domingo, 11 de agosto de 2013

LA FUNDACIÓN DE SEVILLA Y EL ORIGEN DE EL CARAMBOLO (Parte tercera de: "El problema fenicio en las joyas de El Carambolo")

-Capítulo 16º de "El frigianismo en la Cultura Ibérica" (Titulo LXXXV: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-.
. ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del blog. En el que se contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido. VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html
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ESTE ARTÍCULO VIENE PRECEDIDO DE OTROS DOS, QUE SE ENCUENTRAN EN LAS ENTRADAS ANTERIORES. PARA QUIENES DESEEN CONSULTARLOS LES RECOMENDAMOS VER CORRELATIVAMENTE:
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EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO, PARTE PRIMERA: COLONIZACIÓN, DOMINACIÓN Y ACULTURACIÓN http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/07/el-problema-fenicio-en-las-joyas-de-el.html
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EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO, PARTE SEGUNDA: SUS DESCUBRIDORES Y LAS ÚLTIMAS PROSPECCIONES http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/07/el-problema-fenicio-en-las-joyas-de-el_17.html
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SOBRE ESTAS LINEAS: De nuevo una imagen de la Astarté de El Carambolo (tal y como la expone el Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgarla). Como venimos estudiando, las nuevas prospecciones en el terreno del cerro y los más recientes estudios sobre esta estatua, han generado durante los útimos años muy diferentes teorías acerca del origen, uso y significado del tesoro -tanto como templo sito en su cima (o del poblado bajo aquella)-. Unos últimos hallazgos en el montículo sevillano, que han llevado a concluir a algunos investigadores, que se trataba de un santuario y de yacimientos fenicios, dadicados a la adoración de Astarté (tesis recientemente seguida -entre otros- por los profesores: Belén, Escacena, Fernández Flores y Rodríguez Azogue).
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Pese a ello, en nuestra entrada anterior ya planteábamos los pros y los contras de estas teorías, tanto como la posibilidad de que la estatuilla en imagen estuviera hallada fuera de contexto. Primeramente porque hubiera sido ocultada hace unos dosmilquinientos años, con la intención de "salvarla" -con un motivo semejante al que hizo se esconder allí el tesoro-. Lo que obligaría a pensar que no fue el fruto de la sedimentación del yacimiento en aquel templo abandonado de El Carambolo; sinó el de un enterramiento realizado en el cerro, para esconder las piezas en este marcado emplazamiento. Pese a ello, y en un segundo término hay incluso quienes dudan de que fuera encontrada junto a las joyas y siquiera en el mismo monte, habida cuenta el caso extraño que envolvió la aparición de esta figurita. Escultura que fué entregada al profesor Carriazo por quien afirmaba -días antes del hallazgo del ajuar-, que la había encontrado en las inmediaciones donde luego desenterraron el tesoro. En el presente artículo avanzaremos sobre estos y otros aspectos; exponiendo una teoría acerca de este cerro cercano a Sevilla, como lugar y templo de religiones canaaneas (no tanto fenicias), originado desde la llegada de colonos de Anatolia y de Oriente Medio al Bajo Guadalquivir.
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Continuamos hoy estudiando El Carambolo después de las últimas pospecciones llevadas a cabo apenas un lustro y medio atrás. Recientes excavaciones trás las que -como hemos dicho en el pie de la imagen anterior- varios investigadores llegaron a concluir que aquel montículo tan próximo a la capital de Andalucía, fue un santuario fenicio con culto a Astarté (en cuyas faldas se extendía un pequeño poblado -igualmente púnico- y que atendía al templo sito en su cumbre). Afirmando en base al carácter del templo y al de la escultura allí hallada, que El Carambolo y su tesoro son puramente fenicios, sin ascendencia ni procedencia tartésica. Ello fundamentado principalmente en las formas y usos del templo, tanto como en la famosa estatuilla de una Ishtar púnica que consideran la "diva del cerro". Figurita fechada hacia en los siglos VIII-VII a.C. -que vimos en imagen superior- y que guarda una inscripción votiva dedicada a esta diosa de la fertilidad canaanea. Leyenda trazada a cincel en la base y en idioma fenicio, que en 1966 el profesor Ferrón tradujo como: "Este (ex-voto lo ha) hecho Baal-ytn, hijo de D'M(e)lk(ar) y Abda-baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil para la Astarté de la colina; que ha escuchado la voz de sus plegarias".
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, estela procedente de Deir el Medina; una losa cimbrada de Ramosis, fechada en el Siglo XII a. C. y donde vemos a la diosa Qadesh, sobre león -entre Min y Reshep- (del Museo de El Cairo, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). La diva representada, como deidad de la fertilidad y de la guerra tiene grandes paralelismos con la Astarté fenicia. En la imagen, aparece portando lotos junto a un pene erecto del dios Min (a nuestra izquierda) mientras en su otra mano sujeta una culebra, junto a una lanza y espada símbolos de Reshep (a la derecha). Se muestra subida en un león, como una "potnia theron" (dominadora de los animales) y a su vez su iconografía tiene gran cercanía a las Isis y las diosas "Hathóridas", patronas de la maternidad y la fertilidad. Tratándose de un tipo de "Venus guerrera y madre" que en alguna forma se acerca a la Pallas Atenea, pero también próxima a la Artemisa dominadora de las bestias. Su totem era en Egipto el león, pero con toda seguridad esta misma diosa y su equivalente en Canaan y Fenicia llamada Astarté o Ishtar (la estrella -matutina, vespertina...-), tuvo como animal de referencia el toro. Un dios llamado en Oriente Medio durante los milenios II y I a.C. "Il" o "El", representado por el becerro sagrado; bóvido que entregaba al hombre su carne y que era venerado por su fiereza (todo lo que le identificaba con la figura del guerrero, que atacaba y protegía, entregando su fuerza y su vida para defender y beneficiar a la comunidad).
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ABAJO: Imagen de la Asertu anatólica; una diosa venerada por los fenicios como Astarté, cuyos atributos y nombre sin duda procedían de la diva hitita antecesora (unido a las egipcias Isis, Hathor y Quadesh). Deidad que fue llamada entre los canaaneos Astaroth y también denominada en la Anatolia neohitita, Astarté. Su culto proviene de la Ishtar semítica, como estrella de la mañana o resplandeciente luz (de Venus) que guiaba en el desierto y que al igual que la belleza femenina, nos obligaba a admirarla y seguirla. Pese a ello, en Anatolia y en Oriente Medio esta deidad se confunde con las divas de la guerra, unidas a maternidades; todo lo que daría origen a las Artemisas y Ateneas griegas, descendientes de la Kubaba o Cybeles frigio hititas. Siendo muy difícil determinar el carácter y cultos de cada diosa, en cada lugar; dado que una misma veneración y figura puede tener muy distintos ritos y celebraciones, conforme el emplazamiento donde se adoren. Algo que incluso podemos ver en nuestros días y hasta en el cristianismo, donde en fechas y ante santos o cultos iguales, se conservan muy diferentes ceremonias. Como por ejemplo aquellas tan marcadas de las Navidades, en las que el 6 de Enero contiene significados muy distintos. Tanto que unos celebran la Epifanía (haciéndose regalos), otros la circuncisión de Cristo y los ortodoxos la Natividad (fecha comunmente establecida en el 24 de diciembre para el resto de cristianos que también se regalan en nombre de San Nicolás en la noche del 4 al 25 -Además, San Nicolás tiene su verdadera onomástica el 6 de Diciembre-).
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En la idea expresada anteriormente podremos entender la complejidad de los cultos y ritos desde los tiempos más antiguos; veneraciones y formas de adorar a una mismas deidades que cambian radicalmente de unos a otros lugares y de unas épocas a otras (tanto como pudiera variar el acento, o los idiomas, conforme nos traslademos). Ello obliga a tener mucha cautela en la arqueología, pues aunque veamos estatuas de unos mismos dioses o de unas "casi iguales" religiones, el culto y su forma de rendir pleitesía -o de celebrar aquellas divinidades-, puede ser muy distinto (algo para lo que basta ver el cristianismo del Norte de Europa y el del Mediterráneo). Cuanto decimos, lo expresamos con el fin de manifestar que una misma escultura en un lugar y otro, pueden contener muy distintos significados. De tal manera, si encontramos una Isis en Canaan, esta ya debe ser tenida por una Astarté (o Ishtar), tanto como la misma estatua en Occidente pudo tener un significado muy distinto. Acerca de todo ello y sobre la aparición de la Astarté de El Carambolo, tratamos en el presente artículo.
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En nuestro anterior entrada nos hacíamos varias preguntas sobre la Astarté de El Carambolo, de cuyo hallazgo no hay más referencia que el hecho repetidamente mencionado por el pofesor Carriazo. Quien escribe que "alguien" se la entrega, afirmándole que la escultura había aparecido en los terrenos cercanos al tesoro y unos días antes -todo lo que sucede trás comenzar las excavaciones en el cerro, en septiembre de 1958-. Pese a ello existen algunas referencias diferentes acerca de la aparición de la Astarté de El Carambolo (al menos en los medios de comunicación). Pues hay quienes afirman que el "descubridor" -o persona a la que le hacen llegar tal estatuilla- no fue Juan de Mata Carriazo, sino el antiguo conservador del Alcázar: Joaquín Romero Murube. Conocido director de los Reales Alcázares que recibió la figurita de bronce "de manos del padre de un zagal que la encontró en un paraje del Carambolo Bajo" . Una historia y unos hechos que recogen algunos escritos del "cincuenta aniversario del tesoro" ( pormenores acerca de la aparición de la Astarté que podemos leer -entre otros- en un artículo de ABC Sevilla, de Septiembre de 2008) (1) .
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Consecuentemente, esta figurilla entregada a Romero Murube por un muchacho que la encontró en de la zona baja del cerro, procedería del poblado sito en las faldas del monte (y no del alto, donde estaba el tesoro y el templo). Extrañándonos sumamente que la referida aparición de la Astarté pudiera ser tal como este caso nos narra, puesto que las excavaciones del Poblado Bajo se comienzan mucho más tarde -incluso se llevan a cabo en años posteriores a las conocidas de la cumbre (junto al "Tiro Pichón"), donde con las obras de ampliación del club encontraron las joyas-. Por todo cuanto -en mi opinión- esta historia que describe como "el padre de un zagal entregó" al director del Alcázar la pieza desenterrada en el Bajo Carambolo, considero que en verdad la confunde con otra, refieriéndose posiblemente a la Diana de Itálica. Escultura romana que sí se sabe entregaron dos obreros a Joaquín Romero Murube en 1940 (durante una noche de lluvia y tras haberla sacado de una zanja abierta en Santiponce).
