. 111 ss. y IV, 575 ss.) narra unos mismos hechos referidos, contando como la cabra Amaltea y la abeja Melisea alimentaron a Zeus. Una misma leyenda la contiene Apolodoro (Biblioteca 1. 4- 5), tanto como Diodoro Sículo (Biblioteca de la Historia, 5. 70. 1).
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El nombre de Adrastea según algunos etimólogos, procedería del griego "Adraestos" (
), que significa "no fugarse", "no huir"; quizás haciendo referencia a que no eludió la misión de cuidar del niño, pese a que su padre (Cronos) hubiera acabado con quienes lo ocultaban. Pese a ello, considero que pudiera venir de "adrotes" (), cuya traducción es "vigor", "fuerza", "crecer con vigor"; refiriéndose a que cuidó a Zeus dándole ese vigor o fuerza. Todo lo que se relacionaría con el cuerno de la abundancia y la leche de Amaltea, la cabra que da su leche al dios, cuyo nombre era igual al de la mare de Adrastea e Ida (la reina de Creta con "denominación caprina"). Por mi parte, considero que la voz "IDA" o "IDAIA" que nombra a la otra ninfa, no es otro más que un radical de la palabra protoindoeropea "ATAIR"; que como Max Müller demostró hace tiempo, es el origen de los términos: "Pitar", "pater", "mater", "padre", "madre", "father", "mother". Voces que en su origen y en mi opinión personal estarían muy relacionadas con "ATANA" o "ATENEA", cuyo sentido primigenio pudo ser el de "la madre" (aunque posteriormente se comprendiera más como "la Señora").
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(3): Sobre las nodrizas Amaltea y Melisea Mencionadas por
Ovidio (Fastos V 111 ss. y IV, 575), narra como la cabra y la abeja alimentaron a Zeus en la cueva. Apolodoro (Biblioteca 1. 4- 5) recoge la misma historia. Diodoro Sículo (Biblioteca de la Historia, 5. 70. 1) igualmente nos habla de como el dios fue alimentado con leche de Amaltea y miel de Melisa.
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(4):
Otras etimologías se dan comunmente a CURETAS (
) (o Curetes), partiendo de la base de que su nombre se origina desde Kóros griego () "chico, jóven" interpretando que significan "los muchachos", "los jóvenes". No podemos admitir este origen del nombre, no solo por no corresponderse con la palabra exactamente, sinó también por carecer de unión en radicales (puesto que se nos hace difícil acceder desde "korós" hasta llegar a "kouretes"). Muy por el contrario, la vemos unida a voces griegas cercanas al armamento y al poder, tal como es la de "kuriotes" () que significa "los que tienen poder", "los poderosos". Palabra que se relaciona con "kuros" (), que significa "autoridad soberana" y con "kurou" (), cuyo sentido es "fuerza de ley", "sancionar legislativamente". Por cuanto en el término KOURETA, se unirían los radicales del metal tales como el que dió "cobre" en griego (Chalcos= o "cupre" en latín; cercano en su sentido al poder, la soberanía y la guerra. Pudiéndose traducir su nombre por: "Los soberanos", "los poderosos" o "los que mandan y legislan"; lo que en definitiva eran "los dueños del cobre" en la Antigüedad.
Otras palabras cercanas a KOURETAS, comprenden igualmente términos relacionados con el armamento, el poder y el cobre. Ellos son el caso de "kurisso" o "kuritto" (), cuya traducción en "herir", "cornear"; palabras relacionadas con la voz cuerno en protoindoeuropeo (keros, kuros; que generarían "cornus", "horn" o "corneo"); cuya raiz procede lógicamente al equipararse las armas con las astas del toro o del bovino que ataca. De igual modo, la voz griega "kourukos" (), que significa "bolsa de cuero" o "saco de piel", tiene un sentido muy relacionado con las "corazas" y el cuero que se usaba para protegerse en la guerra. Uniendo los términos de piel a los del metal, ello porque ambos se utilizaban para construir armas y las dos cosas (pellejos y metales) eran los ponderales o medidas del dinero y el poder (en la Antigüedad la fuerza de un Estado residia en sus metales y cabezas de ganado). Por último, una extraña palabra helena, denomina a los aparejos de pesca de una forma muy similar a "Curetas"; ella es "kurtos" () que significa "artes para capturar peces", cuyo origen es sin duda la de otra palabra igual () cuyo sentido es el de "encorvado" -que seguramente se refiere al anzuelo, que en principio y tras utilizar huesos, se hicieron de cobre-.