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Sea como fuere, ya dijimos que el hallazgo y la procedencia de esta figurita de Astarté maravillosa está envuelta en dudas y misterios, tanto que el propio Juan de Mata Carriazo también pensó que habría sido ocultada en el Cerro, junto al ajuar de orfebrería. Siendo así se podría entender lo extraño de su inscripción que hace afirmar a cuantos la han estudiado, que no se trata de un objeto de culto, sino de una estatua votiva. Es decir que es un ex-voto entregado por "Baal-ytn, hijo de D'M(e)lk(ar) y Abda-baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil" ; quien habría depositado la figura inscrita en un santuario "para la Astarté de la colina" , por haber esta diosa "escuchado la voz de sus plegarias". Cuanto decimos no es una hipótesis, sinó una evidencia que deja clara su inscripción, en la que vemos como aquella no pudo ser un único objeto existente en un templo -para ser adorado como figura central-. Es decir, que su calidad de exvoto ofrecido por "Baal-ytn", hace suponer que fue entregada como un artículo más de veneración, a un templo de Astarté. Aunque dada la antigüedad de la pieza (que data al menos del siglo VII a.C.) y por su carácter, también podremos hipotetizar que se tratase de una figura reutilizada. Es decir, de un objeto traido muy posteriormente hasta el Bajo Guadalquivir y procedente de algún santuario de Siria, o de Fenicia (donde a juicio de todos los expertos parece haber sido fundida y grabada).
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Evidentemente la idea de que esta Astarté viajó en algún momento desde Oriente Medio hasta Andalucía se hace una evidencia irrefutable -habida cuenta su tipología y hasta el idioma claramente fenicio en el que se redacta el texto inscrito en su basa- (2) . Un viaje que según el profesor Carriazo comenzó en Memfis (ya que este la creyó egipcia); pero que a juicio de los posteriores estudiosos se inició en las proximidades de las costas de Siria y hacia e siglo VIII a.C - pues finalmente la catalogaron como una Ishtar púnica de aquella fecha-. Todo lo cual nos hace replanternos otra posibilidad más; pudiendo tratarse de un exvoto "reutilizado" en El Carambolo como figura de culto (para ser allí venerada). Siendo lógica la hipótesis de que aquel que la importó desde Fenicia, lo hiciera para situarla en el alto del Cerro de El Carambolo; levantando allí un templete de su culto, con el fin de que los habitantes de ese lugar y época, conocieran y adorasen los dioses de su tierra. Una idea esta última que parte del un planteamiento por el cual habríamos de considerar que aquella escultura fue importada por alguien que ya la encarga en Oriente Medio, con el fin de llevarla hasta la Baja Andalucía para fundar junto al Guadalquivir un lugar de culto (en su propio nombre y en el de sus antepasados -"Baal-ytn, hijo de D'M(e)lk(ar) y Abda-baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil"- ).
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Para conocer las nuevas hipótesis que consideran un templo fenicio (y un tesoro púnico) al de El Carambolo vamos a continuar estudiando los últimos trabajos publicados a raiz de las recientes prospecciones en el cerro. Obras protagonizadas fundamentalmente por Escacena, Belén, Fernández Flores, Rodríguez Azogue, Amores y Carredano. A las que se unen otras aportaciones interesantísmas de investigadores como La Bandera, Martín Ceballos, Torres Ortiz, Jiménez Ávila, Sebastían Celestino Pérez. Estos últimos con muy distintos y más amplios criterios, observando la existencia de una cultura propia en el Bajo Guadalquivir; aquella que comunmente denominamos Tartessos y que sería la descendiente del Mundo del Bronce en el Sur Peninsular ibérico. Pese a ello, muchos tan solo ven restos fenicios en la gran mayoría de los yacimientos y hallazgos tartéssicos -o de la Primera Edad del Hierro meridional de nuestras tierras-, y cuyas hipótesis vamos a analizar a continuación.
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, exvotos en piedra caliza procedentes de Baena (santuario de Torreparedones) fechados entre los siglos III y II a.C. (tal como los expone el Museo arqueológico de Córdoba, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En estas tres esculturas tan diferentes, podremos observar algunos rasgos y ejemplos de lo que era la estatuaria votiva ibérica hacia el siglo III a.C. (muy posteriores a la época tartessia). Las estatuas de la foto superior contienen algunos paralelismos con las famosas terracotas de las Islas Baleares de época fenicia. Tanto que podríamos decir de la figurita central que presenta tallado el sexo y los pechos que pudiera tratarse de una "Astarté" o dama púnica.
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BAJO ESTAS LÍNEAS: Abajo podremos observar otro tipo de figuras votivas; unos exvotos en bronce que ya se dan durante la existencia de Tartessos, aunque proliferaron preferentemente en los siglos que precedieron a su caida (entre el VI y el III a.C.). En la Turdetania han sido hallados miles de "estos ejemplares" en bronce pertenecientes a esa época. Figuritas votivas pequeñas que muy poco o nada se parecen a la Astarté de El Carambolo; que son esculturitas de apenas unos centímetros, de las que han aparecido cientos en lugares de paso y comercio del Sur peninsular, o en santuarios de montaña (como el de Collado de los Jardines en Despeñaperros). Estos exvotos ibéricos son muy cercanos y ciertamente parecidos a los "muñecos votivos" de la Grecia arcaica y de Etruria; sin apenas relación con la escultura del mismo fin de Oriente Medio (ni con las de Fenicia o Cartago). Bajo estas lineas, una fila de esas estuatuillas iberas exvotas, fechadas entre los siglos III al II a.C. (tal como las muestra el Museo Arqueológico de Córdoba; al que agradecemos nos permita divulgar la imagen).
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B) LA FUNDACIÓN DE SEVILLA Y EL CERRO EL CARAMBOLO
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Las últimas teorías presentadas y las "más novedosas" investigaciones sobre El Cerro, unen de algún modo la fundación de Sevilla a la del templo y al poblado bajo de El Carambolo. Considerando esos yacimientos, junto al comienzo de la ciudad -hoy capital de Andalucía-, coetáneos y debidos enteramente a la colonización fenicia. En esa línea se expresan los estudios de: Escacena, Belén, Fernández Flores, Rodríguez Azogue o Amores y Carredano (entre otros); quienes manifiestan el origen púnico del Bajo Guadalquivir. Pese a lo que también destacan que el establecimiento de los fenicios en la antigua Andalucía es muy posterior a las primeras fechas de El Carambolo.
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De tal manera -en la opinión de estos expertos- la aparición "de los fenicios en la zona de Sevilla puede situarse ya en los mismos momentos que en Huelva y que en las más viejas colonias de la costa andaluza mediterránea". Por lo que "aunque la fosa ritual del Carambolo que se interpretó como fondo de cabaña no corresponde a la época del templo inicial" ... "(de la primera mitad del siglo VIII a.C.), en ella se ha hallado un fragmento de cerámica sarda" (3) . Trozo de una pieza de barro de Cerdeña que consideran es muestra clara del establecimiento de gentes fenicias en El Carambolo, al saberse que los púnicos -desde el menos el siglo IX a.C.- frecuentaban esta isla, donde al parecer habían fundado la famosa población de Nora.
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El importante descubrimiento de un fragmento cerámico sardo en el cerro de Sevilla, concuerda no solo con la datación de las colonias púnicas en las costas de Cerdeña, sinó también con la mitología tartessía. Ya que no hemos de olvidar los pasajes griegos -citados en otras entradas nuestras-, donde vemos como cuando Heracles vence y mata al rey de Tartessos, su descendencia escapaba hacia Cerdeña. Siendo un hecho destacado y curioso que el nieto de Geriones (huido hasta aquella isla, tras la victoria de Herakles), sea llamado por la fábula griega Norax. Narrando concretamente el mito, que tras la muerte del monarca de Tartessos, su hija Eriteya tuvo con Hermes descendencia. Naciendo de ambos el referido Norax, quien tras el desastre y la derrota de su abuelo, condujo a su pueblo hasta la isla sarda, donde fundó una ciudad homónima (4) .
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En referencia a esta leyenda, en otras ocasiones hemos publicado la estela llamada de Nora, hallada en aquella urbe homónima de Norax y que data del siglo IX a.C.. Una losa en cuya inscripción en lengua fenicia -y según su traducción más convencional- se leería que algunos púnicos hubieron de llegar hasta esta población, huyendo de una batalla perdida en las costas de Iberia. Otros traductores directamente ven en aquella piedra el nombre de "Tarshish" inscrito; aunque la comprobación de lo esta dice, se hace algo difícil al carecer de separación entre palabras. Sea como fuere, todo constituye coincidencias históricas y míticas de una enorme relevancia y que no pueden tratarse como meras casualidades. Unos hechos de gran importancia acerca de los que ya han escrito una gran cantidad de autores y expertos (5) . Investigadores para quienes la aparición de esa estela que relata como unos fenicios se refugiaron en Nora, junto a la mención de los mitos que recogen como el nieto de Geriones huyó desde Tartessos hasta Cerdeña (fudando allí la urbe de igual nombre -que se tiene por una de las más antiguas de la isla-). Constituiría unos hechos históricos recogidos por la mitología y demostrados por la referida losa.
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Siendo así, lo más probable es que Cerdeña fuera por entonces un cruce de caminos para los buscadores de metal y los marineros que se dedicaban a su comercio. Concretamente del bronce, ya que las estribaciones montañosas sardas (S´Ilixi) eran desde muy antiguo conocidas por sus riqueza en yacimientos cúpricos. Un cobre del que repetidísimas veces hemos mencionado se fundía en lingotes del tipo cretochipriota (Ox-Hide) (6), con la forma del pellejo de buey; para ser así exportado y comercializado fundamentalmente en el Egeo (al menos entre los siglos XIV al XI a.C.. Algo que desaparece tras la caida de Micenas y a la llegada de los dorios armados con hierro, cuando estas culturas del cobre fueron aniquiladas. Unas civilizaciones basadas en el comercio cúprico, cuyo centro -o puente- marítimo debió estar en el enclave sardo; desde donde exportarían aquellos lingotes piel de buey, que a la llegada del hierro desaparecieron progresivamente. En una decadencia -con toda seguridad- paralela a la destrucción de Micenas, invadida por hordas armadas con el nuevo metal y al mando de los llamados indoeuropeos. Unos dorios que posteriormente se proclamaron griegos, e incluso continuadores de los aqueos -a los que destruyen-; y que no solo terminaron con Micenas sino también con las culturas anexas (como la creto-chipriota). Gentes de Creta y Chipre que unidas a Micenas, habían comerciado con el metal de Cerdeña hasta el siglo X a.C., fundiendo en esa forma del pellejo el cobre en rama como "talentos" que comunmente llamaron "keftiu" ( al ser tan comunes en la isla minóica denominada Kaftor por los canaaneos).
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, detalle de una vitrina del Museo Arqueológico de Sevilla, donde expone fragmentos hallados en el Carambolo Alto (zona denominada de culto y en la que se encontró el tesoro). A la izquierda tenemos un pequeño fragmento de un vaso cerámico ático geométrico, fechable hacia el siglo VIII a.C.. A su lado, otro trozo de un vaso de barro -en este caso de Cerdeña- y datado entre los siglos IX al VIII a.C.. Finalmente y a nuestra derecha, se halla una pequeña fusayola o colgante (pesa) que pertenece también al siglo VII ó VI a.C..
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Podemos concluir al observar las dos piezas primeras, un contacto entre la Grecia Arcaica (Ática Micénica), Cerdeña y El Carambolo desde los comienzos del templo. Nexo que parece manifiesto, por cuanto entre los pocos restos cerámicos que se han hallado en el cerro, dos de ellos son del tipo ático y sardo (datados antes del siglo VIII a.C.). Algo que hace evidente el establecimiento o conexión de gentes venidas desde Cerdeña y desde la Grecia Continental ya antes de esta época; previamente a los primeros asentamientos fenicios en la zona. Puesto que al no existir restos de cerámica púnica en el cerro anteriores a estas fechas, ha de concluirse que en estos primeros años de El Carambolo, parece que aún los fenicios no habían tomado contacto con la zona y sí lo hicieron los Sardos y los Micenios. Siendo el resto de los fragmentos en barro allí encontrados (además de los antes referidos), algunas piezas de cerámica "tipo indígena" o tartessio -denominada Carambolo, bruñida, con decoración lineal, y muy semejantes a la creto-chipriota-.
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Cuanto hemos expuesto arriba, nunca significaría negar que los púnicos hubieran llegado y comerciado con la Península ibérica antes del siglo VIII a.C. (fecha esta en la que se tiene una "fe arqueológica" del establecimiento de fenicios en puertos como los de Cádiz o Huelva). Aunque lo que parece más cierto, es que el comienzo del Templo del Carambolo fue muy anterior al tiempo en que aquellos colonizadores de Tiro y Sidón aparecen por la actual Sevilla -incluso mucho más antiguo a los días en que estos fundaron en nuestras costas sus principales enclaves (como Gadir o Malaka)-. Todo lo que hace sospechar que al menos el "primer" santuario, hubo de ser propiamente indígena o tartessio. Un templo que como se sabe fue ampliándose y cuyos cultos bien pudieron ser importados desde Cerdeña o desde Chipre y de la Hélade Arcaica; dado que hay restos cerámicos de estas civilizaciones en la zona más antigua del referido yacimiento. 

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ABAJO: Un lingote del tipo Keftiu procedente de Serra Ilixi, propiedad del Museo de Cagliari (Cerdeña; al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En este modelo de "talentos cúpreos" comercializaban el metal los cretenses y los chipriotas (junto a otros micenios) entre los siglos XIV y el XI a.C.. Proliferaron en Cerdeña y se distribuyeron por el Egeo en grandes proporciones, tanto que es común encontrarlos en la mayoría de los pecios hundidos en las costas griegas y el Mar Jonio. Asimismo se han hallado en territorio sardo; en el interior de minas de cobre y en yacimientos fechados con anterioridad al siglo X a.C.. Una época en la que parece se hace evidente que los fenicios no habían llegado hasta la isla; cuando comerciaban y distribuían el metal de Cerdeña gentes micénicas (pincipalmente venidas en barco desde Creta o Chipre). Curiosamente, los altares del templo de El Carambolo, tienen la forma de estos lingotes keftius, al igual que los pectorales de su tesoro; todo lo que nos hace creer que se trataría de un culto y un modelo llegado a tierras del Bajo Guadalquivir desde El Egeo, por mar, y en épocas cercanas a la caida de Micenas. Quizás importado desde Chipre, de Creta o desde las costas de Oriente Medio (en incluso de Cerdeña); por quienes huían de las invasiones del Hierro, en esos tiempos de grandes convulsiones en el Levante mediterráneo.
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Sobre el pomontorio hoy llamado El Carambolo, escriben los profresores Ma. Belén, Escacena, Fernández Flores, Rodríguez Azoge y Amores; que se trataría probablemente del mismo lugar descrito como el "monte sagrado" o "cabo del templo" en el periplo massiliota de Avieno -obra de descripción geográfica de los litorales peninsulares y que se sabe originalmente coetánea a la existencia de Tartessos-. Por lo que en palabras textuales de algunos de los citados autores: "Si es éste el paisaje descrito por la Ora Maritima en las bocas del gran río de Tartessos, y si es correcta la identificación de Caura con el Mons Cassius (Belén 1993: 49), este sitio puede corresponder al que Avieno (259-261) llama Fani Prominens. Por lo común, tal topónimo se ha traducido como `cabo sagrado´ o `cabo del templo´." (7).
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Evidentemente es más que sugerente la identificación de El Carambolo con un emplazamiento sagrado famoso desde la más remota antigüedad, sito junto al Mons Cassius -monte que estos investigadores consideran es Coria del Rio- (8). Pese a lo que ello deja la amplias dudas, no solo acerca de la concordancia del Cassius con aquel lugar llamado por los romanos Caura; debido a que otros investigadores lo sitúan en Grazalema, Huelva o en la desembocadura del Guadalquivir. Sino también quedaría preguntarse por qué no hubo un mayor asentamiento en El Carambolo. Puesto que muy extraño resulta si aquel promontorio era uno de los más sagrados en el Bajo Guadalquivir -ya desde el siglo V a.C.- y conocido en época romana, que no hubiera en él un templo de mayor relevancia (que perviviera al menos hasta épocas prerromanas). Consecuentemente, si este cerro era tan destacado como para citarlo Avieno llamándolo Fani Prominens (el Cerro Sagrado), muy raro resulta que apenas se conociera posteriormente; tanto como que en El Carambolo no hubiera más que un templete y un poblado de pequeñas dimensiones y de poca importancia.
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Asimismo y considerando que este fuese realmente el Fani Prominens junto al "Monte de la Casiterita" (Mons Cassius), nos podemos preguntar por qué escondieron allí en un sitio -tan conocido y marcado- un ajuar de oro con el fin de ocultarlo en lugar donde nadie sospechase sobre la existencia del tesoro... . Verdad es que los antes referidos investigadores (Ma. Belén, Escacena, Fernández Flores, Rodríguez Azoge y Amores) consideran que las joyas no fueron enterradas para ocultarlas; creyendo que se trata de objetos de uso del santuario, depositados en el basurero sagrado tras haber sido amortizados (es decir: Que fueron arrojados al cenicero del templo, después de dejarse de utilizar en los ritos o en las celebraciones) (9). Pese a lo que en nuestra opinión -tanto como en la de sus descubridores y en el criterio más común de los arqueólogos-, las joyas de El Carambolo fueron escondidas; dentro de un "estuche cerámico" y en una fosa. Enterramiento que se produciría seguramente en un momento de crisis, en una ceremonia ritual de cierre (durante una huida del lugar sagrado); o bien para evitar que cayeran en manos de ajenos o enemigos del templo. Por cuanto resulta extraño elegir un monte muy conocido, sagrado y bien marcado entre los geógrafos, para realizar tal ocultación; puesto que aquel hecho podría ser intuido por muchos y seguramente hubiera sido descubierto.
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Siendo así y considerando como muy famoso el Fani Prominens (citado ya por Avieno) nos podemos preguntar por qué durante la Antigüedad jamás encontraron el tesoro allí ocultado, dado que el promontorio y su santuario debía ser uno de los más destacados de Tartessos. Pues de tenerse por un lugar sacro y conocido desde tiempos inmemoriales, lo hubieran "excavado" los buscadores de restos en la Antigüedad. Una profesión muy común antaño y que servía para reciclar y recuperar cuantos materiales se hallaban enterrados en las ciudades y en las construcciones destruidas -por las guerras o por los cataclismos-. Por todo cuanto parece más lógico pensar que El Carambolo fue simplemente un cerrillo de adoración tartessia, sin apenas gran importancia y con un templete no muy a la vista de extranjeros (ni menos conocido por ajenos al Bajo Guadalquivir) de lo que sirvió como perfecto escondite para el ajuar. Mientras el Mons Cassius quizás se hallaba en Grazalema, en la desembocadura del Guadalquivir o en las Minas de rio Tinto; lugar donde lo sitúan R. Adradós, Schulten o Bosch Gimpera -respectivamente-; afirmando estos autores que el Fani Prominens fue alguno de los famosos santuarios allí emplazados (sitos junto a estos puntos onubenses o gaditanos).
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Pasando a otros temas muy interesantes que plantean las nuevas investigaciones sobre la fundación de Sevilla, los estudios más recientes han cambiado en mucho sus hipótesis acerca del origen de aquella población. Y pese a haberse "atrasado" la llegada de los fenicios a nuestras tierras hasta el siglo VIII a.C. -al menos-; muchos de los más actualizados estudios sobre este tema mantienen que el origen de la capital andaluza es genuinamente púnico. Afirmando a su vez que fue la aculturación procedente las zonas siriopalestinas la que dió lugar a las civilizaciones del Sur peninsular durante el Primer Hierro. Concluyendo que -de algún modo- realmente puede afirmarse que los fenicios fueron los creadores de "esa cultura" llamada por los griegos Tartessos. Civilización tartéssica que para algunos no sería más que la prolongación de Tiro y Sidón en el área meridional ibérica; siendo esa aculturación oriental la única explicación para la existencia de esta "nueva" forma de vida que emerge desde el siglo VIII a.C. en el Bajo Guadalquivir (10) . Consecuentemente, para muchos de estos nuevos teóricos de la arqueología, la fundación de Sevilla tanto como El Carambolo y sus joyas, serían plenamente fenicias. Una urbe y un santuario, que estuvieron íntimamente unidos desde sus más remotos comienzos; llegando incluso a "nacer juntos" -tal como Pellicer manifiestó hace casi veinte años (11) - . Considerando así los estudiosos que identifican el mundo siriopalestino con El Carambolo, que aquella ciudad llamada por los cartagineses "Spal" (y por los romanos "Híspalis"), fue una población creada hacia el siglo VIII a.C. por estos colonizadores llegados desde las costas de Oriente Medio.