Por lo demás, la etimología que une "Cureta" a la palabra griega "koros" (joven) creemos que es una confusiòn nacida de la identificación entre estos y los Coribantes. Ya que ha de aplicarse a los Coribantes su denominación como "kouros" = "chicos jóvenes" que bailaban para Cibeles; pero no a los Curetas.
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(5): Curetes creadores de las armas y música, guerreros que instituyen los ritos órficos, nos hablan entre otros:
Diodoro Sículo (Biblioteca de la Historia 5. 65. 1), narrando como aquellos que cuidan de Zeus, instituyen las danzas y crean las armas e instrumentos de música. Igualmente mencionados en Estrabón como demonios que crearon los instrumentos musicales y las armas (Geografía, 10. 3. 11). Como inventores del trabajo del cobre y las danzas Pírricas los menciona Plinio el Viejo (Historia Natural, 7. 204). Igualmente dice que lo hicieron Calímaco (Fragmento 105). Platón (Leyes 796b), habla de las danzas de los curetes en Creta y de las de los Dioscuros en Grecia.
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(6): Confundidos con los Dáctilos, Coribantes y Telquines; por ejemplo
Apolonio de Rodas (Argonautica I, 1122) afirma que estos dáctilos nacieron en la cueva del DIKTE, de ello su nombre de "diktalon", relacionado a su vez con el de los dedos. O bien Estrabón (Geografía, X, 3. 19), cita el hecho de que sean los mismos que los Telquines y nos dice que indistintamente se les llama Koribantes, haciendoles hijos a estos de Cronos (al igual que hace Hesiodo con los Curetes, poniéndoles a este por padre -ver cita (7)- ). Diodoro Siculo (Biblioteca de la Historia, 5. 64. 3 - 5), tambien los confunde con los Dáctilos, advirtiendo que su nombre viene de dedos y añadiendo que fueron estos los que instituyeron los juegos olímpicos. Platón (Leyes 796b), compara las danzas de los curetes en Creta y de las de los Dioscuros en Grecia, comentando que las figuras de amnbos genios legendarios se confundian.
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(7):
Sobre el origen de los Curetes, entre otros: Nacidos de la lluvia según Ovidio (Metamorfosis 4. 282)
. Diodoro Sículo (Biblioteca de la Historia, 5. 65), dice que eran hijos de Gea. Y por su parte los hace descender del propio Cronos (como hermanos de Zeus) Hesiodo (Teogonia 176).
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(8):
Sobre los Curetes protegiendo a Zeus, entre otros nos hablan: Eurípides (Bacantes 120 ss.); quien narra cómo los Curetes danzaban alrededor de Zeus, tañendo sus intrumentos, golpeando sus escudos y tocando sus flautas frigias. Apolodoro (Biblioteca 1. 4- 5) narra la misma leyenda sobre el monte Dikte y su cuidado al cargo de Amaltea, Meliseo, Ida, Adrasta y los Curetas. Apolonio de Rodas (Argonáutica 2. 1231 ss.), menciona el hecho de que aquellos genios cuidaron del dios en el monte Ida. También recogido en Diodoro Sículo (Biblioteca de la Historia, 5. 70. 1), tanto como en Estrabón (Geografía, 10. 3. 11). Ovidio (Fastos, 4. 207 ss.), y Virgilio (Georgicas 4. 149), menciona hechos muy similares a los antes referidos.
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(9): Acerca del lugar de procedencia de los Curetes:
Diodoro Siculo (Biblioteca de la Historia 5. 65. 1 - 66. 1) afirma que son cretenses, llegados desde Caria. Aunque el mismo autir, en Biblioteca de la Historia (5. 48. 2) escribe que los Coribantes, esposos de Cibeles, venían de Frigia. Por su pate Estrabón habla en su Geografía de la danza de los Curetes de Creta y de los Coribantes de Frigia (10. 3. 11 y 10. 3. 12 ; respectivamente).
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(10): Sobre cuanto narramos, ver nuestra entarda Número 26 del presente blog pulsando sobre linea azul en:

VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/05/lo-invisible-en-la-mitologia-el.html .
En esta artículo se trata en profundidad sobre el significado de estas deidades de la fragua y el metal, que muchos mitógrafos denominan como "Schmied goods" o "dioses herreros". Deidades adoradas fundamentalmente en el II milenio a.C., predecesores de Vulcanos, pero sobre todo del fenicio Melkarte, quien es un antecesor de Heracles unido a Mercurio (dios civilizador, del comercio y los viajes; tanto como dominador de los fuegos, las tormentas y las guerras).












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