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Para terminar el presente epígrafe acerca de la fundación de Sevilla, añadiremos que en un artículo que ya publiqué en 1982 reivindiqué que el origen del nombre de esta ciudad (SPAL o HISPALIS) no solo era el mismo que el de HISPANIA -como es sabido-; sinó que a su vez tenía un casi idéntico significado al topónimo IBERIA. Ello porque -a mi entender- todas las voces anteriores (SPAL; HISPALIS; HISPANIA; IBERIA) procederían de unos mismos radicales proto-indoeuropeos. Vocablos que se introducían en los idiomas usados en Oriente Medio, en Canaan, en Anatolia y entre los Cretochipriotas (cuyas lenguas no eran tan lejanas, hace unos tresmil quinientos años). Siendo la raiz de aquellos sonidos que conformarán más tarde las voces SPAL, HISPALIS, HISPANIA o IBERIA; las palabras antiquísimas SVAR (Sol) y VARI (agua). Términos que aún conserva el sánscrito, y que generarían otros nacidos de su crasis (o de su unión), al ser transformadas en el II milenio a.C. como: "SVARI", "SPARI", "SEVARI" etc.. Palabras cuyo significado es común en los idiomas que nos hemos referido y durante aquella época (en la Anatolia y Oriente Medio del II milenio a.C.). Tradudiéndose estos términos procedentes de la aglutinación de los radicales SVAR-VARI, como: "Sol en el Agua"; es decir, "atardecer", "ocaso", "occidente". De tal manera, de las referidas voces SVARI, SEVARI, SPARI, ya generarían en el siguiente milenio (el primero a.C.) otros términos; como por ejemplo el de "Hesperia", que en griego es "atardecer", "ocaso". Antiquísimos radicales que en distintas zonas del Mediterráneo o Anatolia darían lugar a vocablos como "SEFAR" o "SEFARAD" -palabra que en lenguas semíticas contiene un mismo significado que Hespéride (el ocaso, occidente)-.
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De tal manera, desde aquellas raices lingüisticas -tanto como de las voces antes referidas- porcederían a mi juicio los topónimos: "IBERIA" (como deformación del vocablo proto-heleno "hesperia"); o "SPAL", "HÍSPALIS" e "HISPANIA", como transformación de "SEFAR" o "SHEPHAR" (Sefarad). Por cuanto considerar que los nombres "Spal" e "Híspalis" (o Hispania) son de origen semita (fenicio o cartaginés) tiene una absoluta lógica. Creyendo personalmente que significaba "OCCIDENTE" en estas lenguas de Asia Menor (12) . Siendo así, se interpretaría "IBERIA" por un mismo concepto que Hispania, habíendo tenido como ciudad homónima (o principal) la "Spal" o "Hispalis". Una urbe que era nombrada con la denominación de toda la tierra y lugar donde se hallaba, quizás como una forma de "capitalidad" (tal como Atenas daba nombre al Ática); lo que posiblemente se repitiera más recientemente en el caso de la Évora portuguesa, o en el mismo Ebro -que desde la Antigüedad era el río más destacado de la Penísula, nombrado por los griegos de manera igual que el resto de España-.
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COMENTARIO A LA IMÁGENES: Arriba la península según el Periplo de Rufo Festo Avieno (Ora Marítima). Mapa conforme interpretación de Bosch Gimpera en su obra "Etnología de la Península Ibérica" (agradecemos a sus herederos y editora, nos permitan divulgar el detalle de este dibujo que recogemos). En el epígrafe anterior tratábamos acerca de la fundación de Sevilla y los orígenes de El Carambolo, que algunos creen era el Fani Prominens junto al Mons Cassius. Observemos que el profesor Bosch Gimpera sitúa el Mons Cassius en las proximidades de Huelva, junto a las minas de Rio Tinto. Lugar conocido por su riqueza en minerales preciosos y que lógicamente pudo ser tenido por un yacimiento de estaño (cassiteros). Aunque otros autores creen que el nombre de aquella montaña no se debería a la casiterita, sino a un monte homónimo oriental, que las fuentes antiguas citan junto al Nilo. De esta opinión es Francisco R. Adradós, quien además sitúa el Mons Cassius de Avieno, en la Sierra de Grazalema (Cádiz) -ver cita (8) - .
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ABAJO: Exterior del precioso edificio que alberga el Museo Arqueológico de Sevilla, en el Parque de Maria Luisa. Muy próximo al Guadalquivir (el antiguo rio Tartessos), desde este museo casi se divisa el Cerro de El Carambolo, que distará unos tres kilómetros en linea recta, al otro lado del cauce -trás cruzar Triana, junto a la carretera de Huelva a Badajoz-. Hace más de treinta años, cuando apenas era yo un chico de veinte y en ese tiempo en el que aún estábamos obligados todos los jóvenes a ir al ejército; la vida quiso que en el sorteo militar me "tocase" cumplir mi "servicio con la patria", a muy poca distancia de este museo. Así fui destinado al Cuartel General, sito en la cabecera de este parque de Ma. Luisa y en la Plaza de España. Allí pasé casi quince meses de mi vida y desde las ventanas de mi cuartel veía a diario el cerro de El Carambolo; tanto como en cuanto podía, me escapaba a pasear por el arqueológico. Todos los días hablaba con mis superiores sobre el Mundo Antiguo y a aquellos militares les divertía escuchar un "ballet" a guitarra que en esos días yo había compuesto. (que se llama Tartessos y cuyo argumento trata acerca de la civilización perdida). Gracias a mi cariño a Tartessos y a interpretar aquel "poema a guitarra" en el cuartel, me gané la simpatía de mi comadante (Esquivias) y hasta la de mi General (Saavedra). A quienes les enseñaba que el sueño de Tartessos era un motivo suficiente como para hacer agradable la vida a cualquiera (aunque fuera en plena "guardia").
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Durante estos meses de servicio militar me preocupé en investigar acerca de la etimología de las palabras SPAL e HÍSPALIS, sobre lo que escribí un artículo, que publicó el diario "Informaciones" en su "tercera página". El ensayo acerca del origen de aquellos vocablos se llamaba "Qué significa España" y en él llegué a la conclusión de que Hispalis e Iberia, procedían de iguales radicales proto-indoeuropeos cuya traducción o interpretación era "Occidente". Unas voces nacidas desde los términos SVAR-VARI que en idiomas proto-iranios se traduce por "SOL en el AGUA", es decir: "Atardecer" u "Occidente". Radicales de los que procedería la palabra griega "Hesperia" ("tarde", "puesta de Sol"), que en mi opinión dió lugar a Iberia; tanto como SEFARAD, que desde una voz semejante canaanea originaría Hispania o Hispalis. Siendo esta última una versión quizás fenicia de la misma palabra, procediendo de la voz "SEFAR" (SEPHAR), cuyo sentido en lenguas semitas todos sabemos es "Occidente" (Sefarad).
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C) DE LAS PALABRAS SEMITAS "HISPANIA", "HISPALIS" Y "SPAL" A LA HIPÓTESIS DE LA FUNDACIÓN FENICIA DE EL CARAMBOLO Y DE SEVILLA:

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Por cuanto expresamos, la voz SPAL (de donde vienen HISPALIS e HISPANIA) claramente debió ser fenicia o cartaginesa. Y como decimos, su traducción hubo ser igual a la de su término correspondiente en idioma hebreo -que se pronuncia aún en nuestros días "SEFAR"-. Un topónimo que marca precisamente nuestras tierras, denominadas como las Occidentales entre los israelitas (las "sephardís", vocablo tan parecido a "Spalis"). Pese a ello, la consideración de que la ciudad de SPAL fuera una fundación puramente púnica se enfrenta a una hipótesis, como es la del anacronismo. Ello porque existen asentamientos previos al siglo VIII a.C. en el emplazamiento de la actual Sevilla. Por cuanto, sabiendo que los fenicios no se establecen en nuestras costas antes de esta fecha; la primera "Híspalis" hubo de ser indígena (o al menos creada por efecto de una aculturación nacida desde el mundo interno y peninsular). Es decir, que aunque los colonizadores de Tiro, Sidón (o los de Cartago) pusieran el nombre a la ciudad, no pudieron ser aquellos mismos sus primeros fundadores; habida cuenta que esta "población" ya existía antes de su venida. De lo que habríamos de considerar Spal como una "refundación"; es decir, que muy probablemente en un momento histórico los púnicos la destruirían o la tomarían; para crear en su lugar una urbe suya (hecho este muy normal en todas las colonizaciones antiguas).
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Para hallar qué gentes -o qué colonizaciones-, comenzaron a hacer un lugar habitado a esta ciudad del Bajo Guadalquivir (hoy capital de Andalucía); hemos de considerar primeramente que las urbes situadas en emplazamientos tan importantes como el sevillano, no nacen por "generación espontánea" -a menos que lo hagan debido una fundación extranjera-. Origen fundacional que (como hemos dicho) en el caso de Sevilla no parece justo considerar, habida cuenta que se sitúa en un punto y confluencia de tal singularidad, que desde los tiempos más remotos hubo de estar habitada. Ello porque allí mismo era dónde antaño desembocaba el Guadalquivir; dado que -como todos sabemos- las Marismas fueron un gran lago cuyas aguas llegaban incluso hasta la Híspalis romana. Pese a todo, aquella ciudad llamada en mi opinión "la occidental" entre fenicios y cartagineses, debió tener un carácter muy semita o autóctono. Algo que se "percibe" en el curioso hecho de que los latinos fundaran en sus inmediaciones otra muy distinta, para ir allí a vivir los romanos, en un lugar ajeno al hispalense. Todo lo que explica e implica quizás que la población de aquella urbe del Betis pudo tener un gran arraigo indígena, posiblemente muy ligada al mundo cartaginés (quienes probablemente le dieron el nombre de SPAL). Todo lo que quizás obligó a los romanos a crear otra capital muy próxima y en las cercanías de la actual Santiponce (a orillas de El Carambolo); una Itálica, que tristemente fue construida sobre arcillas expansivas, lo que la convirtió en una abandonada ruina a los pocos años de erigirse y cuya población regresó a la antigua urbe.
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Por lo demás y acerca de los orígenes de la ciudad del Guadalquivir, en las inmediaciones de Sevilla han aparecido repetidamente restos de cerámicas micénicas y grecoarcaícas (anteriores al siglo IX a.C.) tanto como fragmentos de objetos sardos y del Levante mediterráneo (igualmente de comienzos del primer milenio a.C.). A los datos anteriores hemos de añadir los hallazgos llevados a cabo en el centro urbano y en emplazamientos cercanos a Sevilla; donde se también se repite el encuentro de tipos cerámicos bruñidos -relacionados con los de Chipre y Micénas-. Un estilo que el prof. Carriazo consideraba propiamente tartessio -o pretartessio-, datados a fines de la Edad del Bronce y en las primeras etapas del Hierro meridional. Cuyos paralelos más próximos han sido desentarrados en zonas cercanas al Guadalquivir, preferentemente en los restos de dólmenes reutilizados, o en tumbas de corredor y en cistas de fines del II milenio a.C.. Piezas de barro con una tipología que Juan de Mata Carriazo definió como "de El Carambolo", con un modelo particular y autóctono (aunque -como hemos dicho- con sus antenecedentes más cercanos en las creto-chipriotas). Cerámica cuyos diseños y dibujos recuerdan a los vasos, ídolillos en pizarra y fragmentos del Sur Peninsular, pertenecientes al final de la Edad del Bronce. Pero que a su vez -vistos con detenimiento- se asemejan a las decoraciones que contienen las joyas y enseres de orfebrería de aquella época, que comprende desde los siglos XII al VIII a.C.. Torques, pulseras y collares cuyos motivos en ocasiones son exactos a los que vemos en los fragmentos de barro de El Carambolo y guardando unos mismos dibujos esquemáticos -con cuadrados alternados con lineas rectas y con triángulos intercalados; todos repetidamente figurados-.
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: SOBRE estas líneas, un Pithoi orientalizante procedente del Santuario de Carmona y fechado hacia siglo VII a.C. (propiedad del Museo de Carmona, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este vaso cerámico es puramente tartessio y su diseño contiene figuras plenamente autóctonas (tanto que modelos similares, apenas se dan en otros lugares del Mediterráneo). En él podemos ver la flor del loto, tan típica de la iconografía egipcia, pintada en los colores y de igual manera que se realizaba en el Nilo -unos seis o siete siglos antes-. Su diseño también nos recuerda enormemente a las cerámicas de Chipre arcaicas, fechadas unos cientos de años antes (entre el siglo IX y el VIII a.C.); tanto como a algunos modelos canaaneos, y en especial a las piezas de barro micénicas aparecidas en zonas del "Creciente Fértil" (trás huida hasta Canaan de los micenios cuando escapan de la invasión doria).
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Acerca del tema antes expuesto y que explicaría las similitides entre el mundo micénico y el de Oriente Medio -en los siglos XI al IX a.C.-, hemos tratado en nuestra entrada "LOS HEREDEROS DE MICENAS" (VER http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_19.html ). Un artículo que recomendamos leer a los interesados en comprender cómo el área de Canaán fue refugio de cuantos se ven obligados a "escapar de la llegada del Hierro". Ya que desde el siglo XIII al X a.C. , la expansión de "los pueblos férreos", hizo que Oriente Medio y Anatolia sufrieran tremendas convulsiones. Viéndose obligados sus antiguos moradores a huir hacia tierras lejanas, tras la aparición de contínuas oleadas de invasores y de ejércitos armados con el nuevo metal; lo que promoverá incluso la caida de imperios como el Hitita. De tal modo, las gentes de Anatolia, de Asia Menor, de Grecia (y de sus islas), trás huir de las hordas armadas con Hierro, se convertirán en pueblos errantes (como fueron un ejemplo, Los del Mar).
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Algunas de estas migraciones en diáspora se asientan en zonas como Canaan y Chipre, llegando a ocupar hasta tierras en Egipto (logrando allí refugio). El resto errará por el Mediterráneo, llegando hasta Italia los que se dice se denominaron "Turta" (o Theresh) y que darían en parte origen a los etruscos. Otra tribu de Los Pueblos del Mar fueron los "Sardana", que vagaba a comienzos del Hierro en busca de tierra, ejerciendo el pirateo por el Mediterráneo; creyendo los historiadores que se establecen preferentemente en la isla a la que dieron nombre (Cerdeña). Los Mashawa igualmente según el criterio de los expertos se cree que puedieron ser quienes originan a los Mastienos en Iberia, al asentarse en nuestras costas de la actual Murcia-Granada (con posterior capital en Mastia: Cartagena). En lo antes relatado vemos que el descubrimiento del acero generará la huida de gentes de Anatolia y de sus islas, tanto como las de Micenas y de Creta, quienes se ven obligados a errar buscando nueva patria, de los que algunos consiguieron refugio en Canaan, Chipre y Egipto (una protección que hallaron principalmente entre los fenicios y los israelitas, quienes llegan a admitir a una parte entre sus doce tribus -aunque a los que no se adaptan a las costumbres judías, los apartaron, denominándolos filisteos-).
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Por su parte, los que vencen en la avanzada armados con el nuevo metal, traen consigo la aparición de las civilizaciones del Hierro (como la griega o las indoeuropeas). Todo lo que se produce en un periodo del que podemos decir tuvo su punto culminante en la Guerra de Troya (a fines del siglo XIII a.C.); contienda que en mi opinión está "marcada" claramente por la aparición del acero en la zona. Por cuanto, una vez leida esta breve explicación de lo acontecido en el Levante Meditarráneo durante los siglos XIII a. X a.C., nos será fácil comprender por qué los modelos cerámicos de Canaan, de Egipto o de Chipre, tienen tantos parecidos y similitudes con los del Occidente más remoto (de áreas como Tartessos o Etruria). 

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ABAJO: Cerámica "Tell-el-Amarna" con su carácterístico azul sobre zonas bruñidas (perteneciente al Museo Egipcio de Berlín, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Hemos girado la foto hasta ponerla en sentido inverso para observar claramente que el vaso de Amarna (ciudad de Akhenatón) tiene un dibujo casi igual al que copia unos siete siglos después el Pithoi de Carmona. Decorándose con hojas de loto, y figurado allí la flor abierta o cerrada. Dicho loto (azul preferentemente) era el símbolo de la fertilidad y del amor en el reino faraónico, dado que representaba el nacimiento sobre las aguas. A su vez, su flor abierta o cerrada, significaba la salida del Sol entre las montañas, tanto como la circuncisión del "pene sagrado" (recordemos que en Egipto los reyes y sacerdotes tenían obligación de circuncidarse por motivos de higiene y religiosos). De tal modo el loto, por su carácter sagrado se representaba los capiteles de templo (principalmente en aquellos dedicados a las deidades femeninas), coronando comunmente las pilastras y columnas -de donde procede probablemente el estilo corintio y el jónico, con modelos similares-. Evidentemente, el paso del diseño que vemos en fotografía, desde el Egipto del siglo XIV a.C. y hasta la Carmona tartessia (del VII a.C.), se debió hacer por gentes de Canaan o bien de Chipre; quienes a través de los cretomicénicos conservarían este tipo de cerámicas y más tarde importarían sus dibujos y decoraciones hasta nuestro territorio.
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D) EL CARAMBOLO, SUS CINCO ETAPAS Y EL ORIGEN FRIGIO DE SUS JOYAS:

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Volviendo a lo que las nuevas investigaciones nos dicen acerca de El Carambolo y su fundación, hemos de decir que los recientes estudios igualmente reconocen que el comienzo del santuario es anterior a la aparición de los asentamientos fenicios en nuestra Península. De lo que debemos afirmar, no puede tratarse de un templo creado por colonizadores púnicos, algo que se deduce porque siquiera es pensable que El Carambolo fuera el primer baluarte de aquellos. Un hecho obvio al situarse este cerro en tierras de interior y a más de cien kilómetros del mar. Y pese a que muchos crean que Sevilla era por entonces puerto marítimo, ello no era así. Pues aunque el Lago Ligur fuera navegable hasta aquel punto, hay que pensar que su profundidad máxima sería muy poca; obligando cambiar de embarcaciones en la costa exterior, para "remontar" el actual Guadalquivir (hasta llegar donde hoy está Sevilla). De tal manera considerar que en ese lugar "desembocaba" el rio antaño llamado Tartessos, es un error, porque aquel no vertía sus aguas al mar en Sevilla, sinó en un lago formado por un enorme delta. Por lo que no es imaginable que hasta allí pudieran adentrarse los marineros en las mismas embarcaciones con las que atravesaban el Estrecho -o que navegaban el Atlántico-. Dado que estos barcos para mar batida precisan de un enorme calado y de una quilla profunda. Siendo así, se hace evidente que en las proximidades de la actual Sanlúcar -en la verdadera costa-, tendrían que fondear, cambiar allí la mercancía, o tomar otro tipo de nave (de río, poco profunda y más ligera) para remontar el Tartessos y así llegar hasta la antiquísima Spal .
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Todo ello significa que nunca puede considerarse que Sevilla fuera un verdadero puerto de mar, donde los fenicios pudieran llegar y establecerse en sus primeros tiempos durante el siglo VIII a.C.. Habiendo elevando y construido sus baluartes o ciudades más antiguas en puntos costeros donde los "rudos" indígenas ibéricos les permitieron situarse (para abrir colonias comerciales). Unos puertos y enclaves extranjeros, en los que sabemos la convivencia era difícil y hasta peligrosa junto a los iberos -tal como narran los textos griegos-. Ya que de común podían ser asaltados por los vecinos indígenas; tal como sucedía en Ampurias, separada de la ibérica urbe de Indiketes por una muralla (donde los helenos debían acechar de continuo, vigilando y muy espectantes). Siendo así y resultando que el santuario de El Carambolo tiene sus orígenes al menos en el siglo IX a.C., parece imposible pensar que sea una fundación fenicia. Aunque algunos estudiosos de esta civilización desean exponer que aquellos colonizadores de Tiro y Sidón -en sus incursiones "culturizadoras"- creaban primero templos, para más tarde asentarse en ciudades. Un modo por el cual justifican estos "incondicionales de Fenicia" el origen púnico de Cádiz y la llegada de aquellos hacia el 1100 a.C.. Considerando que primero crearon allí un templo de Melkarte y trescientos años más tarde, fundarían en el mismo lugar la ciudad de Gadir (todo lo que resulta una hipótesis poco plausible, habida cuenta que los restos feniciós en la zona no hablan de un establecimiento anterior al siglo VIII a.C.).
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Sobre el origen y fechas de El Carambolo, Escacena (junto a Rodríguez Azogue y Fernández Flores) nos dicen textualmente: "En la primera mitad del siglo VI a.C., cuando la demanda de la plata tartésica desde Oriente queda cortada por la conquista babilónica de las metrópolis fenicias de la costa libanesa, acaba el santuario del Carambolo. Entre el siglo IX a.C. y esta fecha final, el edificio conoció cinco construcciones superpuestas" (13) . La frase anterior marca claramente las épocas en las que el santuario del cerro sevillano, nace y deja de existir. Aunque en mi opinión -muy personal- en la última fecha que nos dan, debemos diferenciar lo que hubo ser el comienzo del declive y la época de su desaparición total. Creyendo que pudo haberse iniciado la "crisis final" de El Carambolo en el momento que apuntan los autores antes citados; tras los asedios y conquista de Tiro y Sidón por los asirios. Aunque hemos de observar que en verdad tales problemas graves de Fenicia, comenzaron en el año 672, para no finalizar hasta el 572 a.C. (año en que fue conquistada por Nabucodonosor). Es decir, que tras el primer tercio del siglo VIII a.C. ya Esarhaddón la asedia, al igual que más tarde hace Assurbanipal -quien la ataca repetidamente y al menos por cinco años más-. Despúes de aquello, las capitales púnicas fueron víctima de repetidos intentos de toma y asaltos, participando en esas incursiones incluso sus "socios faraónicos". Siendo finalmente Nabucodonosor II quien la sitia hacia el 572 a.C., obligando así a los fenicios a claudicar bajo el yugo de Babilonia y a pagar tributo.
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Por cuanto vemos, las crisis de los dos principales puertos de Oriente Medio se origina en el 672 y dan fin en el 572 a.C.. Cien años de repetidas incursiones y una última fecha trás la que Fenicia -propiamente dicha- desaparece, tomando su relevo poco después, Cartago. Una sucesión que para nada parece haber sido pacífica, ya que muy por el contrario se cree que la Gadir fenicia fue destruida por los nuevos "dueños de la zona": Los cartagineses. Quienes tras hacerse con estos enclaves fenicios (a través de pactos o de la guerra), reedifican unas nuevas urbes bajo su mando y tutela directa. Algo que se sabe al excavar los numerosos yacimientos de la zona; emplazamientos que hasta mediados del siglo VI a.C. fueron enclaves de tirios y sidonios; y que tras la caida de aquellas ciudades bajo el yugo babilónico, también quedan arrasadas por la llegada de los cartagineses. Siendo pués lo más lógico pensar, que este es el final en El Carambolo; santuario que pudo ser destruido hacia el 531 a.C., cuando tras la batalla de Alalia, Cartago sucede a Fenicia y se dispone a tomar todos sus antiguos puertos y sus zonas de primacía (entre ellas Spal).
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, un vaso chipriota del periodo arcaico, perteneciente al museo Nikosia (al que agracedemos nos permita divulgar la imagen). Como podemos ver el diseño de esta copa tiene relación con otras halladas en Carmona. Las fechas para la cerámica tartéssica de Carmona son muy posteriores a las de Chipre, pese a que su estilo guarda una amplia relación (tal como podemos ver en la siguiente foto).
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ABAJO: El famosísimo vaso de los Grifos de Carmona (propiedad del Museo de esta población al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Se observa en este ánfora unos rasgos orientalizantes con gran semejanza de nuevo con las cerámicas de Chipre y del Egeo (e incluso con algunas de Canaán). De nuevo vemos el adorno con flores de loto y los animales dibujados con unas líneas y tipos muy estilizados e imaginativos, algo que se conservará en toda la cerámica ibérica posterior (en especial entre los vasos contestanos, de los que aparecen numerosísimos ejemplares en las zonas de Valencia y Alicante).
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Por cuanto hemos recogido y debido a las fechas de los acontecimientos históricos referidos; ha de concluirse que desde que los asirios comienzan a arrasar Oriente Medio y Anatolia -en el 750 a.C. aproximadamente-, enormes grupos de gentes huirían de esta zona buscando refugio en las colonias y puertos del Occidente más remotos. Comenzando este periodo de convulsiones, durante los años en que los frigios se vieron obligados a escapar de su reino, tras quedar sometidos primero por los mesopotamios y más tarde al ser invadidos los griegos (desde el 740 al 696 a,C.). Por su parte, los fenicios y cretochipriotas debieron guarecerse pocas décadas después en sus barcos y en sus ciudades más lejanas (al ser continuadamente atacados por los asirios). Siendo así, dos muy marcadas, las etapas de crisis de Asia Menor que obligarían a emigrar hasta las tierras occidentales a una gran parte de su población. Épocas de convulsiones que comenzarían en Anatolia y con el reinado de Midas (740 al 696 a.C. aprox.). Un monarca de Frigia con enorme fama de rico, que se ve sitiado primero por Asiria, luego los cimmerios, cayendo su reino finalmente en manos de los griegos -quienes lo arrasan, esclavizando a cuantos no consiguen escapar de allí-. Por su parte, y muy poco después de los acontecimientos antes descritos, se produce una segunda oleada de guerras en la zona, que comienza cuando los asirios atacan Fenicia continuadamente -desde el 672 a.C.- y por un siglo, sitiando las capitales Tiro y Sidón (hasta subyugarlas).
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Conforme a lo que antes hemos resumido y tomando como referencia los estratos del cerro sevillano, me atrevería a redactar un ciclo de etapas en las que se correspondieran los diferentes niveles de El Carambolo en relación con los hechos que hemos descrito en Oriente Medio (con el fin de crear una cronología):
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1º.- Carambolo V y IV -quinto y cuarto estrato que se corresponden con el más antiguo y el que le sigue- (entre el 850 y el 750 a.C.). "Periodo del santuario indígena de influjo oriental" : Parecería justo pensar que el templo de El Carambolo se hubiera iniciado por gentes autóctonas, bajo el influjo de los primeros visitantes (colonizadores, que procederían de muy diferentes puntos del Levante mediterráneo). Un comienzo que sabemos sucede en el siglo IX a.C.; aunque tras ello, hay otras "ampliaciones" o modificaciones del santaurio, que van sucediéndose entorno a este y que seguramente son debidas a las mismas gentes locales, bajo la aculturación de colonos orientales. Acerca de ello nos dicen los autores anteriomente citados que: "La primera construcción protohistórica sobre el Carambolo corresponde al Santuario V" (14) . Fechádose este más antiguo templo hacia el 850 a.C., tras lo que podemos pensar que a través del contacto con comerciantes de metales llegados desde Oriente Medio, y habida cuenta la importancia que toma la zona con la aparición de los fenicos en el Atlántico; aumentaría de nuevo el recinto sagrado de El Carambolo. Todo cuanto también explican los investigadores antes citados en palabras textuales del siguiente modo: "La primera ampliación de esta estructura más antigua corresponde al Santuario IV. La modificación consistió en levantar un edificio simétrico que tenía como centro y fondo el templo prístino, convertido ahora en patio. Así, surgieron al sur y al norte respectivamente de este nuevo patio dos habitaciones alargadas que contaron en su día con hogares y otras estructuras relacionadas con el funcionamiento cotidiano de un santuario: un horno, vasijas entibadas, hogares, molinos, etc." (15) .

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2º.- Carambolo III y II; el tercero de influencia frigia (entre el 740 y el 672 a.C.) y el segundo de influjo fenicio (entre el 672 y el 550 a.C.): Tras las fases anteriores (autóctonas, en mi opinión) llegaríamos ya a las épocas de convulsiones de Asia Menor (que obligan al éxodo a gran parte de su población) y que como sabemos se producen en dos momentos: La crisis de Anatolia (frigia), del 740 al 696 a.C. y la de Fenicia, del 672 al 572 a.C.. Siendo esos periodos los que en mi opinión los profesores Escacena y Amores describen del siguiente modo: "En esta etapa, la fosa-basurero donde se enterraron las joyas estaba prácticamente saturada de residuos, porque se había excavado y usado como vertedero sagrado en momentos anteriores del santuario (Carambolo III). En esta etapa del Carambolo II existían aún diversas capillas en el recinto" (16) . Considerando personalmente que estas dos épocas del santuario que he marcado como la 2º, corresponderían precisamente a la aparición de gentes llegadas de Anatolia o de Fenicia. Es decir, que el Carambolo III podemos fijarlo aproximadamente entre el 740 al 672 a.C., y se relacionaría con los venidos de Frigia huyendo del desastre de su tierra. Tanto como el Carambolo II se fecharía tras el 672 y hasta al menos el 550 a.C. con los venidos de Tiro y Sidón, que introducirían nuevos cultos y modificarían el templo. Ello explicaría las dos marcadas partes del santuario, las reformas y hasta la aparición de nuevos ritos. Pudiendo deducirse que la Astarté hallada en el cerro viniera desde la zona Sirio Palestina en estas fechas del Carambolo II (hacia el 650 a.C. momento en que precisamente se data la esculturita).
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3º.- Carambolo I, destrucción por los cartagineses: Tras la llegada de los frigios a nuestras tierras (Carambolo III) y las reformas del templo Carambolo II -que considero obra de los fenicios, refugiados a el litoral sevillano-. Se produciría el momento de la desaparición del recinto sagrado; que personalmente dataríamos entorno al 531 a.C. (tras la batalla de Alalia y el auge de Cartago). Por lo demás la destrucción del santuario creemos fue realizada por la mano de los nuevos dueños del área del Bajo Guadalquivir, quienes arrasarían los antiguos dominios tartessios, incluso los de sus "antecesores fenicios", tanto como sus templos. Un momento en el que parece lógico que los sacerdotes (o los reyezuelos) de El Carambolo enterrasen en el templo el tesoro; antes huir o de que les dieran muerte los cartagineses. Ello explica por qué se introdujo el ajuar en uno de los lugares más profundos y en un basurero de cenizas (junto a la estatuilla); allí donde de seguro se pensó que los nuevos dueños de la zona no buscarían mucho. Unos cartagineses de los que sabemos que como señores de la ruta del estaño y de los metales del Atlántico, no consentían que ningún otro poder se les interpusiera (tanto que no dejaban cruzar el Estrecho a nave alguna ajena a las suyas). Menos aún debieron desear que los antiguos comerciantes fenicios y frigios, asentados en la Península - mezclados con las gentes autòctonas (tartessios o turdetanos)- intervinieran en sus "negocios y en los ricos caminos del metal".
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Esta última etapa a la que se denomina Carambolo I, es descrita por los investigadores Escacena y Amores del siguiente modo: "Carambolo I (se refiere al último) corresponde en realidad a un momento en que el templo ha sido asaltado y sus ajuares de bronce están siendo fundidos en hornos para su reutilización como simple materia prima. Prueba de ello son los "goterones" metálicos de este episodio, bien identificados con los análisis oportunos (Hunt y otros 2010: 287)" (...) "Esos residuos denotan una metalurgia de reciclaje, no una industria primaria. Por eso podemos vincular el último uso ritual del lote de joyas a la fase Carambolo II con bastante seguridad" (17) . Como podemos leer en las anteriores frases, para los autores referidos el ajuar de oro se fecharía en la etapa anterior (II), que hemos fijado entre el 672 y el 572 a.C.; todo lo cual puede ser muy cierto, aunque en ello no encajarían las inscripciones frigias que contiene el tesoro. Puesto que como hemos visto, el collar tiene a mi juicio claramente símbolos luwios o neohititas (la escritura del idioma frigio). Por ello y tal como hemos expresado en varias entradas, personalmente considero que las piezas de orfebrería pertenecerían a la etapa anterior, Carambolo III -que hemos fechado entre el 740 y el 672 a.C.-. Siendo orfebrería con un gran carácter y diseño neohitita y en cuyo collar incluso se encuentran inscritas las palabras "dios" "rey" y "diosa Kubaba" -la Cibeles frigia- (recomendamos cosultar mis artículos de la cita (18) a quienes no conozcan nuestra hipótesis neohitita del tesoro).
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, un soporte de cerámica hallado en el Alto Carambolo (zona de culto), propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen. Observemos en detalle esta pieza, estilizada y cuyo uso pudo ser para elevar un gran vaso o pebetero; con un diseño que mucho nos recuerda a los modelos micenios o de a los de Chipre (varios siglos anteriores).
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ABAJO: Pieza de barro micénica, del periodo Heládico III (copa perteneciente al Museo Metropolitan de N.Y. al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos el diseño y dibujo al que tanto se parece a muchas de las formas de la cerámica tipo "Carambolo" (muy posterior, pero seguramente llegada a nuestras tierras a través de los "herederos de Micenas").
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E) LA ASTARTÉ FENICIA Y LAS JOYAS CON INSCRIPCICIONES FRIGIAS:
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Al margen de las fechas y estilos antes mencionados, en mi opinión debiera considerarse que la Astarté podría pertenecer claramente al Carambolo II (que sitúo personalmente entre el 672 y el 550 a.C), al ser este el momento en que muchos de los púnicos debieron huir de sus tierras para ir buscando refugio en Occidente. La gran mayoría quizás iría hacia Cartago, otros a Chipre; aunque también hay que considerar que una parte decidirían establecerse en nuevas colonias y fundaciones fenicias al Oeste (que ellos crean o en las ya existentes). Ello explica la llegada de púnicos a nuestras tierras especialmente desde el siglo VIII a.C., cuando se produce la aparición de los asirios en Oriente Medio -más aún desde los asedios constantes del 672 , al 572 a.C.-. Siendo este el motivo del por qué hemos catalogado como "la etapa fenicia" (propiamente dicha) del templo, al Carambolo II; que suponemos se vería visitadísimo por cuantos hubieron de huir de Tiro y Sidón tras aquellos días. Pudiendo pensarse que en esas décadas del 672 al 572, fue cuando traen hasta El Carambolo la Astarté fenicia y la elevan allí en culto. Una veneración, como exvoto o como figura adorada, ya que quizás fue importada por quien huyendo de Fenicia (plena de ataques) llegó hasta el Bajo Guadalquivir; donde no solo salvó la vida, sino también su forma de vivir (a través del comercio de los metales).
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Siendo así es mi teoría que el recinto sagrado tendría una primera época que nacería hacia el 850 a.C.; etapa "semiautóctona" y debida a la fundación del centro de culto por gentes indígenas, bajo la influencia de visitantes orientales (Carambolo V). Tras ello, ha de suponerse que el lugar gozaría de mayor "predicamento" y aumentarían los límites del templete hacia un recinto mayor, una circunstacia que podemos suponer acontecida entre el 850 y el 750 a.C. (Carambolo IV). Más tarde y cuando los frigios se ven obligados a escapar de su tierra (entre el 740 y el 696 a.C.) , pudo producirse la siguiente ampliación del santuario, en lo que se denomina Carambolo III y que yo cconsidero de época e influencia neohitita. Siendo este el momento en el que pienso se hizo el tesoro -con gran influjo cretochipriota y frigio en sus diseños y símbolos-. Más tarde se produciría el Carambolo II, trás el éxodo de los fenicios y que sería un tiempo en el que pudo venerarse a la Astarté (del 672 al 572 a.C.). El final del recinto sagrado, junto a su expolio, se llevaría a cabo hacia el 531 a.C. por los cartagineses (Carambolo V); enterrándo allí las joyas y la Astarté los sacerdotes o los reyezuelos de la zona, antes de escapar o de que les mataran.
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En cuanto al collar escriben Escacena y Amores -siguiendo a De La Bandera (profesora cuyos estudios son de una importancia clave para comprender El Carambolo): "Que dispusiera de ocho colgantes es un supuesto que, mantenido hasta hoy al menos como posibilidad (...), permitía argumentar que las dos cadenillas sueltas que salen de la pieza bitroncocónica de la que penden los sellos corresponderían a la sujeción de la cápsula extraviada" (19) . Evidentemente creyendo plenamente la teoría de la profesora De la Bandera, parece una hipótesis más que plausible y cierta no solo que falte un sello, sinó que aquel que no está se hubiera "arrancado" para identificarse. Es decir que el colgante que no existe en tesoro de El Carambolo hubiera sido llevado por el sacerdote o el rey que oculta las joyas, con el fin de poder ser reconocido como tal en el lugar al cual huía. Puesto que portando aquel sello parece más que lógico pensar que quienes le recibían como refugiado, podrían dar fe de que se trataba del dueño del tesoro (es decir: El sumo sacerdote, el jefe supremo o el monarca de la zona del Bajo Guadalquivir). Ya que como expresan en la misma obra Escacena y Amores (citando a Liverani): "el sello era en Oriente la mejor garantía de preservación en múltiples facetas de la vida económica, jurídica, administrativa y social, por lo que adquirió en el ámbito cultural, la categoría de emblema de los misterios sagrados (20).
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Para finalizar este análisis tercero sobre "el problema fenico de El Carambolo" me permitiré de nuevo incluir las imágenes en las que analicé hace tiempo las inscripciones frigias (neohititas) de los sellos del collar. Con la traducción en teoría propia y desde la lengua luwia de Frigia -que por entonces se escribía en estos caracteres alfasilábicos neohititas-.
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COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, los signos del collar de El Carambolo y su interpretación desde alfasilábico neohitita (frigio). Vemos que contiene ideogramas tan claros como los de "cielo", "rey", "dios" y "diosa Kubaba": La diosa Cibeles frigia y se escribe con las dos medias "C" invertidas a modo de paréntesis que es "dios" ( ) y al lado dos triángulos que se pronuncian "KU,KU" y se puede leer igualmente "rey".
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BAJO ESTAS LÍNEAS: Portada del libro "TARTESSOS" de MARIANO TORRES ORTIZ, publicado por la Real Academia de Bellas Artes (Madrid 2002). Agradecemos al autor y editorial nos permitan disponer de la imagen en la que se aprecian los sellos del collar, pudiéndose ver sus símbolos -que en nuestra teoría propia son ideogramas de escritura frigia-.
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CITAS:
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(1): http://www.abc.es/hemeroteca/historico-30-09-2008/sevilla/Cultura/el-alcazar-astarte-y-el-carambolo_81306952906.html
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(2): Acerca de la Astarté de El Carambolo, Mariano Torres Ortiz en su obra TARTESSOS (publicada por la Real Academia de la Historia, Madrid 2002); en sus páginas 215 y 216, resume los siguientes datos:
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-Fue dada a conocer por Fernández Chicarro en 1964, tras haber sido cedida al Museo de Sevilla tras el VIII Congreso de Arqueología.
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-Pensaban que se trataba de una Isis saita, pero su inscripción descifrada por Ferrón en 1966 la pudo catalogar como una Astarté fenicia.
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-El lugar de procedencia "parece ser El Cerro de El Carambolo (Fernández Chicarro 1964, 104), habiéndose hallado el día anterior del famoso tesoro (Belén 2000, 71 y 70)".

-La cronología oscila entre el siglo VIII y el VI a.C.. Su última revisión hecha por Jiménez Ávila, (2000, I, 488) la fecha en los siglos VIII al VII a.C..
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-Coincide esta pieza con los materiales y fechas del Bajo Carambolo (Ruiz Mata 1986, 549).
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(3): El párrafo completo del texto citado es el siguiente:
"Por tanto, el establecimiento de los fenicios en la zona de Sevilla puede situarse ya en los mismos momentos que en Huelva y que en las más viejas colonias de la costa andaluza mediterránea; y, aunque la fosa ritual del Carambolo que se interpretó como fondo de cabaña no corresponde a la época del templo inicial (V), sino a una fase algo más tardía (Santuario III, de la primera mitad del siglo VIII a.C.), en ella se ha hallado un fragmento de cerámica sarda de la misma clase, aunque con distinta decoración, que el recientemente valorado por M. Torres (2004)". Archivo Español de Arqueología 2007, vol. 80, pág 3. SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO // JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO // ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES y ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE // Arqueología y Gestión S.L.L.
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(4): Sobre Norax y Geriones: Servio, Sobre la Eneida de V. VII, 662 /// Apolodoro II, 5 10 // Pausanias X, 17, 4 // Higinio, Fábula 30 // Píndaro ragmento 169 // Eurípides, HERACLES; 423 . Del modo antes descrito, lo refiere también Robert Graves en LOS MITOS GRIEGOS, 132, d y 5.

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(5): Sobre la traducción ya estela de Nora recomendamos el siguiente estudio liberado en la red. "Tarsis en la Estela de Nora: ¿un toponimo de Occidente?" // por Arcádio del Castilo // En: Sefarad 63 (2003) págs. 3-32 // revista del CSIC // ISSN 037-0894
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(6): En el libro PROTOHISTORIA De Francisco García Alonso y Gloria Munilla -Univ. de Barcelona 2004- (pags 74 a 76) se describen mencionan magníficamente estos yacimientos de cobre; entre los que destacan los de Cerdeña (Serra Ilixi, Sa Mandara, Albuciu y Arzachena). Asimismo, en la página 76 podemos ver los lingotes piel de buey (que llama Ox-hide) de Micenas, Creta (Aiya Triada), Enkomi (en Chipre) y Cerdeña. Todos con un idéntico diseño a los pectorales del tesoro de El Carambolo.
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(7): "El Carambolo, situado al oeste de Spal (Sevilla) en uno de los cerros más altos de la cornisa oriental del Aljarafe, ocupaba una elevación singular de la orilla derecha del paleoestuario del Guadalquivir, muy cerca –apenas 10 Km de su antigua desembocadura en Caura ig. 1). Si es éste el paisaje descrito por la Ora Maritima en las bocas del gran río de Tartessos, y si es correcta la identificación de Caura con el Mons Cassius (Belén 1993: 49), este sitio puede corresponder al que Avieno (259-261) llama Fani Prominens. Por lo común, tal topónimo se ha traducido como "cabo sagrado" o "cabo del templo" (cf. Schulten 1955: 159)" de : Archivo Español de Arqueología 2007, vol. 80, págs. 5-28 ISSN: 0066 6742 SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO (Universidad de Sevilla) ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES, ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE Arqueología y Gestión S.L.L. // PAG. 2
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- ALGO MUY SEMEJANTE DICEN ESCACENA Y AMORES QUIENES ESCRIBEN: "Si estuviéramos ante el paisaje descrito por Avienoen Or. Mar. 259-261, y si es acertada la verosímil hipótesis de M. Belén (1993: 49) sobre la ubicación del Mons Cassius en el Cerro de San Juan de Coria del Río, el Carambolo podría corresponder al sitio que el poeta latino llamó en los mismos versos de su poema Fani Prominens. Tradicionalmente, este topónimo se ha traducido como "cabo sagrado" o "cabo del templo" (Schulten 1955: 159), en la idea de que el vocablo prominens indicaría un avance horizontal de la costa. Sin embargo, es posible también asignarle la acepciónvertical de su significado, acorde con lo que fue el Carambolo en su entorno inmediato entre la segunda mitad del siglo IX y el primer cuarto del VI a.C.: el "promontorio del santuario".REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO // Pag. 8 // SPAL 20 (2011): 107-14

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(8): Defienden esta teoría de que Coria del Rio es el Mons Cassius en "Altares para Baal" Escacena Carrasco y Rocío Izquierdo de Montes (UNIVERSIDAD DE HUELVA; 2000). Para Schulten este Mons Cassius sería el Cerro del Asperillo una duna de Huelva, junto a la desembocadura del Guadalquivir. Otros creen que estaría en Grazalema como escrinbe Francisco R. Adrados en TOPÓNIMOS GRIEGOS EN IBERIA Y TARTESSO -EMERITA. Revista de Lingüística y Filología Clásica (EM ) LXVIII 1, 2000 ( pag 8)-. Mientras Avieno pensaba que su nombre procedía de Kasíterus o del estaño, por lo que Bosch Gimpera lo coloca en la zona de las minas de Rio Tinto .
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(9) "Cuarenta años después de aquella primera intervención arqueológica, la información lograda entonces ha sido estudiada bajo un enfoque teórico y metodológico distinto, y especialmente con hipótesis muy diferentes. Así, en el supuesto "fondo de cabaña" se ha visto una fosa ritual a la que se arrojaría el ajuar litúrgico ya inútil usado en los ritos de un santuario consagrado a Astarté (Belén y Escacena 1997: 114)". Op, cit. (10) pag 2.
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(10): Así lo explican por ejemplo en: REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO /// SPAL 20 (2011): 107-142 . PÁGINAS 2 y 3: "durante la segunda mitad del siglo XX ganaba adeptos a pasos agigantados el acuerdo académico de que las poblaciones siropalestinas que arribaron a Occidente se habrían limitado en el mediodía ibérico a poblar algunos puntos de la costa mediterránea y atlántica, y que sus fundaciones coloniales perseguían sólo servir de plataformas comerciales,destacable (Álvarez Martí-Aguilar y Ferrer 2009: 167). En el olvido de la tesis de Bonsor, que había dado un papel preponderante a la comunidad fenicia en la fundación de muchos enclaves del Hierro Antiguo bajoandaluces" (...) "Añadido a esto, la expansión asiria sobre las ciudades-estado de la costa libanesa pudo haber generado migraciones hasta el poniente extremo del Mediterráneo; en cuyo caso podría contarse con un sector demográfico importante desplazado cuya economía estaría basada más en el sector rural que en el comercio (González Wagner y Alvar 1989; González Wagner 1993; 2005)".
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(11): Un hecho que citan Escacena y Amores en REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO /// SPAL 20 (2011): 107-142 . PÁGINA 3: "Por lo demás, la relación entre el Carambolo y el nacimiento de Sevilla ha sido una constante historiográfica en la literatura especializada (Pellicer 1996: 92; 1997: 248)"
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(12) Acerca de la etimología de España y de Sevilla (HISPALIS) ver nuestros artículos: 2ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA.- INICIAMOS UNA SERIE EN LA QUE EXPONDREMOS NUESTRA TEORÍA SOBRE LA PALABRA ESPAÑA E IBERIA, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE SON SINÓNIMOS- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/blog-post.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Segunda parte) VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-segunda.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Tercera parte) VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/c.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Iberia - Hispania (continuación) -más sobre nuestra etimología de España e Iberia-. -SIGUE SOBRE ETIMOLOGÍAS DE ESPAÑA E IBERIA- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-iberia.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Hispania - Iberia (en los autores clásicos). VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palbra-hispania.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Iberia - Hispania (los otros iberos). -TERMINAMOS AQUÍ CON EL SIGNIFICADO DE IBERO Y ESPAÑOL; LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE ES SINÓNIMO ALGO QUE SE DEMUESTRA EN VARIOS IDIOMAS TANTO COMO EN OTROS PUNTOS DEL MEDITERRANEO O ANATOLIA DE IGUAL NOMBRE.- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-iberia_30.html
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(13): SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO (Universidad de Sevilla) ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES, ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE // PAG. 3 // Archivo Español de Arqueología 2007, vol. 80, págs. 5-28 .
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(14): Idem cita (13), pag 11.
(15): Idem cita (14).
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(16): REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO // Pag. 10 // SPAL 20 (2011): 107-14
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(17): Idem cita (16).
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(18): Acerca del carácter neohitita del tesoro y de los símbolos de su collar donde se inscribe en luwio el nombre de la diosa Kubaba, ver:
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97ª LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE PRIMERA: Posibles cultos a Cibeles en Tartessos. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXVIII). ANÁLISIS DE LOS SELLOS DEL COLLAR DE EL CARAMBOLO, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE EN ESTE SE HALLA ESCRITA LAS PALABRAS NEOHITITAS DIOSA KU(baba) -Cibeles- http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_26.html
LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA, EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE SEGUNDA: Cultos y ritos heredados desde Frigia. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIX). LOS MISTERIOS DE ATTIS Y CIBELES Y SU RELACIÓN CON RELIGIONES EXPORTADAS AL OCCIDENTE, EL COLLAR DE EL CARAMBOLO Y SUS SELLOS http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_28.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte V: Análisis de las formas y del trabajo en la orfebrería -comienzo en la interpretación de sus símbolos ornamentales-). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-y-y-1.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VI: Análisis de los símbolos. Conclusiones: ¿Relación entre El Carambolo y el rey Midas?) .-COMENZAMOS A ESTUDIAR LA POSIBILIDAD DE QUE EL ORIGEN DEL DISEÑO EN EL TESORO DE EL CARAMBOLO SEA ANATOLIO- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-2.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VII: Algunas ideas y conclusiones ya apuntadas; orientaciones sobre el carácter ibérico y la herencía del Bajo Bronce; en las joyas de El Carambolo ). VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_19.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGIA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte VIII: Simbología neohitita en las joyas; un tesoro de rasgos frigios que bien pudo ser hecho, o regalado a Arganthonio, por el rey Midas).-DESDE ESTA ENTRADA EXPONEMOS QUE EL DISEÑO DE EL TESORO DE EL CARAMBOLO PUEDE SER FRIGIO O NEOHITITA- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-9-8.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÏA: Los bueyes del rey Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte IX: Interpretación y traducción de los símbolos en las joyas). -DESCUBRIMOS QUE LOS SÍMBOLOS QUE CONTIENE EL COLLAR DE EL CARAMBOLO, SON LETRAS DEL SILABARIO NEOHITITA (LUWIO), PUDIENDO TRADUCIRSE COMO "dios y rey"-VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-7-9.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X: Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón -el monumento neohitita de Pozo Moro-). -RELACIONES ENTRE EL MUNDO NEOHITITA (FRIGIO) Y TARTESSOS- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-9-y.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X : Los descendientes del rey Midas y su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón. El monumento neohitita de Pozo Moro -Continuación-). VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-8.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte XI: Arganthonios y Midas. ¿Era de origen escita el monarca del oro?.). -DE NUEVO, LA RELACIÓN ENTRE EL MUNDO ANATOLIO DEL SIGLO VIII AL VI A.C. Y EL SUDOESTE PENINSULAR- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_28.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XII: Midas. El rey de origen escita y los adoradores del oro que comerciaron con Tartessos.). - DESCUBRIMOS CITAS HISTÓRICAS QUE MENCIONAN EL COMERCIO ENTRE MIDAS (REY DEL ORO NEOHITITA QUE GOBERNABA GORDION) Y TARTESSOS- VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1.html
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(19) : La frase entera de Escacena y Amores en Op. Cit. (10) pag. 10 es: "Que dispusiera de ocho colgantes es un supuesto que, mantenido hasta hoy al menos como posibilidad (De la Bandera y otros 2010: 298), permitía argumentar que las dos cadenillas sueltas que salen de la pieza bitroncocónica de la que penden los sellos corresponderían a la sujeción de la cápsula extraviada" (Carriazo 1973: 154).
 (20): Op. Cit. (10), pag 11. Cita de Liverani: (Liverani 1995: 113).

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